miércoles, 31 de marzo de 2010

Reuteman ¿Te Acordás?


Pocho, hoy cumpliría 41 años

El ángel de la Bicicleta - Pocho Lepratti:

El 19 de diciembre de 2001, la ciudad de Rosario se quedó sin el Ángel de la Bicicleta. Claudio “Pocho” Lepratti, de 35 años de edad, quien supo hacer del compromiso y la solidaridad una forma de vida, cayó asesinado por la policía, fusilado de un tiro que le reventó la tráquea, efectuado con un perdigón de plomo de una escopeta calibre 12,70, disparado por el policía Esteban Velásquez a siete metros de distancia. Pocho, parado sobre el techo de la escuela donde preparaba la comida para los alumnos, intentó frenar la represión desmedida contra la gente. Gritó a un patrullero que se dirigía a la multitud disparando tiros al aire, y el vehículo policial dio la vuelta. Los oficiales se bajaron apuntando sus armas a Pocho, quien gritó:
-¡Bajen las armas! Acá sólo hay pibes comiendo.
El disparo lo arrojó hacia atrás y su cuerpo se desplomó sobre el techo de chapa.

En ese entonces, el Gobierno de Fernando de la Rúa y su fantasmal Alianza se desmoronaban como una marioneta desarticulada. La continuidad del modelo neoliberal menemista, la concentración de la riqueza, la ciega obediencia al FMI, la política de ajuste, el desmesurado aumento del desempleo y la vertiginosa multiplicación de la pobreza, provocaron una desesperante situación en todo el país. Los postergados de siempre, desocupados e indigentes, ganaron las calles y salieron a tomar de los supermercados los alimentos que la proclamada democracia cotidianamente les negaba.
El Gobierno, arrinconado, no asimiló la gravedad de los hechos. Dispuesto a proteger más sus mezquindades que a cubrir las necesidades de la gente, pretendió sostenerse en el poder a cualquier precio: no ordenó combatir el hambre sino a los hambrientos. Las fuerzas policiales salieron a cazar, no a los denunciados sino a los denunciantes. Los pobres no debían ser asistidos, sino replegados afuerza de golpes y balas nuevamente hacia los barrios, detrás de los muros.
En esas jornadas, la ciudad de Rosario, con un alarmante índice de pobreza, se articuló a la situación nacional. Con más del 20%de desocupación, y más del 10% de la población en villas miseria, la gente se hizo oír.

Pocho Lepratti trabajaba como auxiliar de cocina en el comedor de la escuela número 756 "José M. Serrano" de Las Flores, un barrio duramente azotado por la desocupación y la pobreza, cuyos vecinos se encontraban sumamente movilizados el día 19 hasta que se desató la represión. Pocho se mantuvo expectante durante todo el día. Junto con sus compañeros,subía al techo de la escuela, desde donde se ve la avenida de Circunvalación, una las principales arterias de circulación de la ciudad. El conflicto se desarrollaba a más de 300 metros de la escuela, y cuando pasó el móvil 2270 del comando radio eléctrico, disparando hacia el aire, a reprimir la movilización, Lepratti los increpó a detenerse, porque las balas podían herir a alguno de los niños de la escuela. Fue entonces cuando el patrullero dio la vuelta y se detuvo frente a Pocho. El agente Velásquez, que salió de la parte posterior junto con el agente Pérez, hizo el resto.
La policía, que suele proclamarse una institución al servicio de la comunidad, en momentos de tensión muestra sin reparos su verdadera esencia de pandilla que responde a intereses criminales. Los policías actuaron con la impunidad que les otorgó el Estado para matar a los excluidos. Entre el 19 y 20 de diciembre,mientras oscuros personajes eran protegidos en lujosas mansiones, los luchadores sociales eran asesinados en las calles. La represión dejó un tendal de muertos en todo el país, una innumerable cantidad de heridos miles de detenidos. El mensaje fue claro: el que no se resigna a morir de hambre, muere de bala o cárcel. En este marco, el asesinato de Pocho no fue casual. Él fue elegido por la fuerza pública, fue asesinado como un blanco estratégico.

Pocho estaba comprometido con la fe cristiana. En 1986, a los 20 años, ingresó como seminarista en el instituto salesiano "Ceferino Namuncurá"de la localidad de Funes, provincia de Santa Fe, donde se preparaba para ejercer como hermano coadjutor. Él y sus compañeros seminaristas visitaban distintos barrios durante los fines de semana y hacían trabajos con los jóvenes y los más chicos. De esta manera, y durante cinco años, estuvo en contacto con la gente humilde, y le entusiasmaba la idea de dar mayor continuidad y profundizar esa tarea, pero la Iglesia intentaba convencerlo de que debía posponer ese objetivo para más adelante. Pocho no quería esperar, quería actuar de inmediato, y planteaba estar más tiempo en la villa, cerca de la gente, más comprometido con el barrio. Él pensaba que la fe y la acción no debían marchar separadamente, él quería creer haciendo, y fue ese modo de pensar lo que despertó una contradicción en su misión religiosa. La institución salesiana le negó la propuesta, argumentando que aún le faltaba preparación y que ya habría tiempo para dedicarse a esas actividades más intensamente. Pocho se encontraba en la última etapa del seminario y ya había tomado los votos de castidad y pobreza, pero cuando debió tomar los votos de obediencia decidió abandonar la institución y renunciar a la carrera religiosa. Decidió instalarse directamente en una villa de Rosario ubicada en el barrio Ludueña Norte, donde continuó con sus votos de pobreza y castidad.
En el barrio comenzó a trabajar en comedores populares y docencia solidaria junto con Edgardo Montaldo, un sacerdote emblemático del lugar, con más de 30 años realizando actividades junto a los vecinos. A partir de entonces Pocho abrió y coordinó talleres participativos de formación y aprendizaje, a favor de la educación popular y en contra de la exclusión social. Creó alrededor de diez grupos juveniles, a partir de los cuales abordó y difundió temáticas vinculadas al VIH, salud mental, trabajo infantil y derechos humanos. También impulsó la apertura de talleres de guitarra y organizó campamentos.
De este modo, muchos jóvenes que andaban desocupados y desorientados, alimentando el negocio de la droga y la delincuencia, se vieron contenidos en los talleres y las inquietudes de Pocho.
Junto a otros militantes, Lepratti fundó en 1993 la agrupación conocida como “La Vagancia”, que aglutinó una gran cantidad de jóvenes del barrio orientados a desarrollar diversas actividades. La Vagancia surgió en la Comunidad Sagrada Familia, como un espacio de organización juvenil dispuesto a reivindicar y defender los derechos de los mismos jóvenes.
El grupo solía organizar actividades de cultura popular y música en los espacios públicos, y junto a sus integrantes Pocho se acercó al Centro de la Juventud de la Municipalidad, donde coordinó talleres y organizó cine debate, entre muchas otras actividades, con el objetivo de rescatar la propia historia y la dignidad de estos jóvenes.
Tiempo después “La Vagancia” impulsó, junto con otros grupos, el surgimiento de la revista Ángel de Lata, editada y distribuida por los mismos chicos en situación de riesgo.
Claudio Lepratti además trabajó en la Cocina Centralizada y militó activamente en su condición de empleado estatal. Mediante un acuerdo entre la Municipalidad de Rosario y la Vicaría del Sagrado Corazón del padre Montaldo, trabajó desde el Centro Crecer número 19. Allí repartía semillas a los vecinos del barrio, y el salario que percibía por realizar esta actividad lo destinaba completamente a las actividades del grupo "La Vagancia".
Pocho se entregó incondicionalmente a luchar contra la exclusión social y tenía la enorme capacidad de ver al otro como un hermano. En su vida cotidiana, supo acompañar con los hechos sus palabras y sus pensamientos. Quienes lo conocieron, aseguran que no imponía sus ideas como pensamiento único sino que se preocupaba por hacer circular la palabra y despertar el pensamiento crítico. Los jóvenes que estuvieron junto a él recibieron un valioso legado para enfrentar la adversidad con creatividad y propuestas, sin bajar nunca los brazos y continuar con los estudios a pesar de los obstáculos.
Pocho y su bicicleta eran compañeros inseparables. Cada día, atravesaba pedaleando la ciudad, cubriendo un recorrido de entre ocho y diez kilómetros. Con frío o calor, con lluvia o viento, llegaba a todas partes sobre su rodado. Ésta fue la causa por la que es recordado como un ángel con alas montado en su bicicleta. Cuando recibió el disparo, Pocho cayó hacia atrás y comenzó a desangrarse desplomado sobre el techo de la escuela. Después de haberlo ejecutado, los policías se retiraron sin atender los gritos de auxilio de las demás personas que se encontraban con Claudio. La intención de los agentes era dejarlo morir desangrado ahí mismo.
Pocho fue velado en el patio de la escuelita del padre Edgardo, con el marco de una impresionante muestra de dolor popular. Cientos de personas quisieron darle un último abrazo, antes de que su cuerpo fuera trasladado a Concepción del Uruguay, la tierra que lo viera nacer y en donde ahora descansa.
Luego de su muerte, la Biblioteca Popular Pocho Lepratti fue abierta en su homenaje. Ofrece distintos talleres y se propone recuperar mediante la educación popular, el trabajo que Pocho venía realizando en contra de la exclusión social y por una sociedad igualitaria y participativa.
En el lugar se realizan talleres reflexión, arte, teatro, guitarra, murga y serigrafía. Los jóvenes aprenden oficios que les permiten conseguir empleo, y de allí salen las banderas, las remeras vinculadas a la identidad de este espacio, que también trabaja en coordinación con otros movimientos sociales.
Hoy a Pocho lo llaman Pochormiga. La unión de las dos palabras apareció después de su asesinato, a modo de memoria colectiva y como una reivindicación del trabajo. Él decía que el trabajo de una hormiga quizás pase desapercibido, pero que dos, tres o cuatro ya van haciendo un camino, y muchas miles juntas tienen más fuerza que un elefante. Además, Pocho alentaba a trabajar sin estar pendiente de los resultados, porque sostenía que era el esfuerzo sostenido lo que dejaría una simiente.
Hoy es un símbolo de lucha y solidaridad, dignidad y trabajo. Su nombre se encuentra en las pancartas, en los afiches, en los volantes, en las canciones. Su nombre es recordado en diversos murales y en numerosos festivales, encuentros y manifestaciones. Cientos de paredes rosarinas rezan leyendas de “Pocho vive", "Pocho: tu lucha seguirá", "Pocho vive en el corazón y en los rostros de los que exigen justicia", o "Pocho nos muestra el camino".
Una gran cantidad de comedores populares lo recuerda como un emblema.
Pocho también es representado por una de las tantas bicicletas pintadas en las paredes de Rosario, las cuales evocan a los luchadores que el Estado se llevó y que jamás volvieron.
En Argentina, mientras los bufones y padrinos se multiplican en los cargos públicos y siguen definiendo nuestro destino, los referentes sociales siguen siendo asesinados, siguen siendo desaparecidos.

Por León Gieco

domingo, 28 de marzo de 2010

MUSEO CAMARA DE DIPUTADOS


EL MUSEO EL BICENTENARIO Y EL BARRIO

Con motivo del Bicentenario de la Revolución de Mayo, el Museo de la Cámara de Diputados de la Nación, que funciona de Lunes a Viernes de 10 a 19 Hs. en Rivadavia 1864, está planeando una muestra acerca del barrio y su relación con el Edificio del Congreso, lo que además de resultar novedoso, puede contribuir a resguardar la identidad de una zona con una importante trayectoria histórica.
Se proyecta recopilar un archivo de imágenes, recuerdos, escritos recortes de diarios, postales, o simples recuerdos del barrio y de su gente, en una interacción de éstos con el histórico edificio.
En el Congreso, no solo ocurren acontecimientos políticos, sino que además se interesa por contribuir a la formación de una parte de la historia olvidada de los barrios, y en éste caso del lugar en que se asienta el mismo.

Carlos Espósito
Subdirector del Museo
de la H. Cámara de Diputados de la Nación
Sede Bartolomé Mitre 2085 – Tel 4953-5067
Email: cesposito.daymuseo@hcdn.cov.ar

jueves, 25 de marzo de 2010

A 34 AÑOS DEL 24 DE MARZO DEL ´76




“AHORA EL TURNO DE LOS CIVILES”


Numerosos militares genocidas pasaron por la justicia, pocos fueron condenados aún, y gozan de una cómoda prisión domiciliaria, otros murieron de viejo, pero falta juzgar y condenar a muchos más.

Sin embargo, existe una importante cantidad de civiles, colaboracionistas de aquella dictadura, que deben rendir cuentas con la justicia, encabezados por Martínez de Hoz (vergonzosamente indultado por Menem). Fue la cobertura técnica administrativa que desde la luz o de las sombras le dieron apoyo y aliento para que ésta continuara con sus crímenes,

A ellos se agregan grandes empresarios que sacaron su tajada, la prensa “canalla” y llamados “comunicadores sociales” como Neustadt y Grondona.

Hoy a 34 años del golpe aún no fueron juzgados por su innegable connivencia, y esa es la “materia pendiente” de la democracia.

Eduardo Duhalde, habla de “los que quieren a Videla…”, y en su atrevimiento está incurriendo en “apología del crimen”

Este sujeto, interino silencioso en la época “del que se vayan todos”, quiere ser hoy presidente, el pueblo que debe renovar su compromiso con la memoria e impedírselo, para que ésta no sea “un montón de espejos rotos”

sábado, 20 de marzo de 2010

EL CORONEL TORTURADOR LUIS ALBERTO SARMIENTO


* El abogado Martín Grass formó parte de la conferencia de prensa y en ella contó que en el año 1971 conoció al coronel Sarmiento.
* "El coronel Sarmiento parece ser un anciano en una silla de ruedas, lo cual suena conmovedor", contó y agregó: "Yo fui detenido y fui torturado durante cinco días, lo cual incluyó varios simulacros de ejecuciones, aplicación de picanas, golpes, etcétera, por un grupo del 2º Cuerpo de Inteligencia del Ejército, a cargo de Sarmiento, quien en ese momento no era un anciano en silla de ruedas de 85 años sino un activo oficial jefe".

"Si la jueza tiene miedo, que vaya al psicólogo", replicó el Gobierno



* Carrió insiste: "Hay una operación de venganza contra la jueza Sarmiento”


El secretario de DDHH, Eduardo Luis Duhalde, respondió las palabras de la magistrada María José Sarmiento, quien había indicado que el fallo contra su padre era una presión del Gobierno. Además, aclaró que el Ejecutivo es querellante en la causa
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Crédito: Télam
El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, cargó contra la jueza María José Sarmiento al decir que "no resiste ningún tipo de consideración" las denuncias de la magistrada respecto de que el Gobierno ordenó la detención de su padre como modo de presión.

Duhalde aseguró que es "un disparate" la denuncia de Sarmiento, y que "es exactamente al revés". "Ahora nos resulta más claro la arbitrariedad de la jueza Sarmiento", dijo el funcionario.

"La jueza Sarmiento no podía ignorar que su padre estaba procesado por crímenes de lesa humanidad por requerimiento fiscal de febrero de 2008 y que la Secretaría de DDHH de la Nación se había presentado como querellante en representación del Gobierno nacional (…). En lugar de excusarse cuando le tocó actuar, que era lo que debía haber hecho, intervino y falló en contra del gobierno nacional. ¿Quién, entonces usó los estrados judiciales para ejercer presión o represalia...? No precisamente el Gobierno", sostuvo Duhalde.

El secretario calificó de "bochornosa" la pretensión de "querer tergiversar hechos tan claros", y agregó que "la persecución judicial a un represor ilegal responsable de crímenes horrendos" no tiene nada que ver con "alguna actuación de su hija jueza", sino que, en su criterio, "es al revés".

Consultado sobre las declaraciones de Sarmiento, en el sentido de que "sentía miedo", Duhalde le recomendó "que vaya al psicólogo", a lo que el subsecretario Luis Alem agregó: "A nosotros nos da miedo lo que hizo su padre".

El secretario argumentó que "en el estado de derecho que constituye el sistema jurídico argentino, nadie está obligado a declarar contra sí mismo. Tampoco existe el delito de parentesco", pero "es lamentable que una jueza critique la decisión de otro par suponiéndolo que es una presión o una venganza por hechos que ella protagonizó hace dos meses y no que tiene que ver con los hechos que produjo su padre hace años".

"Ella debió excusarse. Ella ejerció presión sobre el Gobierno porque el Gobierno tenía una causa en contra de su padre", afirmó.

Consultado sobre la edad del coronel Sarmiento, Duhalde remitió a los "pedidos de extradición de países que son modelo en la lucha contra los derechos humanos" y recordó que "en los EEUU se juzga a personas que cometieron delitos hace 50 años". Además, señaló la "larga impunidad que sucedió a las leyes de la impunidad y los decretos de indulto". "Desde el año 2005 la fiscalía venía pidiendo los pedidos de indagatoria y procesamiento del coronel Sarmiento", concluyó.

LA JUEZA SARMIENTO DEBE RENUNCIAR NO PUEDE CONTINUAR EN UN CARGO PÚBLICO CON LA JERARQUÍA DEL QUE POSEE, CON LOS ANTECEDENTES FAMILIARES DE SU PADRE, UN TORTURADOR COMPROBADO, QUE LAMENTABLEMENTE HOY NO SE LO PUEDE INTERROGAR DEBIDO A SU SALUD, PERO DEBERÍA JUZGÁRSELO IGUALMENTE CON LAS SUFICIENTES PRUEBAS QUE EXISTEN EN SU CONTRA.

miércoles, 3 de marzo de 2010

PERIÓDICO PRIMERA PÁGINA


EDITORIAL

( Nº 182 – MARZO 2010)


En materia de desigualdad no existen límites imaginables: al despropósito de la “distribución de la riqueza”, en que un sector minoritario, rico y privilegiado se lleva 30 veces más que el sector mayoritario y de humilde condición, se agrega el hecho del consumo desigual.

El hemisferio Norte –con los EE.UU. a la cabeza– consume el 80% de los bienes producidos en el mundo, mientras que el Sur solamente se vale del 20% restante.

Se produce así una desigualdad adicional, que pasa del orden aritmético al geométrico. Por ejemplo: ¿cuántas veces más gana un gerente en los EE.UU., que un asalariado medio no calificado de Argentina o Brasil?

Es muy real advertir que el mundo se encamina a consumir más que lo que produce. En principio una ecuación imposible, pero ocurre que en ese andar se ahondan las diferencias y muchos pueblos del Sur, África y Asia, no consumen casi nada, sólo producen para satisfacer la demanda de las grandes urbes europeas y norteamericanas. Esa situación, ya de por sí aplastante, se agrava por la presión económica y política de las multinacionales (el gran flagelo de las últimas décadas).

En el siglo XVI la Europa privilegiada dilapidaba toda la riqueza saqueada a sus colonias. Hacia ellos regresaban los galeones repletos de oro y plata, los recursos más apetecibles de aquella época en que no se conocía aún el petróleo ni la energía eléctrica, y cuando el agua potable era abundante en todas las latitudes.

Pasaron cinco siglos de extracción indiscriminada de minerales, hasta casi vaciarse las entrañas del planeta ¡Sudamérica bien lo conoce! Sin embargo, ¡ahora vienen por más, vienen por todo, vienen también por el agua!

Javier Rodríguez Pardo en su libro América, vienen por el oro, vienen por todo, hace un critico análisis de la historia y de la actual situación de expoliación de los suelos de América, y llega a conclusiones alarmantes: “El planeta no resiste la explotación descontrolada de lo que se dio en llamar recursos naturales, y está a la vista que la eclosión demográfica demanda cada vez más insumos, digitados de manera desigual por unos en desmedro de otros pueblos. El agua, la irracional explotación de los suelos, la concentración de la energía, la diversidad biológica y los minerales críticos y estratégicos, conforman el paquete voraz para dominar el mundo, con infaustos resultados de un desarrollo cientificista y tecnócrata que en realidad fabrica calentamiento global, cambio climático y más hambre”.

En los Estados Unidos se reconoce que cada uno de sus habitantes consume 19 toneladas promedio de minerales; claro que no todos por igual, lo que hace que haya quienes cuadruplican esa cifra, unas 80 toneladas. Ahora bien, ¿cuánto consume un modesto habitante del Mato Grosso brasilero?

Mientras tanto, las corporaciones trasnacionales continúan esquilmando las cadenas montañosas del oeste argentino, con el implacable método de detectar por vía satélite los minerales allí escondidos, de modo que pasan a pulverizar montañas y glaciares, vertiendo luego el desecho de las utilizadas sustancias químicas altamente contaminantes.

Para todo eso se sirven de millones y millones de litros de agua como principal insumo. Desvían ríos y los contaminan, al igual que las napas. Pero lo peor de todo es que se llevan el 97% de lo producido, ya que gozan de sorprendentes exenciones impositivas. ¡Algo inadmisible pero cierto!

Vienen por todo, por el resto del oro, pero también por el agua. El 85% del oro extraído (sustraído) se destina a la joyería (para los acaudalados) y el l5% restante va a engrosar las arcas bancarias. Para producir un anillo de oro se pulverizan 20 toneladas de montaña, ¿vale la pena?

Esta explotación irracional e incontrolada expulsa habitantes, destruye flora y fauna, contamina acuíferos e inutiliza millones de hectáreas. ¡El botín es magro para tanta devastación!, además es ajeno, se lo llevan como en las mejores épocas de la Conquista.

La solución es simple, pero los poderosos intereses manejan a funcionarios, gobernadores y legisladores, como en el caso del patético gobernador de San Juan, José Luis Gioja.

El gobierno nacional carece de voluntad política para impedir la destrucción y el saqueo, mientras que los grandes medios y la llamada “oposición” mantienen un sospechoso silencio, “de eso no se habla”. ¿Por qué será?

El camino por seguir es la denuncia y resistencia a éste nuevo saqueo del siglo XXI, tal como lo hizo el pueblo de Esquel, que expulsó a las compañías mineras, en un plebiscito con el 81% de voluntades. Y aquello no fue ayer, fue el 23 de marzo de 2003.

Hoy el proyecto binacional de Pascua Lama (entre la provincia Argentina de San Juan y la Chilena de Atacama) encarado por la multinacional canadiense Barrick Gold amenaza ecosistemas, montañas, ríos y glaciares.

Solo la unidad y la resistencia de ambos pueblos pueden impedirlo.

¡Así se hace patria!

Hasta la próxima

PUERTO NUEVO


PUERTO MADERO II


La ciudad crece, pero en forma desigual. Una cosa es “el Norte”, otra diferente “el Centro” y “el Sur”. A cada barrio le toca una porción del presupuesto –o un mendrugo--, de acuerdo a su condición social.
Dentro de este esquema discriminatorio se elaboran los grandes y pequeños proyectos, como por ejemplo el planeado por el Gobierno de la Ciudad “Megaproyecto de remodelación del antigua Dársena Norte de Puerto Nuevo”, a continuación de Puerto Madero. Éste es un proyecto ejecutado por la Sociedad Central de Arquitectos, que prevé un futuro centro ultramoderno de Puerto, compuesto por áreas verdes, grandes centros comerciales, restaurantes de lujo, puentes elevados, edificios en arco, puentes peatonales, gran hotelería internacional, y conexiones de altura con el microcentro porteño, ¡toda una pinturita! Pero…, siempre hay un pero. Ocurre que los terrenos asignados a los puertos corresponden a la Nación (los administra el ONABE), y para que la Ciudad haga algo en ellos debe tener la autorización o la transferencia a su jurisdicción, algo difícil de pensar en este momento. Entonces, todo se reduce a una mera operación de propaganda con vistas a las elecciones futuras, ¡una porquería! Pero hay más, ocurre que en el centro de la ciudad, tirando al sur y al oeste, en el barrio de Balvanera, los vecinos vienen reclamando desde hace diez años un modesto proyecto de Parque de la Estación en los terrenos aledaños y en desuso del ex Ferrocarril Sarmiento; apenas 5 hectáreas, en contraste con las 60 hectáreas del proyecto “Dársena Norte” o “Puerto Madero II”. El proyecto Parque de la Estación, presentado por el Periódico Primera Página a la Legislatura el 19 de abril de 2000, fue tomado por el ex jefe de Gobierno Néstor Ibarra (antes del incidente Cromañon), luego desmantelado y olvidado por Jorge Telerman, aunque nunca hubo intención del gobierno nacional de ceder los terrenos a la Ciudad, por distintos negociados mantenidos por el ONABE, ¡otra porquería! Más allá de proyectos mediante vayamos al núcleo del problema, que es la discriminación entre ciudadanos de primera (en el barrio norte) y ciudadanos de tercera (en el barrio sur), algo que además de antipático es pasible de penalidad mediante el organismo que entiende en lo relacionado con la discriminación, racial, religiosa y también social. ¡Atención funcionarios del INADI! Nadie se opone al progreso de la Ciudad a nivel global pero ¡ojo!, que los proyectos sean parejos en todo su conjunto, no se pueden gastar millones en el sector más adinerado y retacear fondos en el más humilde y necesitado. Así las cosas. Mientras tanto, no se invierte en salud, educación y vivienda popular, los hospitales se encuentran carentes de insumos y las escuelas en condición lamentable. Discepolín diría
“¿que sapa Señor Macri?”


Consejo de Redacción

INSTITUTO SUPERIOR DEL PROFESORADO SECUNDARIO




JOAQUIN V. GONZALEZ


El 17 y 30 de enero de 1903 por decretos del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública se establecen los requisitos que debían cumplirse para obtener un título de profesor secundario, que debían culminar con un curso de pedagogía a dictarse en un seminario pedagógico a crearse.

En Junio de 1904 se funda el Colegio Nacional (Actual Bme. Mitre) que debía servir de escuela de aplicación para aquel seminario. Es así como el 16 de diciembre de 1904 se constituye el Instituto Superior del Profesorado, como Seminario Pedagógico anexo al citado Colegio Nacional. Este Seminario Pedagógico se instala sobre la base del modelo prusiano de enseñanza y con profesores contratados en Alemania.

Corría el tiempo en que Julio A. Roca cumplía su segunda presidencia (1898-1904), y lo sucedía Manuel Quintana con Joaquín V. González, como Ministro de Educación.

Ambos funcionarán en la calle Valentín Gómez 3163, en un antiguo caserón de Balvanera del año 1870, abandonado durante la epidemia de fiebre amarilla, y que había alojado más tarde a una casa de prostitución.

Desde sus orígenes el Instituto atravesó formas cambiantes de organización y sufrió la carencia de un edificio propio. Aquel sitio prestado resultó exiguo para su labor y hubo que alquilar dos casas en la vecindad, una sobre Valentín Gómez al 3200, donde se dictaron Idioma, Historia, Geografía y Ciencias Naturales, y la otra en la misma arteria al 3000, en la que se dictaba Física.

Siempre, en su trayectoria de más de cien años, vivió de prestado. Fue recién en el año 2009 que obtuvo edificio propio en la calle Ayacucho 632, aunque desde su inauguración resulta insuficiente para la cantidad de alumnos matriculados y, además, es de difícil acceso a los pisos altos en las horas pico, por la falta de ascensores.

Sigamos rápidamente el peregrinaje del Instituto desde sus inicios en la calle Valentín Gómez. En 1944 debió trasladarse a José Hernández 2247, en el barrio de Belgrano, lugar donde se mantuvo hasta 1970, cuando fue transferido a Avenida de Mayo y San José, momento a partir del cual tomará su actual nombre “Joaquín V. González”. En 1982 pasa al primer piso del Mariano Moreno en Rivadavia 3155 del barrio de Almagro, hasta el año 2008, cuando por fin se muda a su sede propia de Ayacucho 632.

En cuanto a su dependencia, señalemos que entre los años 1907 y 1908 el Instituto funcionó como un anexo de la Facultad de Filosofía y Letras, anexión que fracasó, de modo que recuperó su individualidad y jerarquía autónoma. A partir del año 1994, al cumplir el centenario, comenzó a depender del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En esta accidentada historia es de señalar que en el año 1924, durante el ministerio de Rómulo Naón, se expropió un terreno en Lima y Moreno para destinarlo al Instituto. El arquitecto Pedro Beniot había confeccionado los planos y hasta se había colocado la piedra fundamental, pero el edificio nunca se construyó.

Orígenes y fundación

“…para obtener un buen profesor de enseñanza secundaria no basta que éste sepa todo lo que debe enseñar… sino es necesario que sepa cómo lo ha de enseñar.”, dice el Decreto de creación del Instituto (16.12.04). En efecto, hasta la creación de esta casa de estudios, para ejercer la docencia a nivel secundario en los colegios nacionales no se exigía ninguna formación específica, podían hacerlo diplomados universitarios, maestros y profesores normales y hasta personas sin ningún título.

La formación del profesor de secundaria no era cubierta por ninguna institución superior, y la idea de crear un instituto fue la de lograr una especialización y profesionalización concreta para la enseñanza de las materias básicas. En esa línea, más tardíamente se incorporaron las materias contables para los colegios comerciales, en cambio, las escuelas industriales desarrollaron su propio circuito formativo, con el Instituto Superior del Profesorado Técnico.

Una característica llamativa que señalamos al inicio, fue la adopción del modelo prusiano de formación, y la contratación de profesores de ese origen, como lo fue su primer rector el Dr. Guillermo Keiper (1904-1917).

El país…entonces

Era muy común en aquellos principios del siglo XX recurrir a la contratación de profesores extranjeros, especialmente europeos y norteamericanos, para impulsar una educación laica, acorde a la Ley 1420.

No debe olvidarse que hasta entonces la enseñaza predominante en el país era la católica, regida por la Iglesia. Consecuentemente los profesores, provenientes de su seno, adolecían de un sesgo religioso que era contraproducente para renovar la instrucción y adaptarla a los nuevos tiempos, plenos de una gran inmigración, imbuida de otras ideas y expectativas.

Vale preguntarse por qué el Estado y los hombres de gobierno de aquellos días, de innegable filiación conservadora y defensores de la actividad privatista como Roca, Avellaneda, Juárez Celman y otros, tuvieron interés en adherir a una enseñanza estatal, que además de laica, era obligatoria y gratuita.

La propia Ley 1420 nació, paradójicamente, durante el gobierno de Julio A. Roca (1884); también surgió entonces la Ley del Matrimonio Civil, llevado a cabo hasta entonces por la Iglesia. Se procuraba poblar un país de escasos habitantes, con nuevas corrientes laborales, con técnicos y especialistas europeos, y para ello se les debía garantizar una enseñanza acorde a sus principios y una prescindencia de la Iglesia para el matrimonio. Luego ocurrió que no vinieron técnicos ni especialistas, sino una masa corrida de Europa por la miseria, la desocupación y las persecuciones políticas, entre ellos militantes de las nuevas ideas socialistas y anarquistas que reinaban en aquel continente.

Calculó mal la elite conservadora de entonces, trajo al país a quienes introducirían las nuevas ideas, a las que iban a combatir desenfrenadamente. En consecuencia, se iniciaría una época de terribles represiones, persecuciones y deportaciones; por otra parte, la pampa quedaría despoblada y las ciudades colmadas y con falta de viviendas, lo que se constituyó en un problema adicional.

El Instituto

En los primeros años del Instituto sólo ingresaron profesores universitarios para obtener el título habilitante a nivel secundario. Luego, a partir de 1905, se introdujeron cursos científicos destinados a facilitar al estudiantado una mejor preparación teórica de las asignaturas que debían constituir su especialidad.

La formación inicial de dos años pasó a ser de cuatro años, y ya para la década de 1920 los programas cubrían la mayor parte de las disciplinas propias a las materias de la enseñanza media.

En la actualidad el “Joaquín V. González” cuenta con 15 carreras de grado y cinco de especialización. Estas carreras abarcan la gran mayoría de las materias: idioma, literatura, ciencias económicas, jurídicas, políticas y sociales, física, química, matemáticas, historia, geografía, biología, filosofía y psicología.

Egresados notables

-Risieri Frondizi – Rector de la UBA entre 1957 y 1962.

-Celina Repetto – Matemática.

-Jorge Sábato – Físico.

-Felipe Pigna – Historiador.

-Mariano Oporto – Senador Provincial y Director Provincial de Cultura.

Alumnos desaparecidos durante la Dictadura:

-Alberto Anchepe.

-Gustavo Pasik.

-Guillermo Voloch.

(Según surge de una placa que al momento de redactarse esta nota aún no había sido colocada.)

Semblanza de Joaquín Víctor González (1863-1923)

Político, periodista, legislador, historiador y educador. Nació en Nonagasta (La Rioja). Desempeñó dos ministerios durante el gobierno de Roca, el de Interior y el de Justicia e Instrucción Pública.

Fue periodista en diarios del interior y en La Prensa de Buenos Aires, profesor y fundador en 1905 de la Universidad de La Plata. Fue gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre 1889 y 1891.

Su obra literaria fundamental es La tradición nacional, además de libros sobre historia, sociología y derecho, así como Fábulas Nativas y Mis Montañas, un canto a La Rioja. El Congreso Nacional editó sus obras completas que suman 25 tomos.

Miguel Eugenio Germino

Agradezco la colaboración de la Secretaria del Instituto durante 55 años, Sra. Andrea Fernández, y del Rector Francisco R. Velasco.

FUENTES

-Folleto “Bodas de Oro” del Instituto, Buenos Aires, 1954.

-http//es.wikipedia.org.wiki/Joaquin_Victor_Gonzalez

-http//webs.sinectis.com.ar/ncotic/insti.htm

-http://es.wikipedia.org.wiki/Instituto_Superior_del_Profesorado_%...

-Souto, Marta y otros, Edición del año 2004 del Instituto.

JUAN DE GARAY Y EL REPARTO DE INDIOS




EL 11 DE MARZO DE 1582

JUAN DE GARAY Y EL REPARTO DE INDIOS
EN LA NUEVA ALDEA


“Como americana pienso que la ocupación de América por los europeos ha sido una tragedia y supongo que estará en nosotros, aquellos descendientes de esos invasores, estemos mestizados o no, cambiarle la cara a esta macabra historia.”
Magdalena Roca Figueroa
Sobrina biznieta del General
Julio Argentino Roca

El 11 de junio de 1580 Juan de Garay funda definitivamente Buenos Aires. A diferencia de la primera fundación de 1536 por Don Pedro de Mendoza, esta vez la invasión fundante no provino directamente desde España, sino de Asunción del Paraguay, lugar donde se habían refugiado los sobrevivientes de la fallida expedición de Mendoza.
El grueso de este nuevo contingente 44 años después, estará integrado por los denominados “mancebos de la tierra”, producto del mestizaje del conquistador español con la india nativa.
Establecido Garay en “El Fuerte” local, repartirá primero tierras entre sus capitanes y hombres de confianza que lo acompañaron, luego, en 1582, distribuirá entre ellos indios, a fin de ocuparlos en tareas de agricultura, construcciones y servicio doméstico, faenas consideradas un tanto inaceptables para las “delicadas” manos conquistadoras.

LAS INVASIONES ESPAÑOLAS

Como por lo común se enseñó en la escuela primaria hasta no hace mucho, el 12 de octubre se celebraba el “Día de la Raza”; hoy desmitificado, ya que se lo señala en cambio como la fecha que recuerda el comienzo de las “Invasiones Españolas”.
La antigua institución española de los Adelantados se difundió durante la conquista, con la irrupción de buscavidas, mercenarios y aventureros que se animaban a los largos y riesgosos viajes, tan lejanos como inciertos, alentados por las promesas de ilimitada riqueza fácil. Estos debían fundar ciudades, cobrar impuestos, cristianizar al nativo y arrear con cuanto metal precioso se hallara en su camino. Implicaba arriesgar escasas inversiones, comparadas con los óptimos beneficios a repartirse entre estos adelantados y la Corona. No fue casual que en el Diario de Colón, en las primeras semanas de su arribo, la palabra “oro” se repitiera nada menos que 75 veces.
Así, en “América” (así llamada por referencia a Américo Vespucio) se convertían en padres y señores de las tierras conquistadas, dueños de la vida y de la muerte, exterminando al indio o, en el mejor de los casos, decretando su expulsión y confinamiento.
Lo que para los europeos –que se sentían el centro del universo–, era un “descubrimiento”, para los pueblos originarios fue la trágica realidad de que ya no podrían decidir libremente por sus vidas, religión, trabajo y costumbres.
Cristóbal Colón (1451-1506) era un joven rico y ambicioso, un comerciante de Génova que se deleitaba con la lectura de los libros de Marco Polo sobre las incursiones que había realizado por la China, así como con el estudio de los limitados mapas de la época.
La planificación de sus cuatro viajes a tierras que consideró hasta su muerte “indias”, sería para él un desafió más que atractivo y seductor. Moriría sin saber que había llegado a otro continente, uno desconocido para los europeos. Colón tenía una idea bastante sensual de la forma de la tierra; según una carta enviada a la Reina Isabel: “El mundo no es redondo, sino que tiene forma de teta de mujer, y la parte del pezón es la más alta, cerca del cielo, y por debajo de él la línea equinoccial y el fin del oriente, adonde acaban toda tierra e islas del mundo”.
El contrato de conquista, firmado el 17 de abril de 1492, tenía más de mercantilista que de científico o que del idílico espíritu aventurero que se le ha adjudicado después. Estipulaba que sería designado virrey y gobernador de los territorios a descubrir, de los que recibiría el 10% de todo el tráfico mercantil futuro.
Desembarcó en lo que el creía eran las Indias Orientales, y de allí el nombre de “indios” endilgado a los nativos occidentales, del que jamás se despegarían, además llegará con la cruz, para imponer una religión, y con la espada, para imponer “el orden”.

LA PRIMERA INVASIÓN AL RÍO DE LA PLATA:
PEDRO DE MENDOZA (1487—1537)

La de don Pedro y sus socios será la primera invasión a estas playas del Río de La Plata, que descubriera Juan Díaz de Solís (? –1516), al que bautizara “Mar Dulce” por la falta de salinidad de sus aguas. No era mar sino río, pero se internó en él pensando que era el entonces buscado paso al Pacífico. No lo encontrará, pero sí hallará su muerte, posiblemente a manos de los charrúas, que con casi seguridad comieron sus carnes. Como diría muchos años después Jorge Luis Borges: “…allí donde ayunó Juan Díaz de Solís y los indios comieron…”
Mendoza, de la nobleza castellana, llega en 1536 a la desembocadura de este río con 14 barcos, 1.200 hombres y tan sólo 15 mujeres, además introdujo 72 yeguarizos, que 40 años más tarde se propagarían por la pampa. La primera fundación –también se presume– se hizo en la zona del actual Parque Lezama.
Para los españoles América era un continente vacío, cuya población fue considerada por mucho tiempo una sub-especie algo más evolucionada que la animal. Pero el continente tenía dueños, y en estas pampas del sur ellos eran los querandíes, una etnia del pueblo “pampa”, que habitaban en pequeñas comunidades y subsistían fundamentalmente con lo obtenido mediante la caza o la pesca. Los visitantes intrusos (“conquistadores”), en su parasitaria pretensión intentaban ser abastecidos de víveres por los nativos, considerados animalejos. Se equivocaron, porque pronto se suspendería la alimentación, y lo que comenzó como una relación “amistosa” terminó abruptamente a partir del primer día en que no llegaron las vituallas.
Ante un intento de persecución sobrevino el sitio al campamento, le siguieron ataques periódicos y el inevitable fin del endeble poblado invasor, que sucumbiría por hambre. De los 1200 que llegaron sólo quedaron apenas 650. Algunos regresaron a España, Mendoza entre ellos, que moriría en el viaje afectado por la sífilis que ya padecía. El resto, al mando de Ayolas, emprendería un largo viaje al norte, donde Juan de Salazar y Espinosa fundaría Asunción del Paraguay en 1541.
Allí encontrarán en los guaraníes la recepción que los querandíes les negaron. Además de alimentación les brindaron sus mujeres, lo que en un corto plazo daría origen a una nueva ralea, denominada “mancebos de la tierra”, mestizos que pronto superarán en número al grupo español original. Más tarde se los conocerá como “criollos” (del portugués “crioullo”, que designaba al hijo del amo con su esclava negra). También se llamará criollo, con sentido más extenso, al hijo de español nacido en esta tierra.

LA SEGUNDA INVASIÓN AL RÍO DE LA PLATA Y DON JUAN DE GARAY (1528 - 1583)

Garay, residente desde 1560 en Asunción, organiza desde allí nuevas fundaciones al sur. En 1573 funda el primer emplazamiento de la actual provincia de Santa Fe, sobre el río San Javier, como puerto de las embarcaciones desde y hacia España. Ya en enero de 1580 comienza los preparativos para nuevas fundaciones aún más al sur, sobre el Río de la Plata.
El grupo principal de la expedición será el de “los mancebos de la tierra”, además de colonos españoles. A ellos les ofrecerá tierras en la nueva fundación, además de ganado cimarrón a voluntad, pero asimismo les adjudicará indios para labrar la tierra y para otros quehaceres.
La expedición constará de un grupo embarcado y otro que por tierra llevará el material más pesado. El 29 de mayo llegan a la desembocadura del Riachuelo, donde establecen un campamento inicial algo más al norte del que había instalado Mendoza en 1536.
Con la experiencia de la fracasada primera fundación, Garay salvará los iniciales escollos de la agresividad de los nativos. Por otra parte tenían ante sí una pampa en la que se estimaba que existían diseminadas 48 millones de cabezas de ganado, lo que fue dando lugar a una incipiente y redituable industria del cuero. Tal era la ambiciosa expectativa que se dio en llamar “la civilización del cuero”.
Hubo una entrega inicial de parcelas en el ejido urbano compuesto por las primeras cuarenta cuadras entre las hoy calles Independencia y Viamonte, con el límite norte de la calle Salta. Cada manzana de 150 varas (129.99 metros), se dividía en 4 solares (de aquella unidad dividida por 15 se llega a la actual medición de los terrenos de 8,66 metros, o sea 10 varas). A estas 40 cuadras se agregará una segunda línea de tierras colindantes para chacras, tambos, frutales, y huertas.
Ya afianzados en la zona, el 11 de marzo de 1582 se formalizará el reparto de indios de las distintas etnias entre los pobladores, especialmente entre sus capitanes y amigos, como pago por los “importantes servicios prestados”.
Dado que en el Río de la Plata no eran de aplicación las figuras de la mita y las encomiendas (1) ya existentes en el Norte, Alto Perú y Bolivia, el indio sería utilizado para la agricultura y los trabajos domésticos. De los distintos pueblos originarios, los que más aportaron mano de obra fueron los guaraníes, por ser más maleables que los pampas y charrúas, que muy dificultosamente podían ser reducidos.
Aunque en un primer momento muchos caciques aceptaron la reducción, pronto descubrieron que se habían convertido en esclavos en su propia tierra, y así es que comenzarían las rebeliones y las fugas. Algunos lograron escapar hacia la extensa pampa virgen, otros sucumbirían, víctimas de las pestes, el alcohol y la explotación.
Para impedir las fugas se dispuso que los indígenas debían llevar una “Cédula de su Amo”, la que no era otra cosa que una marca a fuego en su cuerpo, la misma que se utilizaba para el ganado. También se estableció que los indios sorprendidos de noche fuera de las reducciones podían ser detenidos por cualquiera para ser llevados a la real justicia, que consistía en someterlos a azotes en la plaza central.
Sin embargo, a pesar de la crueldad de estas leyes, las sublevaciones no disminuirán, por lo cual a no muy largo plazo se pasaría a suplantar al indio por los esclavos negros traídos de África.
El indio siguió siendo perseguido sistemáticamente a través de la pampa, en la que cada día se le iba reduciendo el territorio, hasta ser casi aniquilado por la Campaña del Desierto implementada por Julio Argentino Roca en 1878.
La historia secular muestra que entre 1580 y 1810 hubo de conformarse un estado colonial corrupto, en el que las leyes adquirían flexibilidad según el poder de quienes las aplicaban. Los indios fueron ciertamente las primeras víctimas, luego vendrían los gauchos, perseguidos durante la Colonia y también después de la independencia.
Siempre el Estado, como una constante, será la principal fuente de corrupción a través de sus funcionarios, implicados en robos, contrabando, abusos y crímenes de todo tipo.

Miguel Eugenio Germino




(l) La encomienda fue una institución característica de la colonización española de América y Filipinas, establecida como un derecho otorgado por el Rey en favor de un súbdito español (encomendero) con el objeto de que éste percibiera los tributos en trabajo que los indios debían pagar a la corona, en consideración a su calidad de súbitos. A cambio, el encomendero debía cuidar de su bienestar en lo espiritual y en lo terrenal, asegurándoles su mantenimiento y su protección, así como adoctrinamiento cristiano, lo que derivó en una nueva forma de esclavitud.


FUENTES

-Diario Clarín, 11 de Marzo de 1994.
- http://www.lsguia 2000.com/américa hispánica/ la_conquista_del_ Río…
-http://es.wikipedia.org/wiky/Juuan_de_Garay
-http://www.el histortiador.com.ar/artículos/conquista_y_colonia…
-http://www.rebelión.arg/noticias/2004/11/7324.pdf
-Jaureche, Arturo, El medio pelo…, Corregidor, 2001.
-Pigna, Felipe, Los mitos de la historia…, tomo 1, Norma, 2004.

JUNTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE ALMAGRO


Rescatar y preservar la historia del barrio

Un conjunto de vecinos lleva a cabo esforzadamente y en forma desinteresada, un trabajo riguroso para recuperar la historia del barrio, sumergiéndose en su cultura, su arquitectura, su arqueología y sus personajes. Se trata de la Junta de Estudios Históricos de Almagro. Las juntas barriales surgieron a partir de la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires, una asociación civil sin fines de lucro creada por el Primer Congreso de Historia de los Barrios Porteños, celebrado en 1968.

La Junta de Almagro nació por iniciativa del abogado e historiador Eduardo Favier Dubois, quien fue uno de los fundadores de la Junta Central, y trabajaba para que cada barrio tuviera su junta. Convocó a los interesados en participar en la proyectada entidad a través de un anuncio periodístico. La primera sesión de la junta almagrense se llevó a cabo el 24 de mayo de 1980 en el Colegio San Francisco de Sales, situado en Hipólito Yrigoyen al 3900. El presidente era el Dr. Carlos Trueba, que permaneció en el cargo hasta 2005. En aquella primera reunión, además de Trueba, estaban el Escribano Carlos Rezzónico y el Arquitecto Aquilino González Podestá, dos prestigiosos investigadores, entre otros.

La Profesora Elena Maurin de Rufino, presidenta de la Junta de Almagro desde 2006, brinda detalles sobre la forma de trabajo de la asociación: “Nos reunimos una vez por mes. Cada uno investiga por su lado los temas que le interesan. No tenemos sede, nos encontramos en un café o en mi casa. Carecemos de compromisos políticos, nuestro único interés es Almagro. Toda investigación debe estar respaldada por documentos escritos, porque los recuerdos con el tiempo se desdibujan. Después del testimonio, es necesario chequear en los archivos. Investigar la historia es meterse en el pasado y conocer a la gente, ver cómo redactaba, ver los archivos periodísticos o las escrituras”. Otra actividad que suele realizar la institución es la de organizar actos públicos para recordar hechos relevantes del barrio. Por ejemplo, se colocó una placa en el Colegio Pío IX para evocar que Ceferino Namuncurá y Carlos Gardel estudiaron allí e incluso integraron el coro.

Una propuesta que promovió la Junta y logró materializar es la designación del 28 de septiembre como el Día del Barrio de Almagro, a través de la Ley 901 del año 2002 de la Legislatura porteña. Ello en virtud de que se halló la escritura donde consta que en esa fecha de 1839 Julián de Almagro compró la parte norte de la enorme propiedad que fuera del rico comerciante portugués Carlos Dos Santos Valente, dividida en dos por la apertura de la Av. Rivadavia. La quinta de la familia Almagro, ubicada en la esquina de Rivadavia y Medrano, se empezó a tomar como referencia, y así el barrio fue adquiriendo su nombre definitivo. La gestión de la Junta también jugó un papel clave para consagrar el emblema barrial. En 1991 se convocó a un concurso donde resultó elegida la obra del escultor Amado Armas. En la insignia, la cultura y la espiritualidad están representadas por la Basílica de San Carlos Borromeo sobre la figura de un libro abierto. Una pelota y un guante simbolizan el fútbol y el box, en tanto que la guitarra alude a la fuerte presencia del tango, y el ramo de violetas, a la tradicional confitería del mismo nombre.

Los integrantes de la Junta cumplen su labor ad honorem y en condiciones precarias: “El año pasado, desde el Gobierno de la Ciudad nos prometieron un pequeño subsidio, que sería bueno para realizar alguna publicación. Nuestro trabajo es muy artesanal, la falta de recursos nos impide publicar. Es más, terminamos poniendo plata de nuestro bolsillo. De todas maneras, no creo que nos den mucho dinero, ¡si no les dan a las escuelas…!”, comenta resignada la profesora.

Cualquier vecino aficionado a la historia puede formar parte de la entidad como miembro adherente. En cambio, para ser miembro titular, el requisito es presentar un trabajo de investigación histórica sobre el barrio. Maurin admite que “en las reuniones de la Comisión Directiva somos pocos, nos gustaría ser más. A la gente le interesa la historia pero no tiene tiempo para participar”. Además de Maurin y Rezzónico, conforman la conducción de la Junta: Mauro Fernández (vicepresidente), la Prof. Olga García de D’Agostino, Néstor Canale, la Prof. Susana Shirkin y la restauradora Claudia Amiratto. Los miembros honorarios son Cayetano Bruno (sacerdote salesiano) y Enrique Puccia (periodista y poeta) –hoy fallecidos- y Favier Dubois. El presidente honorario es Carlos Trueba.

La iniciativa más reciente de la Junta, formulada con el acuerdo de la Escuela de Cerámica, es un proyecto de declaración que acaba de aprobar la Legislatura para que destacados artistas decoren la plaza Almagro

Laura Brosio


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SALIÓ EL Nº 182 DEL MES DE MARZO DE 2010 DEL PERIÓDICO:
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