jueves, 29 de noviembre de 2018

PERIÓDICO PRIMERA PÁGINA - DICIEMBRE 2018

SALIÓ EL Nº 282 DEL MES DE DICIEMBRE DE 1018



EN ÉSTE NÚMERO

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Y MUCHO MÁS






  

PRIMERA PÁGINA EDITORIAL DICIEMBRE DE 2018


EDITORIAL AL Nº 282 DICIEMBRE 2018

  

Siempre como es de costumbre al menos en estas latitudesel mes de diciembre despierta ciertas expectativas y se activa automáticamente en la sociedad un mecanismo que bloquea la atención de los problemas trascendentales, graves o no; pero es una cuestión inevitable que sucede a pesar de nuestra voluntad.
Sin embargo es inútil que se opere un descuido total al momento que se está viviendo, tanto en nuestro país como en la América (hoy una América difícil) y en el mundo, porque todo está relacionado y nada, absolutamente nada, se da en forma aislada. Es una quimera pretender percibir una realidad parcializada, y lamentablemente quien así lo entienda vive en una realidad de ficción.
Y… así lo entiende también el gobierno, un gobierno de ricos y CEOs (CEO, siglas del inglés Chief Executive Officer o director ejecutivo), que le vino a expropiar a los pobres, a los menos favorecidos o a la otrora importante llamada “clase media” hoy devenida a menos de un cuarto, y para ello trata de vender reiterados escenarios de “cortinas de humo”, que se acompañan con repetidos “circos mediáticos”, mientras se prepara con campañas destinadas a “bobos” (con el perdón del término) porque que los hay los hay, aunque éstos no lo perciban o no se den por aludidos.
Las guerras de distracción no son nuevas en el mundo, esta teoría es tan vieja como el universo, el famoso chivo expiatorio ha sido utilizado por diversos autores para explicar “la guerra” como una respuesta para distraer problemas internos irresolubles.
Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue un diplomático, funcionario, filósofo, político y escritor italiano, considerado padre de la Ciencia Política moderna, una figura relevante del Renacimiento italiano. En 1513 escribió su tratado de doctrina política titulado El príncipe, describiendo el comportamiento inmoral como la deshonestidad y la muerte de inocentes, como algo normal y efectivo en la política. Incluso pareció respaldarlo en algunas situaciones. El libro ganó notoriedad cuando algunos lectores afirmaron que el autor estaba enseñando el mal y proporcionando “malas recomendaciones a los tiranos para ayudarles a mantener su poder”. En su obra elaboró ciertas máximas que “calzan como anillo al dedo” a este gobierno para desmitificarlo, a saber:
-Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira.
-El odio se gana tanto por las buenas obras como por el mal.
-Para entender la naturaleza de la gente, uno debe ser un príncipe y para entender la naturaleza del príncipe, uno debe ser la gente.
-Un príncipe nunca carece de razones legítimas para romper sus promesas.
-El vulgo se deja seducir siempre por la apariencia y el éxito.
-Si quien gobierna no reconoce los males hasta que los tiene encima, no es realmente sabio.
-El que engaña encontrará siempre quien se deja engañar.
-Castigar a uno o dos transgresores para que sirvan de ejemplo, es más benévolo que ser demasiado compasivo.
-Yo no digo nunca lo que creo, ni creo nunca lo que digo, y si se me escapa alguna verdad de vez en cuando, la escondo entre tantas mentiras, que es difícil reconocerla.
-Las personas deben ser acariciadas o aplastadas. Si les haces un daño menor obtendrás su venganza; pero si los lisias no hay nada que puedan hacer.
-No es preciso que un príncipe posea todas las virtudes citadas, pero es indispensable que aparente poseerlas.
El lingüista Noam Chomsky, ya en la actualidad, describió así a las “cortinas de humo”: “Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia… sin ningún tiempo para pensar…”.
Tras esta introducción, “al grano” como decía la abuela: Durán Barba, ideólogo necesario de este gobierno, es un fiel reflejo del maquiavelismo y planea gran parte de los movimientos tácticos del régimen que padecemos.
Por algo Patricia Bullrich (de escaso entendimiento y exceso de efluvios alcohólicos) sale a reivindicar la xenofobia, creando terroristas fantasmas, mezclando los escándalos con los negocios, hasta el clásico River-Boca sirve, pero siempre priorizando el engaño y la mentira, que está viralizada en la sociedad.
Pero por sobre todo, deben existir seres incautos y desprevenidos, que se dejen engañar (“El que engaña encontrará siempre quien se deja engañar”, Maquiavelo básico).
Mientras tanto continúa el pan maquiavélico, con supuestos “mini bonos compensadores” (sólo para unos pocos) que no suplen el deterioro salarial, con la capacidad industrial ociosa en un 40%, más una caída del 11.8% y una deuda externa que representa más del 87% del PBI, todo salpicado con una cruzada de injustas detenciones preventivas, (más de 30, y buscan más y más), dispuestas por jueces cachafaces (que actúan con descaro, pillería y sin vergüenza) que transgreden las leyes y la división de poderes. Y más en este momento que se realiza el “G 20” y se encuentran “a la caza” ¡Toda una porquería!
Y…“¡Atenti!”, porque como se avecinan las “fiestas de fin de año” es probable que la viralización de la mentira, el engaño y la burla se potencien. ¡¡¡Cuidado!!!

Hasta la próxima






HISTORIA DEL PROYECTO PARQUE DE LA ESTACIÓN


Qué es el Proyecto “Parque de la Estación”

PRESENTACIÓN DEL PROYECTO EN LA LEGISLATURA EL 19.04.2000

El Parque de la Estación es un amplio pulmón verde que comenzó a realizarse en los terrenos vacantes del Ferrocarril Sarmiento, entre las calles: Presidente Perón, Gallo, Sánchez de Bustamante, Bartolomé Mitre y Ecuador. Aproximadamente 5 hectáreas.
Comprende dos etapas, la primera en ejecución, en el sector norte entre las calles Pte. Perón y las vías del ferrocarril, que incluye el amplio e histórico galpón de 200 metros de largo por 17 de ancho entre la curva de Gallo y Anchorena, que estará terminado hacia marzo-abril del año 2019, lugar destinado a deportes, cultura, biblioteca, museo de la memoria del sitio y de la epopeya vecinal por el logro del parque.
El parque será administrado –por ley– con el concurso de una Mesa de Trabajo y Consenso integrada (ad honorem) por vecinos, comuneros e instituciones barriales.
El 28 de septiembre pasado fue inaugurado el primer tramo de la primer etapa, con juegos infantiles, anfiteatro y con la particularidad de contar con especies vegetales autóctonas.


Breve historia de 18 años de lucha

Todo comienza el 19 de abril del año 2000, cuando nuestro periódico presentó el proyecto en la Legislatura de Buenos Aires, acompañado por el entonces “Centro Vecinal de Balvanera y Almagro” que funcionaba en Ecuador y Valentín Gómez. Contaba con 2.320 firmas y a partir allí se fueron adhiriendo diversas organizaciones barriales de vecinos, como: “La Casa del Barrio”, el entonces Centro de Gestión y Participación de Balvanera (que gestionaba María Suárez, en Junín y Lavalle), la Comisión de Vecinos por el Parque de la Estación, APPA ( Asamblea Popular de Plaza Almagro), y finalmente Vecinos por el Parque de la Estación, entre otras, y apoyado en distintas épocas por muchos legisladores y diputados nacionales de diversas bancadas, como: Beatriz Baltroc, Gustavo Belliz, Facundo De Filippo, Patricia Walsh, María José Lubertino, Jorge Cardelli y en el último tramo por Carlos Tomada.
En los comienzos de esta patriada (años 2000/2001) se realizaron dos tumultuosas asambleas de más de 200 vecinos cada una, en la Escuela de Mario Bravo y Díaz Vélez y en el Nacional Mariano Moreno. Y más adelante (año 2012) otra de más de 100 vecinos en la nave principal de la Iglesia del Tránsito de la Virgen de Perón 3333, gentilmente cedida por el entonces párroco, José María, y otra posterior de más de 200 vecinos en el Normal Mariano Acosta, en la gestión de la rectora Raquel Papalardo.
Fueron muchas las entrevistas realizadas con legisladores y funcionarios locales y nacionales, y decenas las presentaciones a organismos que regenteaban aquellos terrenos, como ONABE primero y ADIF después (actual ABE).
Se presentaron más de 150 carpetas con fotografías y antecedentes, de las que nunca tuvimos respuesta positiva, entre ellos al ex presidente Néstor Kirchner (26/12/2003).
El 11 de julio de 2012 se reiteró la petición a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, seguida de reiterados pedidos de audiencias a la misma, y a su entonces jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, también sin resultados positivos.


LA ESQUINA DE PERÓN Y GALLO EN EL 2012

En ese el largo camino nace otro proyecto, también impulsado por los vecinos, que se hacen cargo en el año 2004 del playón de la calle Perón entre Jean Jaurés y Anchorena, nace así “La Plaza del Mientras Tanto”, construida y atendida durante más de dos años por los vecinos, en plantaciones, riego y mantenimiento. Transformada luego oficialmente en la actual Plaza Fumarola, nombre que reivindica a un activo vecino y militante social del barrio, secuestrado y asesinado por la Triple A.



LA ESQUINA DE PERÓN Y GALLO EN EL 2018

Finalmente el 7 de diciembre de 2017 (día histórico), se logra la aprobación final del Proyecto por la Legislatura (en segunda votación), tras la histórica Audiencia Pública del 2/12/2016.
El día 28 de septiembre de 2018 es inaugurada oficialmente la primera parte de la primera etapa y el domingo 28 de octubre los vecinos la hacen suya con un multitudinario acto-festival del que participaron más de mil.
Fue una larga lucha de los vecinos, 18 años sin interrupciones, por una obra que dotará a los mismos de una mejor calidad de vida, no sólo para esta generación sino también sus hijos y nietos.

Periódico Primera Página
Miembro de “Vecinos por el Parque de la Estación”





LAS QUINTAS DE LA FAMILIA ALÉM


Las dos quintas de la familia Alén en Almagro y en Balvanera



La quinta de Almagro


LEANDRO ANTONIO ALEN


La suculenta historia de la familia Alén, en su paso por estos dos barrios, comienza a mediados del siglo XVIII, cuando Francisco Alén nacido en 1736 (abuelo del Leandro que todos conocemos), inmigra al Río de la Plata, procedente de su Galicia natal, de la pequeña parroquia de Santa Eulalia de Mondáriz, como tantos otros españoles, atraídos por el deseo de “hacer la América”.

Para ello debió soportar un largo y penoso viaje a bordo de un barco de tres palos, travesía que tardó seis meses, toda una aventura difícil de imaginar en los tiempos actuales. ¿Cuantos días de poder ver solo cielo y agua?

Ya instalado en el barrio de Almagro, emplazó una pulpería y comenzó a afianzar una posición económica adquiriendo una quinta de aproximadamente 6 hectáreas, ubicada (poco más o menos) entre las hoy calles Independencia, Treinta y Tres Orientales, Venezuela y Yapeyú. Se lo consideraba “un hombre de bien”, ya que oficiaba misas para enterrar a sus esclavos, además de oficios y responsos, lo que parecía una rareza en aquellas épocas.

En 1789 se casa con María Isabel Ferrer, una joven de sólo 18 años, matrimonio del que nacen cinco hijos, entre los cuales se destacará políticamente Leandro Antonio, que adquiriría fama por su trayectoria durante el Gobierno de Rosas, como integrante de la temible “Mazorca”.

Don Francisco fallece en 1798, dejando hijos pequeños de entre ocho años y cuarenta días.

Veinte meses después la viuda contraerá nuevas nupcias con Ramón Vera; al poco tiempo venden la quinta a José Iturramendi, y más tarde es vendida a su vez a Sinforeana Ramona Candelaria.

Ésta donará los terrenos donde en 1904 se levantará la Capilla de San Antonio, liderada por el Padre Lorenzo Massa, que dará cobijo a los integrantes del Club “Los forzosos de Almagro”, origen del Club San Lorenzo de Almagro.





Leandro Antonio Alén



Leandro Antonio había nacido en Almagro el 12 de marzo de 1795, un niño rubio y de ojos celestes, quedando huérfano de padre de muy chico, recibió escasa instrucción. Durante un tiempo se ganó la vida como herrador, matarife, policía y pulpero; sembraba su quinta, lo que le permitió ahorrar y comprar solares, levantando casas. A los 30 años, el 30 de setiembre de 1825, contrajo matrimonio con Tomasa Ponce Gigena (de 17 años, de sangre indígena), con la que tuvo 8 hijos.

En 1834 Rosas lo designa vigilante 1º de caballo; prestó servicios a las órdenes del comandante Ciriaco Cuitiño, vinculándose también con Andrés Parra, convirtiéndose en ferviente adherente al Partido Federal, violentamente enfrentado al bando Unitario. Naciendo o profundizándose así una de las “grietas” que se mantendrá latente durante la complicada historia de la política Argentina.

Hacia 1840, “cuando aquel año moría” según la canción, y Lavalle retira sus tropas de las proximidades de Buenos Aires, recrudece el enfrentamiento y Alén desplegará una febril actividad, patrullando a caballo especialmente por las noches la desierta parroquia, en busca de sus enemigos, embozado en su poncho rojo, estremeciendo a sus vecinos al escuchar su ronca voz impartiendo órdenes.

Después formó parte de la Mazorca Sociedad Popular Restauradora y a la caída de Rosas se retiró de la ciudad. Cuando el coronel Hilario Lagos al frente de la revuelta sitiaba a Buenos Aires, se incorporó a esas fuerzas con otros partidarios federales. Vencido Lagos, regresó a la ciudad donde fue aprehendido junto a sus compañeros Badía, Troncoso, Cuitiño, Reyes y otros.




Todos fueron sometidos a un largo proceso por decreto del 11 de agosto de 1853, y con Ciriaco Cuitiño tomaron como abogado defensor al doctor Marcelino Ugarte, cuyo hijo hacia el año 1900 sería gobernador de la provincia de Buenos Aires. Pese a la brillante actuación de éste, se los condenó a muerte.

Las audiencias se habían llevado a cabo del 19 al 21 de diciembre. La crónica ha documentado que mientras Cuitiño guardó profundo silencio durante la lectura de los cargos, Alén interrumpía negando todas las acusaciones. Durante todo el proceso sufrió una profunda depresión moral y material, debiéndose suspender la confesión por haber padecido una congestión cerebral, según el informe médico. Se le imputó y responsabilizó del crimen de seis personas.

La sentencia fue rodeada de un cierto halo de misterio, debido a que la causa pudo ser consultada nada más que por un reducido número de personas, y lo más escandaloso fue que el legajo del proceso desapareció, aunque quedan testimonios periodísticos y la sentencia del juez en lo criminal Claudio Martínez, publicada por “La Tribuna”, periódico unitario propiedad de los hermanos Varela, en su edición del 30 de diciembre de 1853.

El 29 de diciembre de 1853, en la desaparecida Plaza de la Independencia del barrio de Monserrat, a las 9 de la mañana, se congregaron seis mil personas para presenciar las ejecuciones, en una típica escena de la Revolución francesa fue fusilado y luego colgado públicamente juntamente con Ciriaco Cuitiño por las tropas al mando del coronel Tejerina. La ejecución de los condenados fue acompañada de un sermón expiatorio a cargo del fray Olegario Correa. El día anterior, en la prisión, testó ante el escribano Marcos León Agrelo, sirviendo como testigos fray Nicolás Aldazor, Cristóbal Bermúdez y Salvador Maldonado. En ese documento se revela aparentemente tranquilo frente a la muerte, embargado su espíritu por un profundo respeto religioso.

CIRIACO CUITIÑO


Así desaparecía un hombre que en sus momentos de poderío tuvo en vilo a la parroquia de Balvanera, en aquellas noches lejanas y sombrías de otro hombre poderoso: Juan Manuel de Rosas, “El Restaurador”.

Su pequeño hijo Leandro Alén, de 12 años, habría sido obligado a presenciar la ejecución, creándole un trauma que lo perseguiría toda la vida; de aquí en más sería “el hijo del ahorcado” o “el hijo del mazorquero”, motivo por el cual cambiará su apellido, sustituyendo la “n” por una “m” y eliminando el acento (Alem).

LEANTRO N. ALÉM






La quinta de Balvanera



El 13 de junio de 1842, Leandro Antonio Alén comprará a los menores Natalio y Aniceto Lago, al precio de $ 55.000, una casaquinta de una manzana cuadrada entre las calles: Rivadavia, Matheu, Hipólito Yrigoyen y Alberti, quinta enfrentada a la por entonces del “unitario” Tomás Rebollo, heredero de la quinta de Miserere.

La quinta contaba con una pulpería (situada en la esquina de Rivadavia y Alberti) donde hoy una placa instalada por la Junta de Estudios Históricos de Balvanera la recuerda, con dos o tres trastiendas, dos casa de alquiler y una exuberante arbolada, totalmente cercada, empero por su frente pasaba un riacho, brazo de los famosos “Terceros”, que originaba en los días de lluvia un importante torrente y un pantano que hacía dificultoso el acceso a la pulpería.

Sin embargo la ubicación del negocio era inmejorable, próxima al Mercado del Oeste, al que llegaban carretas y con ellos troperos, carreteros y peones luego de una larga travesía y con ansias de consumir, divertirse y hasta relacionarse con alguna “chinita”, cuando el trabajo daba un respiro para concurrir a alguna de aquellas fondas o pulperías que existían en la zona.

En 1847 el juez de Paz de la parroquia de Balvanera, Eustaquio Giménez, acusó a Alén de haber atacado al alcalde Jerónimo Moreno y a la familia de éste, por lo que sufrió dos años de cárcel.

Tras la muerte de su marido ocurrida en 1853, doña Tomasa fue demandada por los hijos de Manuel Antonio Lago, quienes alegaban que Alén, aprovechando sus influencias políticas, había adquirido la quinta a un valor muy inferior al real: $ 55.000, cuando su valor sería de $ 250.000.

El juicio finalizó con una transacción por la que se reconoce a los demandantes cuatro cuartos (las manzanas se dividían en solares, cada uno en cuatro cuartos); en 1856 Tomasa debió hipotecar todos sus bienes, los inmuebles fueron rematados y otras fracciones testamentadas a sus hijos, con lo que se disuelve esta quinta tal vez la más turbulenta de la zona–, como históricamente y por diversas razones ocurrió con todas las quintas que durante casi un siglo bordeaban el ejido de la ciudad, para dar lugar a la expansión de la urbanización hacia el oeste, para lo que también contribuyó años más tarde el primer ferrocarril y luego los tranvías.



Miguel Eugenio Germino



Fuentes:

-Alén Lascano, Luis, Saldía y Alén, en Todo es Historia99, agosto 1975.

-Bouché León, Las pulperías un mojón civilizador, San Telmo, 1970.

-Ensayos Academia de Historia nº 14: Un juez de la dictadura, Bs. As. , 1973.

-Primera Página nº 45, septiembre de 1997.

-Quiroga Micheo, Ernesto, El mazorquero Leandro Antonio Allén, en Todo Es Historia nº 302, septiembre de 1992.

-Rezzónico, Carlos A., Antiguas quintas porteñas, Interjuntas, 1996.

-http://www.revisionistas.com.ar/?p=10309