¿EL EJÉRCITO VUELVE AL “CONTROL INTERNO”?
“No
hay neoliberalismo sin traición
ni
neoliberalismo sin represión”
Uno de
los primeros síntomas de la declinación macrista
se vivió con el intentó de aplicar el derogado 2 X 1 a los militares condenados por delitos de lesa
humanidad durante la última dictadura militar, tentativa que fracasó rotundamente tras la
enorme manifestación popular de las Madres de Plaza de Mayo,
organizaciones sociales, políticas y sindicales que marcharon de urgencia a la
Plaza de Mayo para repudiar el intento. Desde casi su asunción se ejecutó el discurso del
negacionismo sobre la cantidad de desaparecidos durante la Dictadura.
Hoy reaparece La Hidra
de Lerna, la mitología figura griega del antiguo y despiadado monstruo acuático con forma de serpiente, cuyo número de cabezas va desde tres, cinco, nueve y más…para
colmo, éstas al ser cortadas se regeneraban velozmente.
Así es
que ésta figura mitológica aparece reencarnada en las múltiples cabezas que
muestra el sistema, desde el presidente, la falsa figura angelical de Vidal,
los principales ministros corrompidos,
los medios hegemónicos y hasta legisladores opositores que traicionaron el voto
popular recibido.
Reaparece
así, ante la desesperación presidencial, comunicado de manera solapada, un cambio de rol para las FFAA, el que viola las leyes que reglamentan sus funciones
específicas, y que se aparta de lo establecido por las leyes, que le
asignan la custodia de las fronteras del territorio nacional ante un ataque extranjero.
Así es como en
estos días vuelve a circular la noticia de que el gobierno nacional
podría asignar efectivos militares a tareas de seguridad interna. --“Apoyo logístico”
--lo llamó Mauricio Macri, en el acto oficial por el día del ejército--.
Como el ajuste del
gobierno, a instancias del FMI no cierra sin represión, esta medida indica más
desesperación que fortaleza política.
Las leyes
nacionales que actualmente rigen los temas de defensa, fuerzas armadas y
seguridad interior son tres:
§ La
Ley 23.554 de Defensa Nacional, que señala la “diferencia fundamental” entre
las tareas de dicha defensa y la seguridad interior. En el mismo sentido, su
Decreto reglamentario 727/06 limita la acción de las Fuerzas Armadas a casos de
“agresión externa”.
§ La
Ley 24.948 de Reestructuración de las FF.AA., de carácter organizativo, que
ratifica que las misiones de seguridad interior se encuadran en la ley 24.059.
Desde ya, en lenguaje
oficial en cuanto a seguridad interior no significa defensa contra
las bandas del narcotráfico ni contra el supuesto terrorismo internacional, éstas
son meras excusas utilizadas por el gobierno, para frenar la creciente protesta
social con el incremento de la represión
lisa y llana.
Pero aunque es obvio que
vivimos en un régimen democrático éste es más que limitado, y día a día se
acortan las normas jurídicas hoy
vigentes y se restringen los derechos constitucionales más elementales. La
amenaza y el temor son utilizadas como elementos disuasivos de la protesta.
Esta restricción tiene que
ver con el fuerte movimiento democrático y por los derechos humanos que se
viene manifestando ante un gobierno
debilitado que intenta aplicar
más mano dura.
Los asesinatos de Santiago
Maldonado y Rafael Nahuel por fuerzas de Seguridad, el ninguneo del genocidio,
el aliento al otorgamiento de prisión domiciliaria a represores, las prerrogativas dada a los militares para
nombrar docentes en sus institutos de formación, la imposición
de la doctrina Chocobar para habilitar el gatillo fácil policial, el dictado del protocolo represivo que criminaliza
la protesta social hasta con multas, entre
otras medidas antidemocráticas.
Lo nuevo es que ahora, en
forma inédita y de improvisto Macri
pretende involucrar a las FFAA en
acciones de represión interna, en su
discurso en el colegio militar de El Palomar señaló: “Necesitamos
Fuerzas Armadas que se adapten a las amenazas del siglo XXI con innovación y
que dediquen mayores esfuerzos en la colaboración con otras áreas del
Estado, brindando apoyo logístico a las fuerzas de seguridad para
cuidar a los argentinos frente a los desafíos actuales”.
Temerario y peligroso el
ambiguo discurso, que por sus antecedentes no presagian nada bueno. ¿Qué es eso
de apoyo logístico? ¿Acaso mandará militares a cuidar las fronteras
para así poder volcar más gendarmes a los barrios?
Se
hace más que urgente abrir debates al respecto, y cabe aclarar que Macri no prepara estas medidas porque goce de
fortaleza política, sino por el contrario
porque está muy debilitado y necesita
dar nuevas señales al FMI y al establishment de que está dispuesto a controlar
la situación como sea,
Lo cierto es que la
inflación y los tarifazos alimentan cada vez más la bronca popular en las
calles, la devaluación, la incesante carestía, la vuelta al FMI son rechazados
por más del 80% de la población.
La imagen presidencial ha
caído ya más de diez puntos y va en incremento,
ya no se habla tan alegremente de Macri 2019,
y su núcleo duro busca otras
alternativas a su nombre ya desprestigiado.
Las divisiones y traiciones
de la burocracia sindical, de la CGT, no atinan y retrasan una renovación que
se hace urgente para enfrentar los momentos que se avecinan.
Las protestas sociales por
paritarias sin techo y contra los despidos y cierres de fuentes de trabajo vuelven
a ocupar las calles y las rutas. Y en ése marco
de crisis e incertidumbre se debate el gobierno
macrista, de allí que alienta y prevé recurrir a la
injerencia militar, aunque ésta sea ilegal.
La correlación de fuerzas en
América Latina no es favorables a las fuerzas populares, como ocurre en Brasil,
con Lula preso, y otros países, pero seguramente el gobierno macrista agitará
el fantasma del “narcoterrorismo” como argumento para tratar de justificar
estas nuevas medidas autoritarias. De todos modos, antes de hacer cualquier
cambio tendrá que modificar el Decreto 727/06, y las leyes mencionadas
anteriormente, que deberán pasar indefectiblemente por el Congreso.
De no ser así mal puede
hablarse de un gobierno democrático.
Consejo de redacción
Periódico Primera Página