martes, 2 de junio de 2009

AFGANISTAN


AFGANISTÁN ES EL PRINCIPAL OBJETIVO DE OBAMA


Pese a los vientos de cambio que la comunidad mundial cree ver con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca, en los hechos la principal modificación de la política exterior norteamericana consiste tan sólo en redefinir el objetivo militar: Afganistán reemplazará a Irak como campo de batalla.

El motivo del cambio tiene que ver con algo que señalamos desde esta columna en varias oportunidades: la mayoría de los conflictos mundiales apuntan a asegurar el control de la explotación y tránsito del petróleo. El freno en la economía mundial no ha modificado la ambición norteamericana por dominar todos los caminos que conducen al oro negro. Y Afganistán constituye uno de los más serios obstáculos para esa ambición.

Por supuesto que toda la prensa del primer mundo, y la del tercero también, exaltará el combate contra el terrorismo, lo que será alimentado por algún video de Bin Laden en el momento oportuno. Pero pocos hablarán de los intereses económicos y geopolíticos de la Casa Blanca en Asia Menor, región que concentra una gran cantidad de recursos energéticos que Washington aspira a controlar cueste lo que cueste.

No está solo en su intento, Rusia y China también quieren jugar su juego en una región que tiene al Mar Caspio como cuna de los yacimientos petrolíferos más ricos. De manera que el control militar de Afganistán le permitiría a Estados Unidos una base fundamental para controlar el transporte de todo lo que se extrae en esa región.

El petróleo no es el único recurso, tanto en Turkmenistán como en Uzbekistán, hay cuantiosas reservas minerales y un gran volumen de producción de materias primas, que Obama no desea dejar en manos de otras potencias y mucho menos de Irán, otro país de fuerte presencia en la zona, e integrante del famoso ¨eje del mal¨.

Es teniendo en cuenta todo esto que la administración Obama desea sacar tropas de Irak para intervenir tanto en Afganistán como en Pakistán, el país vecino que los talibanes suelen usar como escondite cuando la ofensiva militar arrecia. Otro objetivo de la diplomacia yanqui es revitalizar a la OTAN y confirmar el apoyo de algunos países más chicos del Asia menor, que buscan el apoyo norteamericano para salir de la órbita rusa.

El escenario es complejo y se complicará aún más, ya que los talibanes no entregarán graciosamente sus tierras. Es ahí donde se confirmará si Obama tiene algo nuevo que ofrecerle al mundo o es más de lo mismo con distinto nombre y color.

Pablo Salcito

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