En el límite Oeste del barrio de Almagro, dado por la calle Río de Janeiro, allí donde hace intersección con Querandíes-Bogotá, inaugura el 29 de diciembre de 1923 el matutino El Mundo su nueva casa.
Era un macizo edificio terminado en significativa cúpula, y sobre ella dos atlantes de piedra sostenían una esfera terrestre de bronce; todo lamentablemente demolido tras la quiebra de la editorial y el remate de sus bienes en 1971.
Sin embargo queda para rememorarlo como testigo que fuera, en la esquina NO, un edificio de similar factura, aunque irreconocible hoy por el injerto de un anexo que se le ha hecho en su parte baja, por aquella época funcionaba allí
LOS INICIACIADORES DE
Todo comenzó con una modesta impresora Minerva que tenía arrumbada en su casa un profesor de inglés, quien se la ofrece a Alberto M. Haynes. Éste había llegado a Buenos Aires en 1887 procedente de Inglaterra y se había incorporado a la compañía inglesa de administración de ferrocarriles (empresa que tras la liquidación privatista del presidente Juárez Celman –1886-1890–, adquiere el Ferrocarril Oeste).
De ser una pequeña compañía periodística llegará a convertirse en la empresa editorial que en poco tiempo dejaría una marca indeleble en la edición gráfica nacional.
En el año 1904 nace la primera de sus publicaciones, El consejero del hogar (más tarde El Hogar a secas), una revista de audaz diseño con tapa a tres colores y una atractiva presentación para los medios de entonces. Abordará temas culturales, gustos y costumbres, vestimenta, formas de vida, así como extensas notas “sociales” destinadas al público femenino, en especial de la élite porteña de la época, de alto poder adquisitivo. Su tirada la ubicó por mucho tiempo como la revista argentina de mayor venta.
Pronto la editorial lanzaría nuevas publicaciones, dedicadas a los distintos segmentos de la sociedad, como Mundo argentino que dirigió Constancio C. Vigil (antes de formar su propio emporio de Editorial Atlántida con El Gráfico, Para ti, y Billiken, entre otras); en 1955 llegará a dirigirla Ernesto Sábato.
Aparecerán Mundo agrario, Mundo infantil y Mundo deportivo. Puede decirse que ambas editoriales, Haynes y Atlántida, cubrían el grueso de las publicaciones destinadas a un público mayoritariamente conformista de los valores de la sociedad de entonces.
EL DIARIO EL MUNDO
El 29 de diciembre de 1923 la editorial Haynes inaugura el emblemático edificio mencionado de la esquina de Río de Janeiro y Bogotá, donde se instalan las modernas maquinarias impresoras que más tarde editarán el matutino. Así es como el 14 de mayo de 1928 sale a luz el diario El Mundo, que dejará profundas huellas en la historia del periodismo gráfico local. Dicho estrictamente, aquel día ocurrió su segundo lanzamiento, puesto que hubo una anterior y efímera edición sin éxito comercial que se había publicado entre el 3 de abril y el 12 de mayo del mismo año, al precio de 10 centavos, bajo la dirección de Alberto Gerchunoff.
El nuevo matutino surgirá remozado, con un nuevo y revolucionario formato tabloide, de cómoda manipulación para la lectura en el tranvía (el más difundido medio de transportes de entonces), pleno de fotografías e ilustraciones y con un profundo cambio en el staff, esta vez bajo la dirección de Carlos Muzio Sáenz Peña, el hombre que lo manejaría durante muchos años. El precio de venta bajará a la mitad, 5 centavos. Además instituye novedosamente un premio semanal de mil pesos, en correspondencia a los resultados de los partidos de fútbol de primera división, una especie anticipada del PRODE.
En pleno apogeo del diario, fallece el 21 de junio de 1929 Alberto M. Haynes. Lo sucede su yerno Henry Wesley Smith, quien comandará la empresa hasta el comienzo del gobierno peronista.
De capitales ingleses y dirigido por ingleses, como no podía ser de otra manera, desde sus páginas se erigió como un sutil defensor de los intereses empresarios de ese origen en
En 1947 se opera un cambio radical en los medios, cuando el gobierno peronista compra los diarios y revoca concesiones de radios, algunas de las cuales fueron entregadas más tarde a empresarios afines al gobierno. El matutino El Mundo y todas las publicaciones de la editorial pasarán a la órbita de
Producido el golpe de 1955, el diario continuará un tiempo en manos del estado, hasta su venta a un grupo empresarial encabezado por Radio Rivadavia, Minera Aluminé y el Banco de Buenos Aires. A partir de entonces entrará en un período de cambios y sobresaltos, hasta que un fraude financiero coloca a la empresa en situación de quiebra.
En sus últimos años la línea editorial del diario giró hacia un perfil más progresista y fue uno de los pocos que se opuso al golpe de estado contra Arturo Illia, en 1966. Reflexionaba “Mafalda” en su tira del día después del golpe: “¿Entonces eso que nos enseñaron en la escuela…? Landrú, con su Tía Vicenta (suplemento del diario El Mundo), será otro de los que sufrirán la censura del régimen militar.
En sus épocas de apogeo llegaron a trabajar en la empresa cerca de 3.000 personas, entre periodistas, empleados y obreros, siendo una de las más importantes empresas del barrio junto a su vecina IMPA, de la calle Querandíes.
RADIO EL MUNDO
Otra de las empresas que abordó Editorial Haynes fue la puesta en marcha de Radio El Mundo. Inaugurada en noviembre de 1935, se constituyó en el primer “multimedios” de
Para llevar adelante tamaña empresa construyó un moderno edificio en la calle Maipú 555, diseñado especialmente como estudio de radio, ya que contaba con siete salas y dos importantes auditorios, cada uno con capacidad para 500 personas.
La emisora poseía orquesta estable con una variada programación de música clásica, jazz, y tango. Desde allí se irradiaba el famoso Glostora Tango Club y el denominado Radio Show o Radio Espectáculo en vivo, abierto al público oyente.
Trasmitía en directo desde los estadios de fútbol los partidos de primera, y además los distintos encuentros de box. Marcó todo un estilo, desplazando a la competencia, excepto a la acreditada Radio Belgrano, de Samuel Yankelevich.
Montó la llamada Red azul y blanca de emisoras argentinas con 15 repetidoras en el interior del país, y fue a su vez una especie de escuela profesional. Favoreció el lanzamiento al estrellato de muchísimas figuras, como Niní Marshall, Luis Sandrini, Lola Membrives, Zully Moreno, Narciso Ibáñez Menta, y locutores-animadores de la talla de Juan Carlos Torry, Antonio Carrizo y Cacho Fontana.
Pasaron por Radio El Mundo las orquestas típicas de Alfredo De Angelis y Aníbal Troilo, y folkloristas como Atahualpa Yupanqui y Los Chalchaleros. También lo hicieron radioteatros del nivel de Los Pérez García y los auspiciados por Jabón Lux de tocador, donde el espectáculo se mezclaba y se unificaba con la publicidad.
Recién en 1951, cuando aparece
La radio, durante muchos años el principal vehículo de conexión con la población, fue instrumento de las sucesivas dictaduras militares que se sirvieron de ella y se encargaron de instaurar la más estricta censura –o bien forzar la autocensura– desde
Miguel Eugenio Germino
Agradezco la colaboración de Guillermo Ibarra, que me suministró datos y fotografías.
FUENTES
-Flavio Marque, en http://voluntarios.parquecentenario.blogspot.com/2007/01/la
-Hesz, Enrique G., Caballito, historia del barrio – Marymar, 1988.
Historia.
-http://www. hcdn.gov.ar/dependencias/cceinformatica/correo%20…
-http://www.turismo530.com.noticia_ampliada.php?id=…
-http;//www.wikipedia.org/Wiki/El Mundo (Argentina)
-Matallana, Andrea, Todo es Historia, nº 464, marzo 2006.
Gran nota que nos cuenta mucho de la historia de la editoria. Y, qué locura que hayan tirado ese edificio que hoy en día tendría un gran valor edilicio cultural.
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