jueves, 7 de enero de 2010

Centro de Salud Mental Nº 3 Arturo Ameghino.


La salud mental en la Ciudad, en terapia intensiva


Sin duda, una de las áreas más deficientes de la gestión de Mauricio Macri es la salud mental. En este sentido, tanto legisladores opositores como trabajadores y profesionales del sector, denuncian una actitud de desidia y hasta un plan de vaciamiento de la estructura estatal en la materia. La situación se agudizó en agosto cuando las autoridades del Ministerio de Salud, inexplicablemente le pidieron la renuncia a Rubén Slipak, director del Centro de Salud Mental Nº 3 Arturo Ameghino. En ese momento los profesionales del hospital, situado en Avda. Córdoba al 3100, lanzaron un plan de lucha en apoyo del médico destituido y en abierta oposición a su reemplazo por Celina Fabrykant, designada mediante un cuestionado concurso.

El Dr. Slipak había sido elegido hace siete años con el consenso de los profesionales, quienes sostienen que la institución pasó a ser un centro de excelencia durante su mandato. Según el psicólogo Federico Rindel, vocal de la Asociación de Profesionales del Ameghino, el nombramiento de Fabrykant no se ajusta a derecho porque desconoce la Ley 448 de Salud Mental, que permite la postulación de profesionales no médicos (psicólogos, terapistas ocupacionales y otros) a cargos directivos: “Es una directora puesta a dedo, con una selección que es trucha y está apoyada por la Asociación de Médicos Municipales (AMM). El jurado que creó el gobierno estaba lejos de ser prestigioso. De todas maneras, creemos que el jurado ni siquiera intervino: está claro que la designación de Fabrykant forma parte de un acuerdo del gobierno de Macri con la AMM, ya que la directora es delegada de esa entidad dentro del hospital”.

En agosto, a modo de protesta, los profesionales hicieron dos “abrazos” con antorchas al Centro y una asamblea abierta en plena Avenida Córdoba, bajo la consigna “contra el golpe a la salud mental”. Luego, el 11 de septiembre se cumplió una jornada de resistencia. Una semana después asumió Fabrykant, en un clima de extrema tensión: 200 profesionales realizaron una “sentada” en el hall de la dirección, clamando a viva voz “¡No! ¡No!”. La movilización continuó con dos marchas a la Jefatura de Gobierno, donde los profesionales denunciaron la estrategia de vaciamiento que aplica la administración porteña en el ámbito de la Salud Mental.

El vocal Rindel lo explica en detalle: “La intención de Macri es cerrar los hospitales Borda y Moyano, y licitar en ese predio un emprendimiento inmobiliario, un negocio fabuloso. Para sustituir a esos hospitales, se crearían diez micro-manicomios, lo cual contradice a la Ley 448 que está contra la ‘manicomiolización’, es decir, establece la existencia de varios dispositivos intermedios entre la internación y la externación. Aunque el Ejecutivo dice que su propuesta se basa en dicha ley, esos mecanismos no están contemplados en el proyecto. Así se ve que el verdadero interés es desmantelar, achicar a su mínima expresión los servicios de Salud Mental, de manera que un montón de pacientes queden en la calle y los que no, sean trasladados a clínicas privadas contratadas por el gobierno. Es un negocio que supone la transferencia de bienes y recursos públicos al sector privado”. El psicólogo afirma que el desinterés oficial también se evidencia en la des-jerarquización que el área de Salud Mental sufrió desde la asunción de Macri: ya no tiene una Dirección como tenía antes. Esto le quita posibilidades de financiamiento y de toma de decisiones.

Ante la gravedad de la situación, el 4 de noviembre último, el Director Adjunto de Salud Mental, Gregorio Alcaín, fue interpelado por la Comisión de Salud de la Legislatura. El funcionario respondió con evasivas y no pudo explicar las causas de la destitución de Slipak. Atribuyó el nombramiento de Fabrykant a una decisión política del ministro de Salud, Jorge Lemus, y de Macri. Alcaín se retiró del recinto en medio de abucheos y de enérgicos pedidos de renuncia por parte de legisladores y profesionales. Rindel califica la interpelación como “una vergüenza”. Sin embargo, en los últimos días pareció surgir una posibilidad de acercamiento con las autoridades porteñas: “Nos entrevistamos con el Dr. Tropea, a cargo de Redes y Programas. Le expresamos que en la institución hay un clima enrarecido, de apremios y acoso laboral. Tropea se comprometió a venir, para observar cuáles son las condiciones en las que funciona el hospital. Es el único funcionario con el que tenemos diálogo”, comenta esperanzado el representante de la Asociación de Profesionales del Ameghino.

Los profesionales seguirán con su plan de lucha para remover a la directora; con ese fin, presentaron un recurso de amparo en la Justicia. El 18 de diciembre cerrarán el año con un acto en el hospital, que podría consistir en una mesa con relevantes personalidades invitadas para debatir sobre la salud pública.

LAURA BROSIO


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