BASURA Y MÁS BASURA, TAMBIÉN EN ALMAGRO Y BALVANERA
Basura en nuestros barrios, su cantidad y dispersión no tienen nada que envidiar a los de Microcentro del 2010, en la Comuna 1. Allí abundan los bollos de papel hechos de volantes que, peatones apresurados, arrojan al piso, pese a que dichas acciones y otras similares están penadas con multas. Volantes en el suelo que descartan sin siquiera leerlos y que distribuyen jovencitas cuyo único propósito es deshacerse de ellos para cobrar una miserable suma de dinero. Pero eso no es lo peor. Al caer la noche abundan las cajas de cartón y los poliuretanos rotos y dispersos, todo según el criterio del cartonero que abre la negra bolsa que los contiene.
En muchos sentidos en el sector comercial del Once la situación es mucho peor, a toda hora del día (ver fotografía). Allí no hay peatonales, sólo hay veredas angostas, que hacen difícil el tránsito de compradores que en las horas pico se aglomeran esquivándose. Al caer la tarde se repite el trabajo de los cartoneros.
¿Usted cree que esto no ocurre también en Almagro? Se equivoca de medio a medio. En la esquina de Acuña de Figueroa y Sarmiento de día se amontonan los desechos –húmedos y a veces podridos– provenientes de la actividad de las florerías.
Pero son los residuos sólidos domiciliarios los que se llevan las palmas en materia de contaminación con basura en la región, por su fermentación y sobre todo por el tonelaje de producción diario. Claro, provienen de la Comuna 1, de Almagro, de Balvanera, y de toda la ciudad, así como del Conurbano. ¿Es inevitable convivir con la basura? Por supuesto que no, prueba de ello es que la tecnología ya proveyó soluciones, por ejemplo en la ciudad de Rosario.
¿Entonces qué se requiere, legislación, multas, penalidades? Sólo voluntad política. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la Legislatura promulgó la ley nº 1854, de enero de 2006, y el Ejecutivo su reglamentario Decreto Nº 639, este último en mayo de 2007. Justamente en este mes se cumplen cuatro años, los cuatro años de la gestión del actual jefe de Gobierno, de desdeño de dicha legislación, la llamada Ley de Basura Cero.
En el año 2004 la Legislatura de la CABA, alarmada por el volumen de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) que se enterraban, se decidió a encarar el problema. El resultado fue un programa de disminución gradual de los RSU, partiendo de los enviados a relleno sanitario en 2004 con reducción del 30% en el año 2010; del 50% en 2012; del 75% en 2017 y del 100% en el 2020. Por eso se la llamó Ley de Basura Cero. Si el Gobierno de la Ciudad hubiera puesto en vigor su propia Ley, en el año 2010 el volumen de RSU enviados al CEAMSE no debería haber superado 1.050.000 toneladas, mientras que lo enviado al relleno sanitario fue, según Greenpeace, de unas 2.100.000 toneladas, el doble de lo pautado. Este tonelaje es fácilmente comprobable porque el CEAMSE factura por toneladas de RSU enterradas.
La Ley ordena separar RSU húmedos (orgánicos) y secos en origen, mediante dos diferentes contenedores. Los húmedos, envueltos en bolsas de material biodegradable, deben ser enviados a relleno sanitario; los secos (plástico, vidrio, papel, cartón, etc.) deberían ser reciclados.
A fines de marzo el gobierno licitó este esquema, con una significativa diferencia respecto del espíritu de la Ley de Basura Cero: para los RSU secos no se prevén contenedores; en su lugar la recolección sería casa por casa, con lo que se sabotea el cumplimiento de la separación. En perfecta consonancia con esto, el pliego asigna casi 2.000 millones de pesos para la recolección de RSU húmedos (se presentaron las mismas siete empresas que lo hacen actualmente) y sólo 110 millones para los secos. En el caso del cebo, se permite que lo hagan cooperativas de cartoneros, de las que se presentaron trece en abierta competencia entre sí. La adjudicación de los servicios quedará a cargo del gobierno que asuma en diciembre de 2011.
Concluimos con algunas consideraciones que pueden clarificar ideas:
1. No entramos en el detalle de las tecnologías existentes, ni las clasificamos en buenas y malas, porque ello escapa al objeto de este artículo y también porque son de constante modificación, bioingeniería y biofísica mediante.
2. Marchamos como si fuera por la cima de una cordillera, con el riesgo de caer y de que nos asfixie la contaminación, incluso la de las aguas urbanas, sumidos en la problemática social.
3. Es decisivo para los sectores populares el resultado de la próxima elección del 10 de julio, tanto de las autoridades centrales como de las descentralizadas para las 15 comunas.
4. Vecino, si quiere una verdadera solución en el tema de la basura, no mire hacia un costado, arremánguese y participe de la lucha por una causa noble; sus hijos se lo agradecerán.
Enrique Sulzer
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