viernes, 3 de agosto de 2012

JESUS SACRAMENTADO


Templo y Escuela de Jesús Sacramentado

La educación en nuestro país, y en particular en nuestra ciudad de Buenos Aires, fue hegemonizada por la Iglesia Católica desde épocas de la Colonia y hasta bien entrada la Revolución.
Recién ese control cesó con la Ley 1.420 sancionada el 8 de julio de 1884, por la que se estableció la enseñanza laica, gratuita, obligatoria e igualitaria para todos, aunque su implementación tardó mucho tiempo en generalizarse.
Hasta el año 1874, el barrio campero de Almagro carecía de escuelas públicas de primer nivel, de modo que la población escolar de la zona estaba obligada a largos traslados, o de otra manera permanecer en el analfabetismo.
 Segundo templo en el año 1904
En este panorama nace una humilde escuela de primeras letras para niñas, que dirigirá la religiosa María Benita Arias, de la orden Siervas de Jesús Sacramentado. Se construiría en un terreno de 40 varas de frente por 70 de fondo (aproximadamente un tercio de manzana) donado a la Congregación por Martín Salazar, sobre la calle De la Luz (hoy Yatay) entre Corrientes y Humahuaca (del Parque).
La religiosa bregará por la edificación, primero de la escuela y luego del templo, enfrentando las dificultades económicas de dichos emprendimientos, que logrará sortear mediante donativos de poderosos apellidos de la época como Carlota Díaz de Vivar de Unzué y el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Mariano Acosta, que contribuyen cada uno con 10 mil pesos, más otros aportes menores. Así se inaugura en marzo de 1874 esta escuela con un alumnado inicial de 55 niñas.
Unos meses después, el 8 de agosto de ese mismo año, la Congregación comprará a Martín Salazar el resto de la manzana, comprendida por las calles: De la Luz (Yatay), De los Libres (Pringles), Del Parque (Humahuaca) y Corrientes. El precio fue de 500.000 pesos, donados en esta oportunidad por Estanislada Fernández de Martín.
Inicialmente las clases en el colegio eran dictadas por monjas pertenecientes a la Casa Madre de la congregación, establecida en Callao y Paraguay, por lo que debían recorrer diariamente las 25 cuadras de distancia, con la carencia de transportes propia de la época, utilizando algunas veces el Ferrocarril Oeste que salía de la cabecera Plaza del Parque, o en ocasiones a pie por calles de tierra escasamente pobladas.
Recién en 1879 se construyen comodidades para que las profesoras pernoctaran en el lugar; también en aquel año se inaugura la primer capilla, sobre la calle De la Luz, uno de los templos más antiguas de Almagro, atendida en sus inicios por los Padres Salesianos del primitivo templo de San Carlos de la Calle Artes y Oficios (hoy Quintino Bocayuva).
En cierto momento se recibieron también algunos varoncitos, pero al incrementarse su asistencia se habilitó en la esquina de Corrientes y Pringles la Escuela de varones San Estanislao, que pronto es trasladada a un edificio propio en Tucumán 2648. Allí precisamente cursará el sexto grado el alumno Carlos Gardés, nuestro “Morocho”.
En 1893, un incendio en el retablo navideño que se había armado en la capilla, la redujo a cenizas; debió reconstruirse y a la colocación de su piedra fundamental asistieron como padrinos Santos Unzué, su esposa y Carlota Díaz de Vivar, quienes habían venido sosteniendo monetariamente siempre a aquel culto.
Sin embargo los fondos no alcanzaron y la construcción debió interrumpirse y recién se pudo reinaugurar el templo casi una década después, el 17 de mayo de 1904, cuando ya había fallecido su inspiradora María Benita Arias.
El nuevo templo, ahora sobre la calle Corrientes 4471, es obra de los arquitectos Merry, Reynes y Sackmann. Tiene estilo exterior neogótico formal, y el interior es propio del renacimiento italiano. Consta de una amplia nave central de 44 metros de largo por 14 de ancho, formando crucero con el presbiterio. A ello se suman dos naves laterales de 14 por 10 metros cada una, y otras cuatro de menores dimensiones, destinadas a altares.
El santuario alberga una importante cripta o capilla subterránea, donde se guardan los restos de los padrinos y de Benita Arias.
El nuevo órgano instalado, con caja de roble macizo, con dos pedaleras y 20 registros, procede de la fábrica alemana de Walter, en Lundinburg.
Otra vez vendría el auxilio económico de la viuda de Unzué, para la reedificación del antiguo establecimiento educativo, que se convertiría en un amplio edificio de tres plantas sobre Corrientes 4433, esquina Pringles, edificación que perdura hasta hoy.

LA SEMANA TRAGICA Y EL TEMPLO

Todo comienza el 7 de enero de 1919 con la huelga en los Talleres Vasena, ubicados en lo que hoy es la Plaza Martín Fierro. Se reclamaban mejoras salariales y reducción de la jornada laboral. Pero la huelga fue violentamente reprimida por la policía, con el resultado de cuatro obreros muertos. La movilización obrera y la represión se sucedieron a lo largo de los días, dejando un saldo final, oficial, de 40 muertos y numerosos heridos, aunque algunos medios de prensa anarquistas hablaron de más de 100 fallecidos.
El 9 de enero, durante el entierro de las víctimas, una larga columna se encamina por la calle Corrientes, hostigada continuamente por la policía y por civiles que respondían a la patronal. Al pasar frente al templo son atacados nuevamente y ante la presunción de que los disparos provienen de allí, los trabajadores enardecidos penetran al santuario y provocan un incendio con cuantiosos daños, pero sin víctimas.
Mucho se escribió sobre estos hechos; fuentes de la Iglesia lo calificaron como un ataque de hordas enardecidas, actos de bandidaje y vandalismo, turbas descontroladas etc. El lamentable episodio nunca fue esclarecido, quedaron enfrentadas dos versiones contrapuestas.
No se tuvieron en cuenta los ánimos caldeados del momento, que hacían que cualquier chispa provocara un estallido. Lo cierto es que los trabajadores fueron atacados y el templo incendiado debió permanecer cerrado durante casi un año.
Otra vez vendrán los aportes salvadores de las familias adineradas, en esta oportunidad de los descendientes de Díaz de Vivar, con lo que se logró restaurar los daños y nuevamente el templo fue abierto a los fieles.
Con el tiempo aquella manzana sufrió transformaciones, algunas debido a la necesidad de nuevos recursos para el complejo religioso-educacional, en el cual son construidos una veintena de pequeños locales sobre la esquina de Corrientes y Yatay, hasta el punto de que una inmensa palmera de más de cien años quedó literalmente dentro del local mayor, que se encuentra en la misma esquina.
Hoy la escuela cuenta con tres niveles de educación: preescolar, primario y secundario.

MARÍA BENITA ARIAS

 
Nació en La Carlota (Córdoba) el 3 de abril de 1822. Hija de Rafaela Arias de Cabrera, descendiente por línea materna del fundador de Córdoba, Jerónimo Luis de Cabrera, aunque su crianza fue confiada a un matrimonio de esclavos libertos: él, Manuel Mena, un mulato; ella, Florencia Videla, de sangre india. Se desconoce el motivo por el cual sus padres delegaron la crianza de María Benita a quienes se constituyeron en su verdadera familia.
A los 18 años, en 1840, ingresa como beata en la histórica Casa de Ejercicios Espirituales de la Avenida Independencia 1190, y viaja becada a Roma donde visita la Santa Sede y al mismo Papa Pio IX. Peregrina luego por Tierra Santa entre 1870 y 1871, y regresa a Buenos Aires, donde funda el Instituto Siervas de Jesús Sacramentado, desarrollando actividades en hogares de niños, guarderías, colegios y hospitales. 


Escuela y templo en la actualidad
 Tras innumerables gestiones obtuvo la autorización para concretar su proyecto pero, como hemos visto, mucho debió batallar hasta lograrlo. Su amor por los desposeídos, huérfanos y sufrientes pudo de esa manera dar frutos. En 1873 estuvo organizada la Casa Matriz, con asilo y escuela (Orfanato Del Carmen), que se levantó en la calle Paraguay 1766, entre Callao y Rodríguez Peña. Fue nombrada Superiora de esa comunidad, cargo que ocupó hasta su muerte ocurrida el 25 de septiembre de 1894.
Sus restos descansan en la cripta del Templo de Jesús Sacramentado, aquel que ella fundara, en la Calle Corrientes 4471 del Barrio de Almagro.

Miguel Eugenio Germino

FUENTES:
--Trueba, Carlos Manuel, Almagro, el pasado que perdura, Fundación Boston, 1989.
--Granelli, Omar Pedro, Almagro en el intento, Edición del Autor, 1999.
--https://seti.afip.gob.ar/padrón-puc-constancia-internet/ConsultaConst…
 -- http://www.csel.com/sjs/fundadora.htm
 -- Letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/tyrrell_eduardo/madre_
     maria_benita_arias.htm


 -- http://www.google.com.ar/imgres?q=maría+benita+arias&hl=es&biw=1440&bih...

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