Los libros, esos permanentes y entrañables
compañeros
“Amo
los libros, siempre me dan una gran compañía, me dan sabiduría, me gusta hasta
tenerlos en la mano”. Así se expresa la escritora y profesora de
Literatura Marcela Ciruzzi. Nació
hace 81 años en la ciudad de Santa Fe y vino de muy pequeña a Buenos Aires con
sus padres. Dedicada a la poesía y al ensayo, desde fines de los 60 habita el
barrio de Balvanera.
Ciruzzi creció
en una casa grande, rodeada de muchos libros. Casi sin darse cuenta, comenzó a
hojearlos y de esta manera se fue despertando su vocación por la literatura. El
primer libro que la marcó, cuando tenía doce años, fue Corazón, del italiano Edmundo D’Amicis, que consistía en un diario
escrito por un niño. También le encantaban las fábulas de Samaniego, Esopo, La
Fontaine.
Se recibió
de maestra en el Lenguas Vivas y, como profesora, en el Normal N° 1, en 1953. Tuvo
una trayectoria de 54 años como docente, tarea que ejerció hasta el 2008.
Es notable
su labor en el campo de la crítica y la investigación literaria. Su
especialidad son los ensayos biográficos sobre escritores como Borges,
Carriego, Pizarnik, Payró, Kusch, López Merino, Riccio, Booz, en los cuales realiza
un análisis exhaustivo de sus obras y de su personalidad. “En todos
los libros de
Marcela Ciruzzi asoma
la calidez y
el estremecimiento del
creador que piensa
y siente en
profundidad”, define con justeza el escritor Luis Alposta.
En cuanto a
su obra poética, merecen señalarse: Inútiles
distancias, Los poetas cantan a sus
hijos (Antología), Ya no existe
Sakuntala y El viaje, editado
este año. Además, posee cuatro libros inéditos de poesía. Los temas que más
trata son la soledad, el amor, el trabajo, la familia, la casa, el barrio. “La
poesía es un poco el alma del poeta porque a veces, cuando uno no puede vivir
las cosas, las dice, las escribe. Escribir es una especie de alivio del dolor; es
darle un cauce a los sentimientos que uno tiene y que no puede decir de una
manera normal”, explica la
autora. A los jóvenes que quieren
dedicarse a escribir les aconseja leer mucho, no para copiar sino para tener
influencias.
Su poema Letras interiores nos ilustra acerca del
proceso de la escritura: “Van cayendo las letras/ sobre la hoja en
blanco. / Quisiera acomodarlas/ para enlazar / un pensamiento feliz. / No
puedo. / Mi cerebro y mi corazón/ (en constante lucha) / las dominan. / Y ellos
dibujan las frases. / Tristes recuerdos/ soplan sobre el papel…/
Por otro
lado, colaboró en la Antología del Soneto Lunfardo de Luis
Alposta, lanzada en 1978. En numerosas oportunidades publicó poemas, ensayos y
comentarios bibliográficos en los diarios La Prensa, La Nación, Clarín, La
Capital de Rosario y El Litoral de Santa Fe. Participó en congresos nacionales
e internacionales de Literatura, actuó como jurado en concursos de cuento y
poesía, y obtuvo varias distinciones por su obra.
A los poemas
de Carriego, los califica de maravillosos. Pero el poeta que ubica en la cima
es Borges. “Leer a Borges produce un gran placer porque es un gran poeta, nos hace
pensar y nos lleva a investigar. Borges me proporciona sabiduría y placer al
mismo tiempo”, declara entusiasmada Ciruzzi, quien tiene autoridad para
hablar al respecto, ya que llegó a conocerlo. En 1984 fue con sus alumnos a su
modesto departamento de la calle Maipú, donde le efectuaron una entrevista y le
sacaron fotos. La docente acordó el encuentro llamando al teléfono de Borges que
–increíblemente- figuraba en la guía y, en apenas instantes, a través del ama
de llaves, consiguió la respuesta afirmativa del escritor a la cita pedida. “La
cultura y la educación que tenía Borges eran impresionantes. Era un caballero: me
acuerdo que cuando entramos nos estaba esperando de pie, con el bastón, delante
del sillón. Se podía hablar con él con total naturalidad. Era muy irónico,
tenía sentido del humor”, evoca la profesora.
Como docente
se desempeñó en diversos establecimientos como el Instituto Bernasconi, el
Comercial N° 10, la Escuela de Traductores y la Escuela Superior de Periodismo.
“La
vocación por la docencia la tuve siempre. Cuando tenía diez años, con una
vecina, jugábamos a ser maestras en la terraza de mi casa. Nunca dudé de mi vocación, siempre me gustó
enseñar y creo que lo más lindo que tiene la docencia es tratar de que la gente
sea cada vez menos ignorante”, señala con seguridad. Para ser un buen docente, considera
que es fundamental inculcarle al alumno el amor por la lectura y combinar el
trabajo del aula con el del fuera del aula, por ejemplo, llevar a los alumnos
al teatro.
A su edad, Ciruzzi
sigue con la vitalidad y la lucidez de siempre. En este momento está preparando
una conferencia basada en un paralelo entre Alberdi y Sarmiento; eso la
entretiene. “Leo todos los días, nunca dejo de leer. Me encanta muchísimo
investigar, averiguar. Voy a seguir escribiendo hasta que Dios me lo permita”,
dice con convicción y esperanza.
Laura Brosio
Tengo un recuerdo hermoso de mi profesora de literatura durante tercer año?? en el Instituto Jose Manuel Estrada en el turno vespertino durante los años 78,79..? que mala memoria para la fecha... pero si es ella no olvidare jamas sus clases, con ella conoci el Teatro San Martin y muy especialmente una clase sobre Borges con musica de Jairo....me encantaria enviarle un saludo y un agradecimiento de lo mas profundo de mi corazon...
ResponderEliminarGraciela Persevalli
Bueno, yo también me sumo al comentario. La tuve de profesora en el Estrada, cuando era solo de varones, en castellano en la década del 60. Era la profe esperada, ni salíamos al recreo, para compartir un poquito más y, en los actos esperábamos que hablara ella, a nadie se le prestaba más atención. La preferida de todos. El mejor recuerdo
ResponderEliminarTuve la suerte de tenerla como profesora en el institituto Estrada y la vida me premio pudiendo compartir algo de su vida familiar.Una mujer hermosa,generosa docente,sensible y profundamente comprometida con el mundo literario y el otro.
ResponderEliminarCuando uno transita la juventud encontrarse con gente como Marcela alienta,embellece la vida.
Para ella Luchi en el documento Cristina Horovitz
yo la tuve 3 años en el san martin, coincido con todos los comentarios, yo la tuve en 81,82 y 84. ver el amor a la hora de enseñar fue muy gratificante, en los actos ella daba una clase magistral , jamas leia lo estudiaba todo, además debo agregar que tengo el honor de ser una de los tres alumnos que hicimos la entrevista a Borges.
ResponderEliminarel año pasado estuvimos con unos compañeros merendando con ella, inmenso placer verla hermosa y tan lucida como siempre
TAMBIEN LA TUVE EN EL SAN MARTIN,UNA PROFESORA CON TANTO AMOR Y PACIENCIA AL ENSEÑAR,QUE NO TE ABURRIA,SOLO QUERIA ESCUCHARLA.UN EJEMPLO.FUE EN EL 82,83 QUISIERA VERLA
ResponderEliminarQue maravillosa profesora y mejor persona. Tuve la enorme suerte de tenerla como profesora de Literatura en el nocturno del Estrada desde el 76 al 79. Aprendi muchisimo de ella a traves de sus sabios consejos. Una docente con mayusculas. Como me gustaria verla! Si alguno sabe como hacerlo me gustaria q me lo haga saber.
ResponderEliminarHola Miguel!! Mi nombre es María y soy la persona encargada de cuidar a Marcela. Le leí tu comentario y dice que con gusto te puede ver. Se que ha pasado mucho tiempo desde que hiciste este comentario pero si lo logras leer comunícate conmigo.
EliminarMi nombre es Daniel Núnez y fui alumno suyo en la Escuela Superior de Periodismo del Instituto Grafotecnico dn 1994. Excelente docente y persona y muy tranquila para explicar. Le mando un saludo enorme y me gustaría mucho verla.
Eliminar¿Esta profesora Marcela Ciruzzi es familiar de la profesora de Historia de apellido Ciruzzi que también se desempeñó en el Colegio Nacional San Martín (Quito 4047) allá por fines de la década de 1950 y durante la de 1960? Porque nunca llegué a agradecerle algo maravilloso que hizo por mí.
ResponderEliminarCarlos Brieba
La profesora era Maria Emilia Ciruzi, la tuve en el Moreno en 1954y 1955, una de las personas que mas ha influido en mi vida, maravillosa!
ResponderEliminarRoberto Castro
yo tuve el inmenso placer de ser su alumna en el Estrada, por el año 1973. jamás me olvide de ella, siempre presente su ejemplo. la adoré.
ResponderEliminarLa Prof Marcela Ciruzzi, que hermosa persona! Todavia tengo un libro que me regaló por -a su criterio- escribir el mejor cuento de una tarea/concurso. El libro fue el premio. Era 1983 y yo cuando cursaba 1er año en el San Martin de la calle Quito en Almagro: "Antologia de Literatura Fantastica Argentina", con una dedicatoria que cada vez que la leo quiero ir a abrazarla. GABRIELA
ResponderEliminarJorge Daniel Lemus dijo...
ResponderEliminarLa mejor docente que he conocido. Estaba a cargo de Literatura en el nocturno del Instituto José Manuel de Estrada. A pesar del cansancio de los alumnos a esa hora (todos trabajaban), lograba interesarlos y cautivarlos para la lectura. En toda mi carrera docente ( hasta Profesor Titular de la UBA y Emérito del Salvador) ha sido para mi un ejemplo de intelectualidad, compromiso pedagógico, rectitud y amor a los libros...hasta por los libros mismos. La presenté como candidata y fue nombrada por la Universidad con la distinción "Maestra Inolvidable". Tengo varios de sus libros dedicados en mi biblioteca, a los que considero una joya.
Tuve la suerte de compartir con ella alguna de mis muestras pictóricas y funciones en el Colón, especialmente cuando me desempeñaba como Ministro de Salud.Nos debemos sus alumnos escribir su biografía !!! - 23 de Enero de 2019
Que gran profesora!!!! amé la literatura con sus clases !!! Tuve la dicha de tenerla en el Nacional Mariano Moreno, así como su hermana María Emilia Ciruzzi, profesora de historia, un placer !!!!
ResponderEliminarfue mi profe en la escuela superior de periodismo, todavía la recuerdo como una gran docente! luego de terminar periodismo estudie profesorado en letras por ella!
ResponderEliminarSiempre la recuerdo,hermosa mujer y persona .la tuve en el estrada .nos reíamos xq éramos fanáticas de julio Iglesias,me gustaría volver a verla
ResponderEliminarLa PROFESORA MARCELA CIRUZZI , fue la mejor docente que tuve. Que gran persona, qué Profesora de Literatura con MAYUSCULAS !! una mujer hermosa en todo sentido. De esas profesoras que te marcan la vida, y que jamás olvidarás. La adoré. Amaba la literatura, y te trasladaba generosamente ese amor por la lectura. Fue mi Profesora en la Escuela Superior de Periodismo ( Instituto Grafotécnico) en el principio de los años 90 . Era increíble como te cautivaba con sus lecturas, consejos y comentarios, era sabiduría pura. En la clase de ella prestabamos todos atención, era apasionante. Recuerdo que nos iba a llevar a visitar a Jorge Luis Borges, pero creo que debido a problemas de salud de este, debimos cancelar dicha visita a ultimo momento. Y muy expeditivamente, ella concertó otra gran visita llevandonos a Radio Nacional, al programa de Antonio Carrizo, otro grande de la Cultura Nacional. Jamás olvidaré esa audición en donde Carrizo nos pregunto porque habiamos elegido periodismo, y tuve la oportunidad, gracias a Marcela, de expresarme junto a mis compañeros y tener un breve dialogo al aire con Antonio Carrizo. No lo podía creer...era un pibe anonimo yo, al lado de un groso como Antonio pero humilde...hecho que lo hacía más grande todavía, de la radiofonía argentina. Eso me marcó para siempre, e hizo que siempre de alguna forma u otra esté ligado al Periodismo...dicen que uno es Periodista para toda la vida. Fuí pasante en el Diario Clarín, docente de Comunicación y Medios, y trabaje en distintas radios y medios. Me encantaría poder volver a ver a mi profe, abrazarla, y transmitirle todo mi agradecimiento, afecto y respeto. Avisen si esto posible, aunque sea para saludarla, conseguir un libro de ella autografiado y decirle GRACIAS X TANTO, MARCELA.
ResponderEliminarSaludos, Andrés Emilio Ferrante
" LA CIRUZZI " PROFESORA QUE TUVE EN EL M.MORENO - 1960/¿ siempre la recuerdo!!
ResponderEliminarQué gran profesora. Hermosos recuerdos y las mejores enseñanzas de Marcela Ciruzzi. Exquisita y bella persona. Recuerdo el día que me entregó el titulo de periodista, qué honor.
ResponderEliminarJuan Catub