EDITORIAL: ENERO FEBRERO DE 2013
El tan esperado día “7D” marcó
un punto de inflexión en la política argentina,
con ramificaciones hacia otros países latinoamericanos que marchan por el
camino de una nueva emancipación, lenta pero que está avanzando con seguridad.
La historia demuestra que difícilmente se puede pensar siquiera en una
liberación económica, política y cultural, arrastrando la sombra del dominio de
los principales medios (especialmente audiovisuales) por corporaciones
empresariales sometidas a la vieja y perimida ideología liberal, sujetada –para colmo– a empresas multinacionales y a la
nefasta Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
El filósofo argentino Enrique
Dussel, exiliado desde hace 35 años en México, fundador del Movimiento
“Filosofía de la Liberación”, hace importantes
reflexiones en un reportaje realizado en Buenos Aires:
“…la extrema derecha y gente de clase media tradicional se une a la
extrema izquierda, aunque con distintas reivindicaciones (…) el origen de la
inseguridad está en las desigualdades socio-económicas. Si el país fuera más
igualitario y la riqueza se repartiera, la gente no tendría que salir a asaltar
a otro para poder vivir (…) Martí, en Cuba… y
Mariátegui en Perú, hablaron que sería necesaria una segunda emancipación, no
es contra España, es contra Estados Unidos. Países como Brasil, Venezuela o
Bolivia ya empezaron a hablar de igual a igual con Estados Unidos…”
Últimamente se conoció un documento titulado “La Teoría del Golpe Blando”, una especie de golpe indoloro, muy
distinto a los clásicos tradicionales o a las acostumbradas invasiones que
debieron soportar los pueblos del sur del Río Bravo.
Esta es la estrategia
utilizada por la CIA desde hace quince años para derrocar gobiernos sin
provocar la indignación internacional. Para ello dispone de una vitrina
ideológica: la Albert Einstein,
institución del filósofo Gene Sharp.
De acuerdo al politólogo
estadounidense Gene Sharp, la estrategia del “Golpe Suave” o “Golpe Blando”
puede desarrollarse por etapas jerarquizadas o simultáneamente, a saber:
- Promoviendo
y/o alentando conflictos y situaciones de
malestar, desabastecimiento, inseguridad, criminalidad, desgaste… manipulando
la prensa opositora y creando prejuicios xenófobos, e intrigas tendientes a
crear intranquilidad.
- Promoviendo
campañas publicitarias aduciendo un falso autoritarismo y falta de libertad de
prensa. Alentando conflictos, manifestaciones por reivindicaciones de difícil
obtención, estimulando la represión.
- Provocando
el descrédito internacional, la condena y aislamiento de los países
“desobedientes a los dictados imperiales”.
Éstas y muchas otras intrigas
combinadas, son empleadas en esta nueva forma de
golpe. Fue experimentado con éxito en Honduras y
Paraguay, y fracasó en Ecuador y Venezuela, lo que no indica el abandono de
nuevos intentos.
En nuestro país, una
alianza implícita de políticos opositores, medios hegemónicos, sindicalistas
supuestamente rebeldes, aprietes internacionales como el de los Fondos Buitres
y hasta la cúpula eclesiástica se anotan en la movida.
Para esta
situación expuesta, deben surgir urgentes y diferentes antídotos preventivos:
Inicialmente se hacen
necesarias nuevas medidas económicas que alivianen la aún amplia brecha entre
pobres y ricos, comenzando con la sanción de una nueva Ley Tributaria que
grave con mayor rigor a quienes más ganen y aminoren las cargas para el trabajo
en relación de dependencia.
La antigua escala progresiva
del Impuesto a las Ganancias que comienza en un 9% y termina en un máximo
del 35% comparada con otros países del mundo es inequitativa. Veamos: Argentina 35% - Francia 38.40% - Chile
39.70% - Italia 40.80% - EE.UU. 41.70% - España 45% - Alemania 47.50% y Gran Bretaña
50%.
En cuanto al regresivo
Impuesto al Valor Agregado (IVA), en Argentina
se tributa el 21%, uno de los más alto del mundo. En Alemania es del 19% - Perú
19% - España 18% - Ecuador 12% - Paraguay 10% - EE.UU.
del 6 al 8% según el Estado, en Suiza el 8% y en Canadá y Japón de sólo el 5%.
Además en nuestro país
están exentas las transacciones en la Bolsa, una “timba
financiera” donde se ganan millones en negocios
telefónicos en sólo un par de minutos.
Los números son odiosos, pero demuestran claramente la necesidad de una urgente reforma
tributaria, para un más justo reparto de la riqueza.
Hasta la
Próxima
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