OLGA ZUBARRY

Un ángel desnudo de alto vuelo

Olga Adela Zubarrain, “Olguita Zubarry”, nació el 31 de octubre de 1929. En 1943 inicia un importante camino en el espectáculo argentino, teniendo sólo 14 años debuta en los Estudios Lumiton en “Safo, historia de una pasión”, cuyos protagonistas eran Mecha Ortiz y Roberto Escalada.

En 1944 se la ve, junto a Mirtha Legrand y Juan Carlos Thorry, en “La pequeña señora de Pérez”.

En 1946 protagoniza “El ángel desnudo” junto a Guillermo Bataglia. Por primera vez una actriz argentina aparecía semidesnuda en la pantalla.

En 1951 actúa en “El extraño caso del hombre y la bestia” de Mario Soficci.

Sus protagónicos televisivos fueron en los ciclos Alta Comedia, Nosotros y los miedos, Hombres en pugna, Atreverse, etc.

Por la película “Hijo de hombre”, dirigida por Lucas Demare, obtuvo en 1961 el Premio a la Mejor Actriz de Habla Castellana del Festival de Cine de San Sebastián.

Olga estuvo casada con Juan Carlos Garate (ya fallecido) durante 46 años. Él fue presidente de Argentina Sono Film. Tuvo 2 hijas, Mariana y Valeria, y tenía 5 nietos.

Gozó de una enorme popularidad por haber protagonizado decenas de películas en los años 40-50-60, algunos títulos: “16 años” (María Duval), “Los pulpos” (Roberto Escalada), “La muerte camina en la lluvia” (E. Cuitiño), “Valentina” (J. J. Miguez), “Abuso de confianza” (Carlos Thompson), “Qué hermanita” (G. Barrios), “El honorable inquilino” (Alberto Closas), “Ellos nos hicieron así” (Alberto de Mendoza), “Mercado negro” (M. Pasano), “Vampiro negro” (N. Pinzón), “Sucedió en Buenos Aires” (R. Escalada), “Pecadora” (R. Escalada), “Concierto para una lágrima” (J. M. Gutiérrez), “La simuladora”, “Vida nocturna”, “Marianela”, “Todo el año es Navidad”, “El candidato”, “Las furias”, “Mi hijo Namuncurá”, “Los dioses ajenos”, “A hierro muere”, “La Mary”, “Los pasajeros del jardín”, “Crecer de golpe”, etc.

En Radio El Mundo, en los 50-60, en el programa Radio Cine Lux, representó estrenos de cine en veladas sabatinas, con su personalidad y tonalidad, y el manejo de su privilegiada voz, especialmente en la dramaturgia de los argumentos.

En un último homenaje a la popular Niní Marshall en el teatro Lola Membrives (hoy Multiteatro), en un palco, hoy humildemente parada aplaudiendo a rabiar y manifestando ¡Bravo! a “Catita” con mucho afecto y admiración.

Hoy este humilde recordatorio para esta importante figura con todas las letras, que nos dejó días antes de finalizar el año, a los 82 años, marcando una importante huella cultural escénica.

Un plus para una interesante trayectoria: la talentosa actriz fue madrina de una Fundación de productos panificados, dato que identifica su sensible personalidad y actitudes solidarias paralelamente a la calidad y brillo de su protagonismo en época de oro de nuestro cine, hoy todo tan efímero y descartable. Por eso, agradecidos a Olga Zubarry de su forma de honrar la vida, en historias de amor, policiales, comedias, dramas, terror, con su incomparable manejo de su tono de voz, que tanto la identificaba, a veces cálida, autoritaria, intensa, suave, soñadora, alegre, melancólica…

Natan Blum