¡AHORA, ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO!
Ante
las catástrofes que nos impone el cambio climático,
las autoridades y los líderes políticos del modelo nacional, popular y democrático
de nuestra Latinoamérica deben dejar de lado las actitudes elusivas y exigir de
los países desarrollados soluciones del tipo de las plasmadas en el Documento
final de la Cumbre de Jefes de Estado Río+20, documento
titulado “El futuro que queremos”.
De
ser preciso esos líderes deben volver la
mirada hacia los científicos que, armados de un fenomenal arsenal tecnológico,
tienen las soluciones necesarias. Los científicos hablan de mitigación
cuando examinan medios idóneos para remover las causas del Calentamiento
Global, y hablan de adaptación al cambio climático cuando se refieren a las medidas
apropiadas para aliviar sus efectos.
Puesto
que la mitigación no llegará a revertir pronto el cambio climático (se ha
logrado consenso mundial para limitar las emisiones de gases de “efecto
invernadero” para el año 2020, sin fijar hitos de control), una política
inteligente de adaptación al Cambio Climático sería encarar obras que permitan
evitar las pérdidas materiales (y sobre todo, la de vidas humanas) usando para
ello los recursos económicos ahorrados como consecuencia de las catástrofes evitadas.
El
factor dominante en la solución de los problemas que nos plantea el cambio climático
es entonces el de los recursos financieros –no ya económicos– que se requieren.
¿Qué países los entregarán? Contestan los emergentes que serán los países ricos,
que causaron con sus exageradas emisiones el efecto
invernadero, y que incluyen a China. ¡Pero ahora, el 50 % de las
emisiones provienen de los emergentes!, contestan los llamados desarrollados. Y
aquí se atascó la solución.
Afortunadamente
la urgente adopción de medidas tiene consenso mundial. La crisis económica que
los países ricos viven desde el año 2008 los inhiben de ser todo lo generosos
que debían ser, y los déficits de Derechos
Humanos en materia de educación, salud y vivienda de los emergentes les impiden ser los que se hagan cargo del cambio
de matriz energética,
aún en Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela, los más ricos entre los pobres de
Latinoamérica.
Esto ha causado que todos estén negociando una
solución –o varias– que conformen al interés común, porque aún tratándose de
dinero es posible y viable un acuerdo. Queremos creer
que sí.
Nuestro
país reúne varias condiciones para representar a los emergentes de la región, a
saber: es uno de los de más fuerte industria, con menos pobreza, con más educación,
salud y vivienda. Sin embargo, las desigualdades económicas entre las provincias,
el hecho de estar gobernadas por opositores, además
de la inconciencia rayana en la estupidez de cierto líder de una zona
excepcionalmente rica como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires devienen más dañinas
estas catástrofes, cuando se hace caso omiso
de las advertencias.
Valgan como ejemplo
lo que expuso Vicente Barros, el eminente
meteorólogo y copresidente del IPCC (Panel
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), que les
advirtió en un artículo de Página 12, titulado “El diluvio que viene” el 29 de agosto del 2012, sobre la necesidad de realizar obras
de infraestructura tales como canales aliviadores.
Debieran
ciertos dirigentes actualmente en puestos de responsabilidad de los tres poderes
del gobierno de la C.A.B.A. recapacitar, dejar de lado lealtades políticas, e
imponer al Jefe de Gobierno actual una posición meramente decorativa hasta el
fin de su mandato, para evitar que se victimice y que especule con el olvido,
con vistas al 2015. Asimismo debieran
estudiar en qué se gasta el dinero de los contribuyentes, el de las partidas sub-ejecutadas,
el del endeudamiento y la mezquindad de los salarios docentes.
Además
del necesario Sistema de Emergencias y de un Plan de Contingencias en la C.A.B.A. se debieran considerar
las siguientes obras:
- - Triplicar el entubado del arroyo Maldonado;
- - Estudiar las necesarias en el cauce del arroyo Vega;
- - Mejorar el escurrimiento del arroyo Medrano;
- - Resolver de una vez por todas la disposición de la basura.
Estas, además de otras que provengan de los
vecinos, por vía de las Juntas Comunales y Consejos Consultivos de las Comunas
más perjudicadas, son las obras más urgentes.
Volviendo al cambio climático, resulta
oportuna una mención. El ex presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz –con quien se puede discrepar, combatirlo, pero no
ignorarlo–en una de sus Reflexiones,
“La marcha atrás al abismo” publicada el 2 de enero de 2011, manifestó en un
anticipo genial que los dos mayores peligros que acechaban a todos los pueblos
del planeta eran la guerra nuclear y el cambio climático.
Los acontecimientos de esta hora le otorgan la razón, al converger una serie de
catástrofes climáticas mundiales con las amenazas nucleares como la de Corea del Norte frente a los Estados Unidos.
Yo
soy optimista, creo que el bien de la gente se impondrá. Superados por esos dos
peligros que mencionaba Fidel, hay en nuestro tiempo intelectuales y sindicalistas
prominentes que creen que la amenaza es el reverdecer de los partidos y
organizaciones neofascistas y los francamente nazis. Yo sostengo lo contrario y
me baso en razones filosóficas como “La historia se da una vez como tragedia y
otra como comedia” (Carlos Marx) y “Nadie se baña dos veces en el mismo río”
(Heráclito de Efeso).
También me apoyo en
datos de la realidad: las diversas fracciones
sindicales de una misma especialidad y sus confederaciones
generales actúan unificadamente en las luchas de
los trabajadores; las fuerzas de “centro” no están asustadas más que por la
profunda crisis económica; la izquierda progresa elección tras elección, la
condena política y moral al Holocausto que hace repugnante su antisemitismo y
finalmente –pero no menos importante– el nuevo Papa Francisco que simpatiza más
con los progresos de Latinoamérica que el Papa Pío IX en la época del ascenso
al poder del fascismo europeo. Pío XI y su Delfín el Cardenal Pacelli (futuro
Pío XII), ellos simpatizaban con las fuerzas del “Nuevo Orden”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario