sábado, 1 de junio de 2013

JORGE RAFAEL VIDELA





LA MUERTE DE UN GENOCIDA





El 17 de mayo de 2013 marcará, tal vez, un hito en la historia (en Argentina y Sudamérica): ha muerto el dictador, el genocida, el asesino de lesa humanidad Jorge Rafael Videla. Murió el verdugo principal de la dictadura más sanguinaria de las que padeció el país.

Murió juzgado, condenado y preso por las leyes del Estado, las que él y sus súbditos no respetaron y violaron.

Será éste un hito histórico, pero no el final de una odisea de sangre que aún no cierra y solo cerrará cuando todos los genocidas estén juzgados, condenados y presos en cárcel común.
Murió la cabeza principal de una asociación macabra que desde el Estado pergeñó un plan criminal de exterminio, y que con la complicidad de civiles elucubraron el plan económico sistemático que sentó las bases de la dependencia, el hambre y la miseria de todo un pueblo. 

Nadie festeja una muerte, y menos los que lloramos a nuestros familiares, amigos y camaradas muertos en las condiciones más brutales de la clandestinidad oficial, pero la muerte de Videla tampoco es un motivo de tristeza e indiferencia.

Hubiera sido justo que su cárcel se prolongara eternamente, como el purgatorio hoy eliminado por la iglesia católica, la que nunca se atrevió a excomulgarlo. Allí estará junto a los otros más grandes criminales de Latinoamérica: Ríos Montt, Pinochet, Somoza y Stroessner.

Este 17 de mayo de 2013 debe ser recordado por nuestros hijos, nietos y descendientes como “El nunca más dictadores en nuestras tierras”.

Clarea hoy en América Latina un nuevo momento de cambios, impensable años atrás, en una América Latina en la que se respira un aire fresco que vivifica las causas populares, la justicia social y la democracia.

¡Nunca más dictadores en la América de Bolívar y San Martín! 




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