domingo, 1 de diciembre de 2013

DE LUTHER KING A EDUARDO GALEANO




El 28 agosto de 1963 hubo una gran marcha hacia Washington en defensa de los derechos civiles de los negros en Estados Unidos. Martin Luther King pronunció delante del monumento a Lincoln, aquel famoso discurso de “I had a dream”. (tengo un sueño) Hace pocos días el presidente Obama escenificó en el mismo escenario un nuevo apoyo masivo a la libertad, 50 años después y a través de la hija de Martin Luther King enardeció a las masas a gritar “Let freedom ring” en Líbano, en Siria, en Egipto…Sin embargo, hace unos días más amenazaba a esta misma Siria con una intervención militar. ¡Qué desconcierto!. Hay un dicho popular que dice “no se puede estar en misa y repicando”, o lo que es lo mismo, un día alentar a la industria armamentística para que afile sus cuchillos y ponga su maquinaria a su servicio y al día siguiente gritar en favor de la libertad utilizando toda la carga simbólica y emocional que supuso aquella primera marcha de 1963, en la que personas de piel marrón y azulada desgastaron sus zapatos y se subieron a miles de autobuses desde Alabama y Missisippi para recordarle al gobierno de la nación más poderosa de la tierra que ellos formaban parte de esa sociedad que repetidamente pretendía ignorarla.  Me da pavor cuando un político que se autopostula como hijo del pueblo y de la lucha silenciosa y constante se proclama defensor de estos ideales con las armas de la gran industria, con los argumentos de su nefasto antecesor George Bush…

Hoy, 3 septiembre, que es el día en que celebramos el nacimiento de otro gran pensador, Eduardo Galeano, coloco aquí como testigo y homenaje a este hombre sencillo una frase suya que pronunció el día en que Obama accedió a la Casa Blanca:

La Casa Blanca será la casa de Obama pronto, pero esa Casa Blanca fue construida por esclavos negros. Y me gustaría y espero que él nunca lo olvide“.

En esta hora, escuchando este canto a los sueños de Galeano, no pude más que recordar aquel I had a dream de 1963. Don Eduardo, la mujer de las palabras y sus lectores le desean muchas felicidades. Espero que un día no muy lejano su sueño de añadir a la Declaración de derechos Humanos la comida y la comunicación se haga realidad, que la justicia y la libertad sean hermanas siamesas y que se añada un nuevo mandamiento: Amarás a la Naturaleza.

 

 

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