martes, 3 de diciembre de 2013

EL EDEN HOTEL DE LA FALDA



26 DE DICIEMBRE DE 1898

INAUGURACIÓN DEL EMBLEMÁTICO “HOTEL EDEN” DE LA FALDA

La “belle époque” de la aristocracia nacional y la realeza europea





 “La ciudad de La Falda no existiría hoy como tal sin El Eden y sin el loteo de

 sus tierras”



El lujoso Hotel Eden*, fue levantado en el ocaso del siglo XIX en medio de las sierras cordobesas de Punilla, como un oasis para las clases privilegiadas argentinas y europeas, y un rincón ideal para el combate la tuberculosis y otras enfermedades respiratorias, en épocas cuando aún no existían los antibióticos.

En su existencia de más de un siglo, transitó diferentes momentos de esplendor y fue inconfesado sostén del nazismo. Hoy está en su decadencia, pero guarda la reminiscencia de un pasado colmado de enigmas y memoria.

Por él pasaron príncipes, aristócratas de nuestra sociedad, personalidades del cine, la literatura y la ciencia. En sus salones y parques se tejieron romances y se fraguaron conspiraciones y negociados.



* Eden sin tilde, así aparece en los documentos originales.





LA FALDA Y EL VALLE DE PUNILLA



Entre los hermosos valles de Córdoba se encuentra el de Punilla, a más de mil metros sobre el nivel del mar, en cuyo centro se emplaza hoy la ciudad de La Falda, a solo 78 km. de la ciudad capital. La habitan 16 mil almas. Participa del excelente clima de la región y cuenta con un rico pasado histórico.

Nace como loteo de una inmensa estancia denominada “La Falda de la Higuera” y un pequeño villorrio de gauchos y campesinos que contribuyó a erigir aquel monstruo hotelero y lo atendió hasta su ocaso.



LA GÉNESIS DEL LUJO Y LA OPULENCIA
UN EMBLEMA: EL DE HITLER


               El Eden fue sin lugar a dudas uno de los más distintivos hoteles de la Argentina, inaugurado según el historiador cordobés Alfredo Ferraressi el 26 de diciembre de 1898, a fin de cubrir las más extravagantes expectativas de una aristocracia criolla y de la baja nobleza europea, a la que se agregarán personalidades del gobierno, el espectáculo, las letras y la ciencia de la época.

La zona elegida, sobre la ruta de comunicación del puerto de Buenos Aires con las minas de Potosí, en un área “limpia” de aborígenes, al decir de documentos de la época. Estos archivos consultados muestran que estos lugares fueron cedidos en épocas de la colonia en “mercedes de tierras” que habrían pertenecido en el año 1584 al capitán español Antonio Pereira, y a partir de allí, tras diferentes transferencias, terminaron en el año 1821 en manos de la familia Bialet Massé.

 Aquella estancia se llamaba “La Falda de la Higuera”, y en 1821, Juan Bialet Massé la rebautizará como “La Estancia de Zulema”. En 1892 pasó a manos de Roberto Bhalcke, quien iniciará la historia de empresarios alemanes, y será el padre del futuro Eden Hotel.

Bhalcke, enamorado de la belleza de la zona, le devolverá el antiguo nombre de Falda de la Higuera. Consideró al lugar un paraíso terrenal, y emprendió el riesgoso negocio hotelero, en medio de la nada. Vislumbró un alojamiento de gran lujo para la flor y nata de las familias argentinas, y en sociedad con María Herbet de Kreautner, ponen en marcha la construcción del ambicioso emprendimiento. Lo hacen con un préstamo del financista Ernesto Tornquist, “una máquina de hacer dinero”, dueño de empresas, financieras e ingenios. Dueño asimismo de metalúrgicas y de los hoteles Bristol de Mar del Plata y Club Hotel de Sierra de la Ventana. Éste, mediantes sus grandes influencias conseguirá que se haga una parada en el Km. 78, del ferrocarril a Capilla del Monte, a escasas cuadras del proyectado hotel. Así se transportarán las toneladas de material necesario para la obra.

EINSTEIN, ARTISTAS Y FAMOSOS PARARON POR EL HOTEL




LA EDIFICACIÓN



 La construcción es levantaba al pie del cerro “El Cuadrado”, como un mojón de “la civilización contra la barbarie”, para el usufructo de la oligarquía porteña y la realeza europea, y como barrera al considerado retraso del interior salvaje.

El edificio tendrá un estilo (como no podría ser de otra manera) ecléctico Ítalo-Francés. El hotel vendría a cubrir las necesidades más extravagantes de las clases altas, y en ciertas épocas posteriores sirvió como remanso curativo para enfermedades respiratorias, gracias a los aires puros y secos de las sierras.

El fastuoso establecimiento tendría 100 habitaciones, pero solo 8 baños, una indicación de las deficiencias higiénicas de esas épocas. Más tarde se llegaron a construir 30 nuevos baños, salón de fiestas, amplio comedor, calefacción central, cámara frigorífica, patio de damas, patio cervecero, jardines arbolados, canchas de tenis, lavadero, granja de animales, quintas frutales, matadero propio, caballeriza de animales de paseo y otros elementos de confort, todos de gran nivel.

Una dotación de 250 empleados cumplirían las tareas, en una proporción de dos por cada residente.

Sin embargo al comienzo las ganancias no cumplieron las expectativas de los fundadores, y ante la renuncia de la pareja alemana, Tornquist se hace cargo de la administración.  Resultó ser por pocos años, ya que en 1905 retorna la alemana María Kreautner, y tras una agresiva campaña publicitaria logra colocar al Eden en su primer momento de esplendor, que se prolonga hasta 1912, cuando termina esa primera era.



LOS NUEVOS ALEMANES



“La Falda es obra enteramente nuestra y por lo tanto tiene un tinte alemán, nos hemos preocupado muy bien en que el pensamiento político de toda nuestra gente sea sin excepción, Nacional Socialista”.

Con tal fraseología los nuevos dueños alemanes del Eden, los hermanos Walter y Bruno Eichhorn, que compran el hotel en 1912, se jactaban de dominar el naciente pueblo, además de la estancia contigua y toda la zona, donde se empleaban centenares de trabajadores; en definitiva lo que constituiría “La Falda”.

La prosperidad de los Eichhorn y sus futuras vinculaciones con la Alemania nazi, oficializadas en 1924 cuando ingresan al partido, daría al negocio una segunda época de esplendor. Llegarían entonces ya no solo encumbrados personajes de la política nacional, sino también del movimiento hitleriano.

Esta campaña ideológica la promovieron por todo el Valle de Punilla, siguiendo los consejos y recomendaciones del mismísimo Führer. Encontraron numerosos adeptos ente los huéspedes del hotel que albergaban ideas racistas y un ferviente anticomunismo, como para contrarrestar toda influencia de la naciente Revolución Rusa de 1917.

EL SALÓN COMEDOR EN SU APOGEO


En el comedor se acostumbraba a hacer el saludo nazi “Heil Hitler” (viva Hitler), mientras el pueblo del lugar tejía pullovers de abrigo para las tropas nazis del frente oriental.

Comenzarán los viajes de Walter y su esposa Ida Bonfert a Alemania, sus entrevistas con altos jerarcas del nazismo como Goebbels y Hess, y hasta con el propio Hitler, con quien tenían acceso directo, según lo atestigua la numerosa correspondencia rescatada. Existen pruebas de varios envíos “para la causa”, como 20.000 francos suizos en 1931 y 15.000 en 1932.

El 15 de mayo de 1935, los Eichhorn fueron invitados a la cancillería del Reich, en Berlín, donde los condecoró el mismísimo Hitler, recibiendo un diploma de su puño y letra que decía:

“Querido camarada Eichhorn: desde su ingreso en 1924 usted junto a su esposa ha apoyado al movimiento nacionalsocialista con enorme espíritu de sacrificio y acertada acción, y a mí personalmente, ya que fue su ayuda económica la que me permitió en el verdadero significado de la palabra, seguir guiando la organización - Adolf Hitler”

En el amplio comedor para 250 personas del hotel de La Falda, una gigantografía del retrato del Fürer autografiada, permaneció hasta la derrota nazi.



EL OCASO DE LOS DIOSES

EL SALÓN COMDOR RECICLADO RECIENTEMENTE




Con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la caída del nazismo, llegará también el ocaso del Eden Hotel. En mayo de 1945 las tropas soviéticas, tras sangrientos ataques contra el Reichstag (Parlamento) y la Cancillería, concluyeron su victoria con el izamiento de la bandera de la URSS sobre la capital del Imperio alemán. Se hacían añicos así las pretensiones nazis de mil años de nacional-socialismo.

Los partidarios argentinos del Tercer Reich se llamaron a silencio y pasaron a la clandestinidad, escondiendo esvásticas, estandartes, águilas y fotos del régimen derrotado.

A pesar de todo, el Hotel no fue incautado, fue convertido en cárcel de lujo para el cuerpo diplomático japonés, con lo que los Eichhorn, recibirían sustanciosas sumas, que no obstante no bastaron para sostener la fastuosidad del gigante de La Falda.

Es así como nuevamente el Eden es puesto en venta, de modo que en 1948 pasa a una sociedad conocida como “Las tres K”, pero la empresa se endeudó y terminó siendo rematado judicialmente y adquirido en mayo de 1953 por la firma CIFA SRL.

El final del Eden no vino solo por las malas administraciones, sino también por los cambios políticos en el país, que extendieron el derecho a vacaciones a las diversas capas sociales, y decenas de sindicatos compraron hoteles en los principales lugares de veraneo.

Era “el aluvión zoológico” que accedía a nuevas conquistas, impensadas por los sucesivos dueños del Eden, que perdió exclusividad. Además dejaron de ser los llamados veranos terapéuticos, con el avance de la medicina que aportaba tratamientos superiores.

El hotel cierra sus puertas en 1965, y es vendido nuevamente a la firma Antequera S.A., regenteada por Armando Balbín (hermano Ricardo), que intentó instalar un gran casino, negocio que no prosperó. Desde 1971 permanecería completamente abandonado por 27 años, período durante el cual el deterioro y los saqueos devastaron a aquel gigante aristocrático dormido, como un barco encallado en la arena.

A pesar de ello, en el año 1988 es declarado Monumento Histórico Municipal y sitio de interés turístico.

En 1998 ante una deuda impaga vuelve a ser rematado y es adquirido por la Municipalidad de La Falda. Recién en el año 2007 un grupo de empresarios finlandeses toma la posta del reciclado aunque parcial, para explotarlo con fines turísticos.

Se están recuperando la estructura, lugares característicos como el salón principal de fiestas y el salón comedor: “Salón Imperial”, uno de los más importantes de la zona por su equipamiento de luces y sonido de última generación.

Se ha trabajado con mucha cautela en los techos, instalaciones eléctricas, cañerías, sanitarios, pisos, aberturas, etc., con la consigna fundamental de mantener intacta la fachada del hotel.

Dentro de un proyecto que apunta a un crecimiento más importante del predio, algunas obras ya fueron finalizadas. En estos salones se realizan fiestas privadas: casamientos, cumpleaños, agasajos, etc.

Se están acelerando los trabajos de reacondicionamiento general de su fachada, parques, jardines, etc. y de la habitación presidencial, la más importante del Edén.

Se efectúan visitas guiadas diurnas y nocturnas, en las que se va relatando el nacimiento de la ciudad y la historia del establecimiento; en las nocturnas, se reviven leyendas de apariciones de primitivos personajes del hotel que se minimizan en la oscuridad de los pasillos, como la aparición de la misma Ida Bonfert con su pomposo sombrero.

 En sus instalaciones además, como toque cultural, existe un museo de trenes en miniatura “Trenshow” y una cava de 1898 con degustaciones de quesos, salame de la colonia, vinos, alfajores regionales, y cuenta además con una tienda de regalos artesanales. También figuras famosas presentan recitales.

Por este enigmático hotel pasaron figuras tales como Rubén Darío, el Príncipe de Gales, el Duque de Saboya, el científico Albert Einstein, Berta Singerman, Arturo Toscanini, Hugo del Carril, Zully Moreno, además de familias de la aristocracia argentina como los Martínez de Hoz, Tornquist, Bianchi, Roca, Bunge, Anchorena, Blaquier, Peralta Ramos, y tres presidentes argentinos: Julio A. Roca, Agustín P. Justo y Roberto Ortiz.

Hoy, como detalle final aún luce en lo alto de las terrazas del hotel la imagen de la vieja águila imperial aportando su imagen ostentosa y soberbia.



Miguel Eugenio Germino


Fuentes:

http://letrasuruguay.espaciolatino.com/aaa/soto_fernando/eden_hotel_la_falda.htm http://www.edenhotellafalda.com/index.php/el-lugar-y-su-historia.html


http://www.vallepunilla.com.ar/edenhotel/historia.php http://www.lmcordoba.com.ar/nota/109956_la-falda

http://www.eltrecetv.com.ar/telenoche/el-misterio-del-ed%C3%A9n-%E2%80%93-segunda-parte_004391      

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1 comentario:

  1. Juan carlos embeita8 de marzo de 2022, 19:18

    El aguila que estaba lo alto del hotel eden, no era un simbolo nazi sino que era era un aguila imperial romana que estaba colocada desde 1898. Luego de la segunda guerra confundida como un simbolo nazi fue retirada y se desconoce su destino. Fue reemplazada con los años con otra de cemento que fue destruida por vandalismo. Tenia una leyenda en latin que decia: bajo la sombra de tus alas protejenos.

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