martes, 4 de marzo de 2014

PLAZA FUMAROLA



OTRA VEZ LA PLACITA FUMAROLA ES NOTICIA

INUNDADA TRAS LA ÚLTIMA TORMENTA


La placita Fumarola, otrora “Del mientras tanto”, urbanizada por los vecinos con su esfuerzo físico y económico, es otra vez noticia, y desgraciadamente no para bien.
Desde su remodelación e reinauguración hace pocos meses, se produjeron diferentes irregularidades.
Una de ellas es la falta de drenaje para el agua de lluvia, debido a lo cual tras cada tormenta la plaza queda anegada durante varios días.
En el sector donde antes había una mini canchita para los chicos se colocó un atracadero de bicicletas, que nadie usaba, un cambalache que se complementaba con una gran bicicleta de metal, hoy oxidada y antiestética. Finalmente se logó retirar el atracadero. Un triunfo de los vecinos, queda así liberada la canchita para los pibes.
El “famoso mural”, acordado como un homenaje a Julio César Fumarola, solo representa figuras, raras algunas de ellas pero sin ninguna alusión ni sentido al vecino homenajeado.
 El cartel que homenajeaba a Fumarola costeado por los vecinos  que se cayó durante la última tormenta, fue retirado por la cuadrilla de limpieza y se encuentra en el depósito municipal, según versión del personal de mantenimiento. Aún no ha sido reinstalado allí donde debe estar: en la placita.
Las puertas de la plaza no se cierran por las noches, y el lugar se convirtió en un dormidero al aire libre de gente de la calle.
Los dueños de los perros no utilizan el canil, sino que dejan a sus animales deambular libremente por el lugar, en consecuencia sus deposiciones quedan expuestas en el piso de la plaza donde juegan los niños.
A pesar de la gran inversión realizada en la remodelación, la placita no cuenta con agua de riego, por lo que el césped y las plantas sufren las consecuencias.
La iluminación es deficiente, una gran parte de las luminarias no funcionan.
No se colocaron los bancos que fueron retirados, y solo hay dos grandes de madera, uno de ellos ya destrozado, no se sabe por obra de quiénes.
Los numerosos reclamos hechos en la Comuna 3 no fueron suficientemente escuchados, lo que configura un silencio que atenta contra este pequeño espacio verde, de tanto valor histórico y emocional para los vecinos del barrio.

Marta Romero





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