sábado, 3 de mayo de 2014

PRIMERA PAGINA Nº 228 - EDITORIAL



EDITORIAL AL Nº 228 MAYO DE 2014

   


Eppur si muove «sin embargo, se mueve», había sentenciado Galileo Galilei (1564-1642), tras ser obligado a adjurar de sus ideas por la “Santísima Inquisición” y condenado a prisión perpetua por el régimen secular, además de prohibir sus libros y esconder sus descubrimientos.

Alguien le había recomendado entonces: “serénate”, para así calmar su padecimiento. ¡No!, había respondido, ¡¡¡indígnate!!!, mil veces indígnate, por las injusticias de aquella época nefasta y oscurantista.

Galileo alzó el vuelo para el otro mundo el 8 de enero de 1642, sin embargo sus libros y sus investigaciones aportaron un avance fundamental a la humanidad y hoy la “Santa Inquisición” es un mal recuerdo, aunque siempre hay quienes pretenden circular a contramano de la historia, del desarrollo de las fuerzas productivas y manteniendo las viejas y caducas relaciones de producción.

Era entonces la indignación, la frágil respuesta a la omnipotencia, y hoy, 372 años después, aún muchas veces “la indignación” es el antídoto y el contraveneno a las infamias del siglo XXI.

A Carlos Marx (Prusia, 5 de mayo de 1818 - Londres, 14 de marzo de 1883), no pudieron obligarlo a adjurar de sus ideas, pero también escondieron y tergiversaron sus descubrimientos filosóficos, aunque,Eppur si muove” están, existen, como los de Galileo y de tantos otros que fueron a parar “al horno de los iluminados de la tierra”.

Tanto es así que esta prodiga tierra, tan vapuleada en los últimos tiempos, no paró de alumbrar “indignados”, y del lado opuesto están los que pugnan por la “serenidad”, que esconde el quietismo de la resignación.

Túpac Amaru (José Gabriel Condoncarqui, 1731-1781) fue uno de los tantos indignados que osó alzarse contra el entonces colonialismo español, y pagó con el desmembramiento de su cuerpo como escarmiento.

A Mariano Moreno, lo envenenaron en alta mar por su revolucionario “Plan de Operaciones” y otras yerbas. Artigas, otro indignado, terminó exiliado en Paraguay y otros indignados como San Martín y Bolívar, liberaron a nuestra América. Y José Martí, hizo lo propio en Cuba, hacia fines del siglo XIX.

Nuevos indignados como Fidel y el Che Guevara, derrocaron en Cuba al sargento Batista en 1959, y ya en nuestros días, aparecerán indignados como Chávez, Evo y Correa, y en otra medida, los Kirchner en Argentina, Dilma en Brasil y Mujica en Uruguay, que se rebelaron contra el ALCA de dominación y le dijeron ¡basta! al nuevo imperio, y ahora últimamente, Bachelet en Chile, con nuevas y frescas ideas liberadoras.

Pero el Imperio no duerme, y a diferencia de sus fragatas y marines del pasado reciente, hoy utilizan los últimos adelantos de la informática, combinados con la penetración financiera, todo con la complacencia de caciques nativos y medios de prensa, comprados con su oro sucio. No son pocos los “líderes” argentinos que se anotan en la carrera, visitan en su cueva al Tea Party Movement (traducido como Partido del Té), movimiento político estadounidense de ultra derecha concentrada.

¡El Imperio no duerme!, sabe al dedillo que hay “indignados”, y crea nuevas formas de penetración para terminar con “los rebeldes”. Crea organismos como el Centro para la apertura y el desarrollo de América Latina (CADAL), integrado a las formaciones de la sociedad civil de la OEA, apoyándose en la CP/RES 759, de esta organización.

Otra: la USAID (Agencia Norteamericana de Ayuda al Desarrollo) ni de ayuda ni de desarrollo, sino de espía y desestabilización, que ideó para Cuba el Plan Zunzuneo, de verdaderas y temerosas acciones ilegales contra la isla (el proyecto “Twitter Cubano”) para fomentar “la disidencia de la juventud”. Y hay centenares de casos similares, como el “Plan Colombia”, otra modalidad, también fracasada.

La CADAL recibe el mayor porcentaje de dinero para sus acciones, de manos de las sucursales de la CIA para la región: Atlas Economic Research Foundation, con sede en Washington, el Instituto Timbro en Suecia, la filial argentina de la Konrad Adenauer Stiftung, la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD), la National Endowment For Democracy, el Directorio Democrático Cubano con sede en Miami, y muchas otras.

Sería larguísimo enumerar las organizaciones de “ayuda”, los medios asociados, y los caciques locales visitadores de la embajada norteamericana y del Tea Party Movement, neocolonial.

Pero difícilmente logren su objetivo si los libres e indignados de nuestra América irredenta se unen y se lo imposibilitan, porque “el sur”: ¡¡¡Eppur si muove!!!.



Hasta la Próxima



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