martes, 3 de junio de 2014

PACO URONDO



EL 17 DE JUNIO DE 1976
LA DICTADURA CÍVICO-MILITAR ASESINA A FRANCISCO (PACO) URONDO



Poeta, escritor, periodista, guionista cinematográfico y militante político revolucionario


“Ya es hora de perder
la inocencia, ese
estupor de las criaturas que todavía
no pudieron hacerse cargo
de la memoria
del mundo al que recién nacieron…”

Supo integrar todas las facetas que compusieron su agitada vida en una sola, ya que su consecuente labor poética no entró en contradicción con su militancia política ni la subordinó a ella. Supo aunar su obra y su vida, opinaba que no era necesario abandonar la escritura para hacer uso de todas las armas que un político revolucionario precisa para manejarse.
Fue y es uno de los poetas en lengua castellana que con más valor y lucidez, y menos autocomplacencia, luchó con y contra la imposibilidad de la escritura.
“Empuñé un arma porque busco la palabra justa” es, quizá, la frase más famosa de Francisco Urondo, en la que con cierto temple cervantino Juan Gelman, su entrañable amigo, alguna vez le oyó decir como al pasar. Poeta, periodista, militante y guerrillero. Hijo de una dialéctica que no discernía la acción de la palabra, ese fue Paco Urondo.


EL MOMENTO POLÍTICO

Héctor Cámpora asumía el 25 de mayo de 1973, hecho que daba por finalizado el período dictatorial de la autoproclamada Revolución Argentina. Tras su paso a un costado, Perón triunfó con el 62% de los votos y se convirtió en presidente por tercera vez en octubre de 1973, con su esposa Isabel Martínez como vicepresidente.

Este tercer gobierno estuvo signado por permanentes conflictos entre sus seguidores de izquierda y  de  derecha, además de los grupos parapoliciales con apoyo estatal, la Alianza Anticomunista Argentina Triple A, organizada por el ministro José López Rega.
Al fallecer Perón el 1º de julio de 1974, lo sucedió María Estela Martínez, de una manifiesta impericia. Delegó gran parte del gobierno en López Rega primero y en su secretario técnico Julio González después. Finalmente derrocada el 24 de marzo de 1976, fue sustituida por una junta militar, la que escribirá la página más negra de nuestra historia.

 MURAL EN SU HOMENAJE

FRANCISCO PACO URONDO

Nació el 10 de enero de 1930. Fue poeta, escritor, periodista, guionista cinematográfico y militante político.
En 1957 fue nombrado Director General de Cultura de la provincia de Santa Fe, durante la gobernación de Carlos Sylvestre Begnis. En 1973 fue elegido director del Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Se casó con la actriz Zulema Katz en 1964; en 1972 vivió como pareja con Lili Massaferro, con quien militó en las FAR, y ya en la dictadura, con Alicia Raboy.
Colaborador de Primera Plana, Panorama, Crisis, La Opinión y Noticias, escribió poemas, cuentos, novelas y ensayos.
Actuó como titiritero con Fernando Birri en el grupo “El Retablo de Bartolo”, pero, ante todo era poeta. En los años 50 estuvo en el Movimiento Poesía Buenos Aires y en los sesenta en Zona de Poesía Americana.
Militó en la organización Montoneros. Allí desarrolló distintas funciones, hasta que fue detenido y asesinado el 17 de junio de 1976 por la policía de la provincia de Mendoza.
Según Juan Gelman: “No hubo abismos entre experiencia y poesía para Urondo, corregía mucho sus poemas, pero supo que el único modo verdadero que un poeta tiene de elaborar su obra es corregirse a sí mismo, buscar los caminos que van del misterio de la lengua al misterio de la gente. Paco fue entendido en eso y sus poemas quedarán para siempre en el espacio enigmático del encuentro del lector con su palabra”.
Osvaldo Bayer, uno de los secretarios de redacción del diario Clarín dijo de él: "Paco era el prototipo del hombre fino, se vestía de forma muy atildada. Tenía una sonrisa que parecía como si fuera un gesto de su cara. Muy culto y de conversación tranquila. Era una especie de izquierdista moderado ilustrado. Como periodista era muy bueno, bien calificado". Bayer recuerda que en charlas en el bodegón enfrente del periódico, Urondo se mostraba interesado sobremanera en su experiencia en Cuba, de cuando Bayer había entrevistado al Che Guevara. Él también viajó a La Habana, como invitado al Encuentro Rubén Darío, donde se encontró con Roque Dalton, Mario Benedetti, Ángel Rama, Roberto Fernández Retamar y Nicolás Guillén. También en la Casa de las Américas, con Haydée Santamaría, que le propuso grabar un disco con sus poemas.
Fue un hombre de armas y de letras en un momento en que el mundo parecía estar ahí nomás de dar un vuelco. “Años de calentura histórica” (dijo David Viñas), en los que un poema del líder vietnamita Ho Chi Minh repicaba en el Parnaso de los poetas de izquierda, arengándolos en el deber de saber combatir y “armar de acero los versos”. Una mítica revista literaria argentina (cuyo nombre no fue otro que La rosa blindada) pretendía que en América Latina, la poesía fuera “un artículo de primera necesidad como el pan y el fusil”.
A diferencia de Rodolfo Walsh, compañero de militancia en Montoneros, Urondo no se vio ante la disyuntiva de elegir entre la literatura y la militancia, supo integrarlas en un todo. Un dilema que al autor de Operación masacre lo llevó a ver la literatura como una adicción de la que era necesario reponerse. “Poética, en griego, quiere decir acción”, afirmaba en 1973 Urondo en una entrevista. “En este sentido, no creo que haya demasiadas diferenciaciones entre la poesía y la política (...) Por la poesía, por la necesidad de usar las palabras en toda su precisión y significación he llegado al tipo de militancia que ahora tengo”.


SU OBRA LITERARIA



·       1956: Historia antigua, poesía.
·       1959: Breves, poesía.
·       1961: Lugares, poesía.
·       1963: Nombres, poesía.
·       1967: Del otro lado, poesía.
·       1966: Todo eso, cuentos.
·       1966: Veraneando y sainete con variaciones, teatro.
·       1967: Al tacto, cuentos.
·       1968: Adolecer, poesía.
·       1968: Veinte años de poesía argentina, ensayo.
·       1971: Larga distancia, poesía, Madrid,1971.
·       1972: Los pasos previos, novela.
·       1973: La patria fusilada, entrevistas, editorial Crisis.

 

Guiones:

·       1965: Las chicas (televisión), dirigida por David Stivel.
·       1965: Pajarito Gómez, dirigida por Rodolfo Kuhn.
·       1967: El ABC del amor, dirigida por Rodolfo Kuhn.
·       1968: Turismo de carretera, dirigida por Rodolfo Kuhn.
·       Adaptaciones para televisión: Madame Bovary, Los Maias y Rojo y Negro.


SU TRAYECTORIA POLÍTICA

“Empuñé un arma porque busco la palabra justa”.

En esa confluencia de la palabra con la vida, Paco Urondo se incorporó a las FAR, siguiendo de alguna manera los pasos de su hija Claudia. En el final tumultuoso de la dictadura de Lanusse cayó preso y le tocó compartir la misma celda, la noche previa a la liberación del 24 de marzo de 1973, con los tres sobrevivientes de los fusilamientos de Trelew: Alberto Camps, Ricardo Haydar y María Antonia Berger. El militante, el periodista y el poeta que era se unieron, y de allí salió la obra La patria fusilada.
Urondo participó en los proyectos de prensa de Montoneros; en 1976 fue enviado a Mendoza. Luego de su muerte, Rodolfo Walsh aseguró que “el traslado de Paco a Mendoza fue un error. Cuyo era una sangría permanente desde 1975, nunca se la pudo mantener en pie. El Paco duró pocas semanas... Fue temiendo lo que sucedió. Hubo un encuentro con un vehículo enemigo, una persecución de los dos coches a la par...”. Tras esa larga persecución y tiroteo, una de sus acompañantes pudo escapar, su esposa Alicia fue secuestrada y desaparecida y a él le dieron dos tiros en la cabeza, aunque para el periodista Horacio Verbitsky murió por un fuerte golpe recibido en la cabeza.


LA TEORÍA DE LA PASTILLA

Transcurridos 35 años, el juicio demostró que la muerte de Urondo se debió al culatazo en la nuca del policía Celustiano Lucero, que le hizo estallar el cráneo. La autopsia de sus restos desmiente la versión creída hasta entonces de que el poeta y guerrillero tomó una pastilla de cianuro para suicidarse.
El 17 de junio de 1976, Urondo fue emboscado por la policía mendocina, subordinada al Ejército de la dictadura, en una cita cantada. Conducía un pequeño automóvil Renault 6, lo acompañaban su mujer, Alicia Raboy, su hija Angelita y su compañera de militancia René Ahualli, “La Turca”.
Angelita tenía once meses, su madre, Alicia, nunca fue liberada con vida, por lo que el único testimonio sobre lo ocurrido dentro del auto fue el de La Turca, que al declarar ante los jueces mendocinos contó que luego de una persecución en la que ella y Urondo agotaron las municiones de la pistola y el revólver que llevaban como únicas armas, Urondo detuvo el vehículo, les dijo a ellas que acababa de tomar la pastilla y las instó a huir. “¿Por qué hiciste eso, papi?”, le preguntó Alicia, quien tomó a la beba en brazos y escapó, junto con La Turca, quien estaba herida en una pierna.
Los policías se dividieron en tres grupos: dos detrás de cada una de ellas y el tercero en torno de Urondo, a quien golpearon en la nuca con la culata de un fusil. Ahualli ingresó en una vivienda, escapó por los fondos y subió a un trolebús que pasó por la esquina en la que seguía detenido el auto de Urondo, así pudo alejarse sin que la detectaran.
Alicia intentó hacer lo mismo luego de entregar la bebita a un vecino, pero no encontró una salida y fue detenida por los policías que la perseguían. La bebita fue derivada por la justicia federal como NN a la Casa Cuna, entonces intervenida por un coronel. De allí la recuperó su abuela materna, Teresa Raboy antes de que la entregaran a una familia militar. Beatriz Urondo consiguió que los militares le entregaran el cadáver de su hermano.
En las audiencias, el médico forense Roberto Edmundo Bringuer, declaró ante el tribunal que, de acuerdo con la autopsia que hizo el 17 de junio de 1976, Paco murió por un traumatismo encéfalo-craneano, con hundimiento de cráneo, y que no presentaba ninguna herida de arma de fuego ni esquirlas de proyectil ni presencia de veneno alguno.


LA REPARACIÓN HISTÓRICA

En 2011, varios policías fueron condenados por su muerte y la de otras 23 personas. Las penas máximas recayeron sobre el ex comisario inspector Juan Agustín Oyarzábal, el ex oficial inspector Eduardo Smahá Borzuk, el ex subcomisario Alberto Rodríguez Vázquez y el ex sargento Celustiano Lucero. El ex teniente Dardo Migno recibió 12 años de cárcel.
Frente a un centenar de personas de pie, en silencio, unos con puños cerrados, otros con fotos de sus seres queridos en alto, apretados detrás del blindex que los separaba de los victimarios, el juez Juan Antonio González Macías leyó el veredicto. Era ese el primer juicio por crímenes de lesa humanidad en la ciudad de Mendoza: prisión perpetua en cárcel común para cuatro ex miembros del D2 de la policía provincial, y 12 años de prisión para un militar imputado en un solo caso.


EN EL CINE

El cine recoge su historia en Paco Urondo, la palabra justa (2004), cuya dirección y guión estuvo a cargo de Daniel Desaloms. Es un documental que reconstruye, a 27 años de su asesinato, muchos aspectos de la vida del poeta. Incluye reportajes a su hermana Beatriz, a su hijo Javier y a su hija Ángela, esta última sobreviviente al momento de la muerte de su padre y del secuestro y asesinato de su madre. Son sus protagonistas: Beatriz, Ángela y Javier Urondo (hermana e hijos de Paco), y los actores Juan Leirado, Cristina Banegas, María Ballester, además de los periodistas Horacio Verbistsky, Miguel Bonasso y el crítico literario Noé Jitrik

Miguel Eugenio Germino



Fuentes:
-http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-178420-2011-10-07.html







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