viernes, 1 de agosto de 2014

ANIBAL TROILO



CASA MUSEO DE ANIBAL TROILO: ¡QUE MEJOR HOMENAJE A LOS  100 AÑOS DE SU NATALICIO!




“Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio. ¿Cuándo?... ¿Cuándo?... si siempre estoy llegando…”  
                 De “Nocturno a mi barrio”, un tango que escribió Pichuco mientras estaba internado

El maestro Aníbal Carmelo Troilo supo cultivar la entrañable conjunción barrio-artista, repartiendo entre ambos su vida y sus pasiones: la música del “dos por cuatro” que lo hizo famoso, y el espacio de sus amores que lo vio nacer en el inquilinato de la calle Cabrera 2937, una antigua casa que tuvo angosto zaguán y escalones raídos por el tiempo, a escasas cuadras del Mercado de Abasto.

Durante un corto período la siguiente placa identificó a aquella humilde casa: Al Maestro Aníbal Troilo ‘Pichuco’ en su casa natal, 11 de julio de 1914-1994 Feliz Cumpleaños - Asociación Gardeliana Argentina - Casa Blanca”.

Casa, placa, recuerdos e identidad, fueron barridos sin clemencia por la piqueta.
Sin embargo, para Pichuco su casa fue siempre la de Soler 3280, a la cual la familia retornó en 1922 tras la muerte de su padre, cuando él tenía ocho años. Allí nació su hermano Marcos y falleció su pequeña hermana Concepción. La casa fue adquirida por la familia en 1926, y hoy se encuentra en una situación indefinida, amenazada de demolición, como lo fue su casa natal en Cabrera.

Añoraba Pichuco no haber nacido en la casa de Soler, en 1953 le dedicará a aquella casa el tango Patio mío, de su inspiración y letra de Cátulo Castillo:

“Patio mío…
…de la ropita colgada…
…donde mama me cebaba…
…Tu historia de ladrillos y portón…”
 

  
La casa de Pichuco de Soler 3280, fue
declararada  Sitio de Interés Histórico de la Ciudad, en el año 2007. Lo que no la exime de ser vendida o demolida.   Tiene una superficie cubierta de 84,60 metros cuadrados en la planta baja y 9,97 en el piso alto. Se desconoce su antigüedad, ya que fue adquirida por la familia Troilo, ya construida, el 24 de junio de 1926. Originariamente contaba con tres habitaciones principales y una más pequeña, de servicio, un baño y una cocina desarrollada en la planta baja alrededor de un patio  
Consideramos que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ante el peligro de que sea rematada o   demolida dando paso a la construcción de una torre, lo menos que puede hacer en homenaje a uno de sus grandes íconos es salvaguardar dicha propiedad y destinarla a la creación del Museo Aníbal Troilo, a los cien años de su natalicio.
Hoy la casa luce tres placas, la última colocada al 11 de julio de 2014, por el Centro Cultural del Tango.

                                                                                      Marta Romero






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