martes, 30 de junio de 2015

LA NOCHE DE LOS BASTONES LARGOS



29 de julio de 1966
Noche de los Bastones Largos


FRENTE A EXACTAS; LA FOTO QUE RECORRIÓ EL MUNDO




Muchas noches negras produjeron las distintas dictaduras en nuestro país: la Noche de los Lápices, la Larga Noche de las Corbatas, la Noche del Basural de León Suárez… tantas noches, la noche de los Palotinos…

Siempre, preferentemente se utilizaron las sombras de la noche para perpetrar actos ilegales, antidemocráticos… la Noche en la Iglesia de la Santa Cruz… Hubo noches para todos los gustos dictatoriales, para estudiantes, para adolescentes, para profesionales, para trabajadores.

La Noche del Apagón de Ledesma… las noches de la quema de libros…

¡Y cuántas más… y cuántos días más… y cuántos atropellos y asesinatos más en nombre de una autoridad ilegal, brutal y prepotente…!





La Noche de los Bastones Largos



Se había cumplido un mes del golpe militar que derrocó al gobierno constitucional del presidente Arturo Illia y que dio comienzo a la dictadura del general Juan Carlos Onganía (que presidió de facto el país entre 1966 y 1970). En la Facultad de Ciencias Exactas, en la eterna Manzana de las Luces, la Guardia de Infantería policial que dirigía el general Mario Fonseca cargó a garrotazos y con gases lacrimógenos contra estudiantes, docentes y profesores extranjeros invitados. Hubo 400 detenidos y numerosos heridos.

La destrucción alcanzó a los laboratorios y bibliotecas y a la adquisición más reciente y novedosa para la época: una computadora. A esto le siguió el éxodo de profesores e investigadores y la supresión de los centros de estudiantes. Una feroz persecución se desplegó hacia los militantes de izquierda en las facultades. Este hecho se conoció como "La Noche de los Bastones Largos". Fue el 29 de julio de 1966.





Las consecuencias fueron que 1.378 docentes renunciaron o se fueron del país exiliados. Unos 300 emigraron: 215 eran científicos y 86 investigadores en distintas áreas. Se inició el éxodo de científicos que no se detendría a partir de entonces.

Las universidades públicas argentinas estaban organizadas de acuerdo a los principios de la Reforma Universitaria, que establecían la autonomía universitaria del poder político y el cogobierno tripartito de estudiantes, docentes y graduados.

La represión fue particularmente violenta en las facultades de Ciencias Exactas y Naturales, y de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. La Policía Federal Argentina, que se encontraba bajo intervención militar desde el 28 de junio de 1966, tenía órdenes de reprimir duramente. El nombre del hecho proviene de los bastones largos usados por efectivos policiales para golpear con dureza a las autoridades universitarias, los estudiantes, los profesores y los graduados, cuando los hicieron pasar por una doble fila al salir de los edificios, luego de ser detenidos.

Aquella noche por orden de la Dirección General de Orden Urbano de la Policía Federal Argentina, cinco facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA) ocupadas por estudiantes, profesores y graduados, en oposición a la decisión del gobierno militar de intervenir las universidades y anular el régimen de gobierno, fueron desalojadas con una inusitada violencia.





El hecho



Puerta exterior (calle Perú 222), una de las entradas a la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UBA. Rolando García (hoy celebridad mundial), el decano entonces, se hallaba con el vicedecano, Manuel Sadosky, cuando entraron los policías. Salió a recibirlos, diciéndole al oficial que dirigía el operativo: “--¿Cómo se atreve a cometer este atropello? Todavía soy el decano de esta casa de estudios. Un corpulento custodio le golpeó entonces la cabeza con su bastón. El decano se levantó con sangre sobre la cara, y repitió sus palabras, el corpulento repitió el bastonazo por toda respuesta.

Fueron detenidas en total 400 personas y destruidos laboratorios y bibliotecas universitarias.

En los meses siguientes cientos de profesores fueron despedidos, renunciaron a sus cátedras o abandonaron el país. Como se dijo más arriba, emigraron 301 profesores universitarios; 166 se insertaron en universidades latinoamericanas, básicamente en Chile y Venezuela; otros 94 se fueron a universidades de Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico; los 41 restantes se instalaron en Europa.


FRENTE A LA FACULTAD DE FILOSOFIA






En algunos casos equipos completos fueron desmantelados



Es lo que sucedió con Clementina, la primera computadora de América Latina, que había sido construida por Ferranti (del Reino Unido). Renunciaron y emigraron los 70 miembros del Instituto de Cálculo de Ciencias Exactas, donde era operada. Lo mismo sucedió con el Instituto de Radiación Cósmica, que fue desmantelado. Algunos de los profesores e investigadores afectados fueron:

·  Adolfo Rafael Chamorro (1914-2006), arquitecto, decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de La Plata, quien fuera profesor titular de la cátedra de Construcciones en la Universidad de Buenos Aires.

·  Sergio Bagú (1911-2002), historiador y sociólogo, uno de los pioneros de la teoría de la dependencia. Exiliado.

·  Félix González Bonorino, el geólogo más eminente del país.

·  Risieri Frondizi (1910-1985), filósofo y ex rector de la UBA.

·  Rolando García, epistemólogo, físico, meteorólogo de fama internacional, fue el decano que enfrentó la toma de la Facultad de Ciencias Exactas. En el exilio desarrolló la epistemología genética, junto a Jean Piaget. Exiliado.

·  Tulio Halperín Donghi (1926-2014), uno de los principales historiadores de América Latina. Exiliado.

·  Pablo Miguel Jacovkis, matemático, decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y presidente del CONICET en 1999 y 2000.

·  Eugenia Kalnay (1942), meteoróloga premiada en 2009 por la Organización Meteorológica Mundial, perteneciente a la ONU, «contribuciones sobresalientes en el campo de la climatología».

·  Gregorio Klimovsky (1922-2009), epistemólogo, considerado en el país como una de las máximas eminencias en lógica matemática y filosofía de la ciencia.

·  Catherine Gattegno de Cesarsky, astrónoma de fama mundial que en 2006 asumió la presidencia de la Unión Astronómica Internacional.

·  Telma Reca, psicóloga, directora del Instituto de Psicología Evolutiva, cesanteada.

·  Juan G. Roederer (1929), físico a cargo del Instituto de Radiación Cósmica.

·  Manuel Sadosky (1914-2005), había introducido la computación en el país. Exiliado.

·  Mariana Weissmann, física atómica, premio L'Oréal-Unesco 2003, primera mujer incorporada a la Academia Argentina de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; exiliada.





Desmantelamiento de la universidad reformista



Con la intervención del gobierno militar a las universidades, se aplicó una estricta censura en los contenidos de enseñanza universitaria y se desmanteló un proyecto reformista de universidad científica de excelencia, sobre la base de la estrecha vinculación entre investigación y docencia.

El hecho está considerado como una referencia central de la decadencia cultural y académica, y de la fuga de cerebros en Argentina.





Reconocimiento y memoria en cine y tv



En julio de 2005 la Federación Universitaria Argentina entregó diplomas de reconocimiento a los 70 profesores universitarios que renunciaron en 1966 a sus cátedras en la Facultad de Agronomía de la UBA.

En 2004 el director de cine Tristán Bauer estrenó una película con el título "La noche de los bastones largos: el futuro intervenido".

El 8 de septiembre de 2010, el unitario televisivo "Lo que el tiempo nos dejó" presentó un capítulo referido a "La Noche de los Bastones Largos".





Testimonio del norteamericano Warren Ambrose



El 30 de julio de 1966 se publicó en la edición matutina del periódico The New York Times una carta al editor enviada por Warren Ambrose, profesor de matemáticas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y en la Universidad de Buenos Aires. Ambrose fue testigo y víctima del ingreso violento de fuerzas policiales a la Facultad de Ciencias Exactas durante la Noche de los Bastones Largos. A continuación se reproducen dos párrafos de dicha carta.

“Entonces entró la policía. Me han dicho que tuvieron que forzar las puertas, pero lo primero que escuché fueron bombas que resultaron ser gases lacrimógenos. Luego llegaron soldados que nos ordenaron, a gritos, pasar a una de las aulas grandes, donde se nos hizo permanecer de pie, contra la pared, rodeados por soldados con pistolas, todos gritando brutalmente (evidentemente estimulados por lo que estaban haciendo se diría que estaban emocionalmente preparados para ejercer violencia sobre nosotros). Luego, a los alaridos, nos agarraron a uno por uno y nos empujaron hacia la salida del edificio. Pero nos hicieron pasar entre una doble fila de soldados, colocados a una distancia de 10 pies entre sí, que nos pegaban con palos o culatas de rifles, y que nos pateaban rudamente, en cualquier parte del cuerpo que pudieran alcanzar.”

“Nos mantuvieron incluso a suficiente distancia uno del otro de modo que cada soldado pudiera golpear a cada uno de nosotros. Debo agregar que los soldados pegaron tan duramente como les era posible y yo (como todos los demás) fui golpeado en la cabeza, en el cuerpo, y en donde pudieran alcanzarme. Esta humillación fue sufrida por todos nosotros mujeres, profesores distinguidos, el decano y el vicedecano de la Facultad, auxiliares docentes y estudiantes.”

“Hoy tengo el cuerpo dolorido por los golpes recibidos, pero otros, menos afortunados que yo, han sido seriamente lastimados. No tengo conocimiento de que se haya ofrecido ninguna explicación por este comportamiento. Parece simplemente reflejar el odio del actual gobierno por los universitarios, odio para mí incomprensible, ya que a mi juicio constituyen un magnífico grupo, que han estado tratando de construir una atmósfera universitaria similar a la de las universidades norteamericanas. Esta conducta del gobierno, a mi juicio, va a retrasar seriamente el desarrollo del país, por muchas razones, entre las que se encuentra el hecho de que muchos de los mejores profesores se van a ir del país.”





Testimonio del decano de Filosofía y Letras Félix Schuster



“Esa noche estaba en la Facultad de Filosofía y Letras y la noticia no nos sorprendió. Esperábamos con expectativa la intervención y hasta nos parecía raro que, a un mes de asumir, Onganía todavía no hubiese tocado la universidad. Teníamos conciencia de lo que se venía, por entonces yo militaba activamente en el Frente de Izquierda Popular. Trabajaba como jefe de trabajos prácticos de Filosofía de las Ciencias y, al igual que todos mis compañeros, tuve que renunciar, aunque no estaba de acuerdo con esa decisión. Para mí había que quedarse a defender la facultad.”

“A medida que pasaban las horas, iba llegando gente de Exactas que nos contaba lo que estaba pasando. Era terrible. Hacían formar fila a los profesores, los hacían salir y los golpeaban uno tras otro. Se notaba que no había una planificación por parte de los militares, no eran demasiado hábiles y tampoco tenían mucha información de lo que pasaba en las facultades. Iban al bulto, sin tener un conocimiento puntual de lo que querían combatir. Se hicieron preconceptos y actuaban en función de éstos. Pero sin duda, la Noche de los Bastones Largos fue un anticipo de lo que pasaría en el ‘76. Para mí fue un golpe terrible, desde esa noche casi no pisé la Facultad hasta el ‘84. Estuve 18 años sin participar de la actividad docente en Argentina.”



Miguel Eugenio Germino





Fuentes:


los_bastones_largos.php


-http://argentina.ar/2014/07/29/efemerides-30498-la-noche-de-los-bastones-

largos.php


-http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/16996019/La-noche-de-los-
 bastones-largos---29-de-julio-66.html

-http://www.glennmillershow.com.ar/baul/baul_073.htm





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