EL BAJOTAJE DEL DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE

ACERCA DE LAS ELECCIONES DE MAÑANA  SEPA EL PUEBLO VOTAR

 

El Consenso de Washington (acuñado por el economista británico John Williamson, en 1989),  fue el conjunto de medidas de política económica de corte neoliberal aplicadas  para  hacer frente a la reducción de la tasa de beneficio en los países del Norte tras la crisis económica de los setenta, y como salida impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) a los países del Sur ante el estallido de la crisis de la deuda externa.

De allí en más éstos organismos fueron sometiendo, mediante condicionamientos espurias a la gran mayoría de los países del mundo, especialmente del hemisferio sur,  “Sudacas”, condenándolos al endeudamiento, los bajos salarios, la desocupación la liquidación de su patrimonio público, entre otros grandes flagelos.

Sin embargo, dos hechos trascendentales se produjeron en el mundo: el primero, ciertos países de América Latina abrieron los ojos y desoyendo las órdenes del amo, rechazaron el ALCA (5 de noviembre de 2005 en Mar del Plata), y hoy años 2014/15,  entró en crisis el llamado “Estado de Bienestar”, de la Europa, arrogante y déspota.

Debieron ellos probar sus propios remedios inventados, volvieron a entrar en crisis, ésta vez más virulenta que las anteriores. España, Grecia, Portugal, entre otros son vidriera de sus recetas. ¡¡¡Así les va!!!

Ante su propio flagelo, el imperio vuelve a mirar al sur del Rio Bravo, un tanto descuidado por las guerras en Asia y su incapacidad en obtener resultados definitorios, aparte de las destrucción de países, millones de muertos.

En Argentina se  revive el misterio de la Batalla de Pavón, el 17 de septiembre de 1861, donde triunfa Urquiza frente a Mitre, "Ganó (Urquiza)  pero le regaló el triunfo a Buenos Aires  retirándose miserablemente y dejando el campo de batalla en manos de los vencidos.  Después, el 29 de septiembre de 1868 por boca del propio Mitre, en un banquete de la masonería, expresará en su discurso: “Cuando nos alejamos de las puertas del templo, nuestras espadas salieron de la vaina para cruzarse en los campos de batalla, pero aún sobre esa desgracia y esa matanza, el genio invisible batió de nuevo sus alas…". Fue el mismo “genio invisible” que dirigió la matanza del gauchaje federal de las provincias y el mismo “genio invisible” que armó el genocidio del Paraguay, y dirimió el dilema sarmientino de “Civilización y Barbarie” a favor de “la Civilización”.

Que hoy no vuelva otra vez aquel genio invisible en un nuevo clima de odio, y  en  esa agitación, sin olvidar aquella historia, se darán las últimas elecciones en Argentina, (otro de los países que se revelaron a la política del imperio),   buscando la desestabilización en todos los niveles, posibles aprovechando sus gerenciadores locales, y de algunas debilidades y desavenencias internas, que las hubo.

Así fabricaron una “oposición” poderosa capaz de disputar el gobierno y  llegar al   poder total y retrotraer el país a la bancarrota del año 2001, donde se da éste balotaje (el primero de la historia).

Nace e la faz del territorio, una derecha reciclada en su mensaje y en su indumentaria, alegre, bailantera y carnavalesca, de rostro angelical,  escondiendo cuidadosamente sus propósitos finales, hasta el nombre es sugestivo “Cambiemos”… lo que no se sabe a ciencia cierta cambiar que, a no ser que retroceder al 2001 y antes aún, a la época de las “relaciones carnales”  del menemismo liquidador y hambreador.

Así las cosas…el domingo 22 de noviembre es “El Día D”,  se dirime el momento de la verdad o de la mentira, de elegir entre el futuro y el pasado, --como el furcio que traicionó a María Eugenia Vidal, la electa gobernadora de Buenos Aires. “Esa es la cuestión”, lo demás son pompas y ornamentos, que pretenden esconder  un programa de gobierno que todos conocen, aunque algunos pretendieron ignorarlo.  

La historia continúa, la vida continúa y si se apuesta al pasado, también continuará la resistencia y la lucha, hoy los pueblos no son tan mansos como pretendía el amo y como lo lograba en el pasado.

El siglo XXI marcó el fin de una era, la era del sometimiento, la reverencia, la resignación y el temor, hoy los pueblos se quitaron la venda que le obstruía la visión, y los tapones ocultaban la audición. Ya no está Urquiza para dejar el campo arado de la victoria a los vencidos, porque entonces los vencidos serán los pueblos y no los héroes de cartón.

Hoy los pueblos ven, oyen y actúan en consecuencia.

                      ¡Cuidado de aquellos que se ilusionan con su pretendida ignorancia e ingenuidad!

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