El arduo sendero colectivo para reconquistar la cultura en Boedo
Desde
junio del año pasado los vecinos y un conjunto de organizaciones sociales de
Boedo –encabezadas por la Asociación Todos por la Plaza de Boedo y los centros culturales
El Surco-Seamos Libres y La Minga- se embarcaron en un sueño: recuperar el Gran Cine Cuyo, que estaba ubicado en Av. Boedo 860.La movilización se sustenta
en la necesidad de contar con una sala barrial para cine, teatro, recitales y
otras expresiones artísticas, inexistente en la actualidad. Estas instituciones
se agruparon bajo el lema “Boedo por el
Cine Cuyo” y comenzaron a recolectar firmas para respaldar la iniciativa y
presentarla ante las autoridades nacionales; hasta ahora se reunieron 7000.
Inaugurada
en noviembre de 1945, esta sala de 1500 localidades realizaba estrenos
simultáneos con las del centro hasta que, como tantos otros cines de barrio, cerró
sus puertas en mayo de 1992, afectada por el crecimiento de los videoclubes y
el cable, entre otros factores. En ese lugar se erige desde entonces una
iglesia evangélica que alquila el inmueble, cuyos propietarios son dos
hermanos. En Boedo llegó a haber trece salas: Los Andes, Alegría, Nilo, Cóndor,
Del Plata, Moderno, Odeón II, por citar sólo algunas. Una a una fueron
desapareciendo y el barrio se quedó sin un punto de encuentro e integración
social y cultural.
UN PROGRAMA DEL AÑO 1983 |
En los últimos años hubo varios intentos de reapertura pero
ninguno prosperó. Sin embargo, en esta oportunidad se puede ser más optimista,
ya que existe un interés oficial en la propuesta y los dueños mostraron buena
predisposición en los diálogos que las entidades vecinales mantuvieron con
ellos. Se iniciaron conversaciones con distintas reparticiones del Estado Nacional:
el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el Ministerio de
Cultura y la Subsecretaría de Relaciones con la Sociedad Civil de la
Presidencia –a cargo de Gustavo López- así como con la diputada nacional Liliana
Mazure, ex presidenta del INCAA.
El INCAA
manifestó su intención de instalar en el lugar un espacio similar al Cine
Gaumont, de Congreso, que es administrado por el instituto y donde se exhibe
cine de calidad –sobre todo nacional- a precios accesibles. Esta sería una
medida provechosa porque permitiría descomprimir al Gaumont, que en ocasiones
se ve desbordado por la gran cantidad de gente que concurre al ser la única
sala popular de la ciudad. Un dato clave a tener en cuenta y un punto a favor
del proyecto es el hecho de que el edificio está en perfectas condiciones y
conserva la estructura que tenía cuando funcionaba como cine.
Se barajan
distintas posibilidades: el inmueble podría ser comprado por el INCAA o ser
expropiado, para lo cual debería dictarse una Ley de Expropiación y ser
declarado patrimonio histórico de la ciudad por parte de la Legislatura. En
cuanto a los propietarios, podrían llegar a un arreglo si se les paga la
rescisión del contrato de alquiler.
Como parte
de la campaña por la recuperación del Cuyo, las entidades barriales desarrollan
diferentes actividades. A fines de septiembre, se realizó la proyección al aire
libre, en las puertas del ex cine, de un clásico, la película –muda y en blanco
y negro- El maquinista de La General,
de Buster Keaton, que fue musicalizada en vivo por una orquesta liderada por
Fernando Kabusacki. Al evento asistieron López, Mazure, el legislador Pablo
Ferreyra, el cineasta David Blaustein y representantes del Ministerio de
Cultura.
Sofía Mazzaglia, integrante
del Centro Cultural El Surco-Seamos Libres, cuenta cómo fue esa
experiencia: “Se acercó mucha gente. Tuvimos buena recepción por parte de los
vecinos, la gente está muy contenta con la idea. Muchos vecinos tuvieron la
posibilidad de vivir el cine como tal, nos contaron anécdotas. Recordaban que venían
de otro lugar a ver películas al Cine Cuyo o su papá los traía. Fue un momento
muy lindo. La gente se quedó desde el principio hasta el final, firmó el
petitorio, estuvo de acuerdo con la iniciativa. Muchos preguntaron qué más
podían hacer para ayudar”.
En
este momento, las partes involucradas continúan negociando para alcanzar una
resolución beneficiosa para todos. No hay una decisión puntual aún, se está en
un compás de espera. ¿Cuáles van a ser entonces los próximos pasos de los
impulsores de esta lucha? Responde Mazzaglia: “De ahora en más seguimos con la
recolección de firmas, con actividades dentro del barrio, esperando tener una
respuesta más concreta para poder avanzar. Soy optimista, me parece que el Cine
Cuyo es necesario para el barrio, para la ciudad en general porque el Gaumont
ya no da abasto. Es importante que cada barrio tenga, dentro de lo que es su
identidad cultural, su cine, su teatro, su espacio para que la gente pueda
acceder fácilmente. Hasta ahora tuvimos una buena respuesta del INCAA, siempre
nos recibió, está interesado en el tema. Sabemos que los tiempos son lentos
para estas cosas, no sólo depende del instituto sino de otros factores, somos
conscientes de eso. Esto no sale de un día para el otro. Hasta que no se
recupere el cine, la movida va a seguir”.
Laura
Brosio
Las planillas para la recolección de firmas se pueden obtener en la
página www.facebook.com/boedoporelcinecuyo
o el mail boedoporelcinecuyo@gmail.com.
No hay comentarios:
Publicar un comentario