CARTA ABIERTA DEL CURA EN OPCCION POR LOS POBRES, EDUARDO DE LA SERNA
Ante
esta hora crucial del país, transcurridos los primeros 30 días de
gobierno de la Alianza Cambiemos, sentimos amenazada nuestra paz social,
en serio riesgo de vida del pueblo trabajador y en especial de los
pobres. Observamos una actitud de revancha de clase, superioridad
intelectual, cinismo y discriminación en las intervenciones públicas de
muchos funcionarios –incluyendo al Presidente –en referencia a los
militantes, el gobierno anterior, la clase trabajadora, el costo de la
vida y los despedidos.
Percibimos
un notable desprecio por las instituciones, con procedimientos en
algunos casos ilegales y en muchos casos antidemocráticos, con una
fuerte indiferencia por el acuerdo y el consenso que representa el
debate parlamentario, llevándose por delante –por ejemplo- la Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual, construida federalmente y
aprobada por ambas cámaras del Congreso y ratificada por la Corte
Suprema de Justicia. ¿Cómo es posible que una ley aprobada con tanto
consenso sea eliminada por un caprichoso DNU –Decreto de Necesidad y
Urgencia-
Se
ha instalado con prepotencia un gobierno de facto donde las fuerzas de
seguridad evitan que se cumpla la ley y se intenta poner por decreto
–con manifiesta parcialidad- a dos Jueces de la Corte Suprema,
justamente encargados de administrar justicia imparcial. Se camina por
una delgada línea –a un paso de la inmoralidad- designando en muchos
ministerios empresarios que hasta ayer trabajaban en las empresas que
hoy deben controlar. Atender “los dos lados del mostrador” puede llevar a
un conflicto de intereses, a un abuso de la posición dominante
altamente peligrosos.
La
economía ha priorizado los intereses de los sectores productivos más
ricos que tienen fortunas en dólares, las recetas ortodoxas de los
organismos financieros y el absolutismo de mercado por encima del pleno
empleo, la valorización del salario y la contención social. Se recurre a
la consabida y fracasada receta del ajuste. Se alienta la especulación
financiera y los capitales golondrinas perjudicando así la producción- y
obviamente el trabajo nacional, la pequeña y mediana empresa. Hablar de
pobreza 0 y la promesa de “mantener lo que se hizo bien”, es una
mentira. Se recurre al endeudamiento externo que sólo beneficia a los
prestamistas y se pagará con el trabajo de los pobres. Se pretende
arreglar con los Fondos Buitres cuando la ONU apoyó con el voto de 136
paises que Argentina no cediera en las presiones de esos miserables para
no comprometer los intereses del país. Se sacrifica la integración
latinoamericana, vital para la soberanía de nuestros pueblos, y se
reinstala una relación dependiente con EEUU, eterno verdugo de nuestros
sueños.
Se
ajusta por el salario, hay despidos masivos y compulsivos, sin revelar
los criterios de selección y sin decir cómo se crearán nuevos puestos de
trabajo. Se extorsiona con el miedo a perder el empleo para desalentar
las negociaciones paritarias. Se camina por la cornisa de la
persecución ideológica hurgando en las redes sociales de los
trabajadores, avasallando la privacidad y estigmatizando a los
despedidos. Se habla desde un pretendido limbo político donde lo ideal
es “no tener ideología” algo que lisa y llanamente es una mentira para
absolutizar la propia ideología y eliminar cualquier otra. Se ha
implantado una suerte de totalitarismo informativo donde detrás de la
máscara de la pluralidad se han callado las voces opositoras y los
medios – recordando una frase del BBeato Oscar Romero- “están vendidos y
no dicen la verdad” DDHH como el derecho a la información, el derecho
al salario digno son ignorados. Vivimos un estado policial rodeados de
mentiras, amenazas, extorsiones. Esto no es una verdadera democracia por
más que los gobernantes sean legítimos.
Hablamos
en defensa de los pobres y desde el Pueblo de Dios, y nos duele una vez
más el silencio de los Obispos que parecen desconectados del
sufrimiento de los trabajadores y no perciben que la calidad democrática
está en peligro.
Grupo de Curas en Opción por los Pobres – Enero 2016
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