REFLEXIONES
DE UN POETA DEL BARRIO
Los grises y cenicientos árboles de los
porteños
Van perdiendo los sonidos del verdor en sus
ojos y sentidos
El hormigón va cautivando los barrios y
corazones
Y se mueven los vientos inmersos sin trinos
Se suceden la brisas azules que destiñen en
ignotos llorosos
Con los juegos de los tristes albergues sin
sol
Ya no hay aromas a frutos frescos perdió el
rosal su perfume
El alquitrán vampiró las almas y se nutrió
de oscuridad el hombre
Lobo y cordero en uno mismo distribuyendo
una falsa baraja
Donde no nos reconocemos ni el uno ni el
otro
Y avanza la noche con la fría cobija sobre
el coxis del mundo
Dando una pausa para reflexionar
Por el silencioso aullido del hombre que se
aleja de sí…
Ignacio Leder Kremer
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