lunes, 18 de abril de 2016

TECHOS VERDES PARA UNA CIUDAD GRIS

Verde que te quiero verde

 


El larretismo parece que confunde plazas con edificios con pasto en el techo, y quiere reemplazar la Clemente con un shopping ajardinado.
Por Sergio Kiernan


El PRO es un fenómeno cosmético, de superficies y apariencias, lo que explica que su discurso sobre los espacios verdes, políticamente correcto, se contradiga brutalmente con su realidad de gestión. El macrismo en funciones le costó metros de verde a la ciudad, con emprendimientos diversos y con el metrobus de la Nueve de Julio, avenida que era un parque linear. El macrismo le costó a nuestra ciudad kilómetros cuadrados de superficies porosas por darles contratos a los amigos constructores que levantaron empedrados y pavimentaron calles. El macrismo hasta se dio el lujo de levantar adoquinados, construir camas de hormigón impermeables y volver a colocar malamente las piedras. El subte fue paralizado pero se cambiaron kilómetros de cordones de vereda de buen granito por otros de cemento berreta. Y no se construyó ni una plaza nueva. Ni una.
Con lo que queda en claro que más allá de los discursos, la ciudad es un negocio y no el hogar físico de una comunidad humana. El larretismo es el continuador guarango del macrismo –Macri es millonario, Larreta quiere serlo– con lo que se entienda la ansiedad por crear una Agencia de Bienes que permita rematar la tierra pública porteña. Para darnos una idea de lo que significaría esta Casa de Remates oficial, basta darse una vuelta por colegiales, un barrio al que le faltan agudamente espacios verdes y al que le están rematando los que le quedan.
Como saben los lectores de m2, el año pasado el gobierno porteño tomó un espacio abierto justo detrás del Mercado Dorrego, lo alambró, lo asfaltó y hasta taló los añosos árboles de la vereda, detalle cruel y gratuito. Este espacio ya era la Plazoleta Biro, homenaje de los vecinos al inventor de la birome, cosa recontraprometida por dos gestiones porteñas al hilo. Pero resulta que el destrozo fue para crearle una sede a un emprendimiento gastronómico, el Buenos Aires Market, una feria pretenciosa que ni siquiera es permanente. De hecho, el destrozo fue hecho para un evento comercial que se hace cada tanto... Y este fin de semana, hubo otro emprendimiento, la Feria de las Colectividades, que tal vez porque no entraba en la Biro ocupó la plaza Mafalda, justo enfrente. Los vecinos de Colegiales hasta festejaron el mal tiempo, que les arruinó el negocio a los ocupas con permiso.
Los de Colegiales estaban ofendidos por esta feria porque hace rato que vienen insistiendo con fuertes argumentos con la idea de que la pobre Mafalda sufre de un sobreuso notable. El barrio no deja de crecer ante la placidez de sucesivos gobiernos porteños, que jamás piensan en limitar el crecimiento en función de la infraestructura disponible. A más gente e igual plaza, el espacio verde queda destruido. Por eso, el Consejo Consultivo de la Comuna 13 hace más de un año le avisó por escrito a los funcionarios correspondientes que, sin la Biro y otro espacio cercano, la M2, la Mafalda colapsada. Como se ve, no les dieron ni la hora.
De hecho, los renders que ilustran esta página muestran qué piensan hacer con la M2 –plaza que no tiene nada que ver con este suplemento– que no es exactamente algo verde. El engendro del dibujo es una suerte de pirámide maya cubierta de pasto, con un supuesto acceso al público para justificar que sigue siendo un espacio verde. Esto sería aceptable si se tratara de un edificio en un lugar edificado, y no en una ocupación de un espacio verde de verdad. Con esta idea, el PRO muestra su continuidad con vivos de otras eras, porque la M2 ya fue ocupada, en 1991, por Canal 9, al que tomó trece años sacar. En 2007, tres años después de recuperar el espacio, los vecinos lograron que se pasara la ley 2567 que lo zonifica como Urbanización Parque, junto al resto de la manzana. Desde entonces, los mismos vecinos exigen inútilmente que se haga efectivamente un parque, pero lo único que lograron fue que en junio de 2011 Diego Santilli, entonces ministro de Espacio Público, les mintiera en la cara. Dos años después, la Legislatura le puso a la M2 el nombre de Clemente.
Pero este terreno de Dorrego, Enrique Martínez, Concepción Arenal y Conde ya tiene otro destino. Mientras el Consejo Consultivo enviaba regularmente notas exigiendo en nombre de sus representados que se parquizara el lugar, el gobierno porteño negociaba con una UTE formada por Prospect SA y Borok Construcciones para crear el centro comercial que se ve en los dibujos. Este incluye dos subsuelos para estacionamiento, un salón de eventos de 1100 metros cuadrados y cuatro tiras de locales comerciales a la calle, dos mirando a las calles actuales y otras dos al pasaje entre los dos ziggurats.
Lo notable del asunto es que el gobierno porteño no cambió la zonificación ni descartó oficialmente que ese lugar sea la Plaza Clemente. Con lo que resulta interesante ver con qué cuento va a justificar el shopping: ¿un edificio con pasto en el techo es una plaza? Como hecho teórico, este shopping puede dar para varias tesis de morfología del espacio urbano.








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