LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN CRISTÓBAL
EL TEMPLO EN SU INAUGURACIÓN |
En épocas de la Colonia y el Virreinato no
existían en Buenos Aires los barrios como
subdivisión administrativa
con cierta identidad propia y un sentido de pertenencia de sus habitantes, tal como
hoy se los conoce, recién hacia 1769 se crean las
primeras divisiones geográficas locales mediante cuatro curatos en la naciente
Gran Aldea, fundada por Juan de Garay en el año 1580.
Eran aquellos:
Nuestra Señora de la
Concepción, Nuestra Señora de la Piedad, Nuestra Señora de Montserrat y de San Nicolás
de Bari, en 1784 se agrega el de Nuestra Señora del Socorro, todos de origen
eclesiástico.
No
existía otra división administrativa civil en el damero porteño, y recién hacia
fines del siglo XIX fueron demarcándose los barrios que finalmente se traducen en
48 barrios y 15 comunas desde el año 2005 por la ley 1.777.
San Cristóbal es uno de los barrios más
pequeños, de sólo 2,1 km2, comparado con los
casi 16 que tiene Palermo, no obstante posee una historia muy especial, ya que desde
sus primeros tiempos fue escenario de una gran cantidad de hechos históricos, teniendo
como punto focal la actual Iglesia de San Cristóbal, que alberga a su vez a los
cuatro grandes credos del mundo actual: Religión Católica, Hebrea, Musulmana y
Budista.
Fue un área de grandes quintas y estancias que dominaron durante
tiempo toda el área, luego aparecerán los primeros loteos e irrumpirán los conventillos
y los antiguos cines barriales populares, será una de las primitivas cunas del
tango y el arrabal.
Finalmente el barrio quedará fraccionado por el caprichoso trazo de la autopista 25 de Mayo (Osvaldo
Cacciatore mediante),
que lo truncó en dos mitades, y al costo de 3.000
casas demolidas.
El barrio fue marcado por la histórica huelga de los
Talleres metalúrgicos Vasena del 7 de enero de 1919, cuando los
trabajadores de los talleres son baleados en masa por la policía y mueren cuatro
de ellos. Hecho que se conoce como “la Semana Trágica”. Aquella fábrica estaba
en la calle La Rioja y Cochabamba (donde está hoy el ex ENET 11 y la Plaza Martín
Fierro).
El decreto de creación de la Parroquia establecía que la misma no se
consideraría erigida hasta que fuera construido su templo, el que se inauguró
oficialmente el 10 de febrero de 1884.
No se puede precisar ciertamente la fecha en que empezó a funcionar el
templo o capilla original, estimándose que fuera en octubre de 1870, se
encontraba en San Juan 968 (hoy Av. San Juan 2416, entre Matheu y Alberti). Era una capilla improvisada en una casa antigua cuyo
dueño era el coronel Garretón, quien también
donará posteriormente el terreno donde actualmente está la Parroquia, en Av. Jujuy
1241, entre Av. San Juan y Cochabamba. Garretón había sido edecán de Juan
Manuel de Rosas y secretario del Restaurador durante la Primera Campaña del Desierto.
La piedra
fundamental del nuevo edificio de la iglesia fue colocada el 6 de enero de
1871, y el edificio de modesta estructura posee una arquitectura gótica
elaborada en su gran mayoría por mármol, madera tallada y vitrales en diferentes sectores. La misma posee varios
altares, cada uno de ellos con un atractivo particular. Siendo el altar
principal, elaborado íntegramente en mármol, el que sobresale de los demás.
A partir de la edificación del templo comenzó a constituirse el
barrio, con la delineación de sus calles y de sus primeras casas, y un rápido
aumento de la población en la zona.
Recibe su estatus en 1869, fruto de la nueva división parroquial de
Buenos Aires, junto con San Telmo, Santa Lucía, Del Pilar, San Miguel,
Balvanera y Catedral al Sur, cuando un censo cercano a 1887 arroja una cifra
aproximada de sólo 3.171 habitantes repartidos en unas 392 casas; sólo 18 años después, el barrio creció a más de
37.000 habitantes y unas 3.200 casas. Un tercio de los habitantes eran
extranjeros.
El barrio de San Cristóbal presenta a partir de 1940 una fuerte
presencia de inmigrantes sirios y libaneses, principalmente de religión
musulmana en ambos casos.
En el libro "Buenos Aires, ciudad secreta", de Germinal Nogués,
en el capítulo dedicado al barrio de San Cristóbal, dice que “entre las calles
Constitución, Pavón y Matheu se encuentran fundamentalmente los negocios de la
comunidad sirio-libanesa dedicados a los artículos del hogar, de limpieza y de
bazares para restaurantes” y agrega que “la zona de los árabes, con mahometanos
y cristianos ortodoxos, con el tiempo se fue convirtiendo en un importante
cordón comercial que maneja fundamentalmente bazares, y es donde casi todos los
restaurantes de Buenos Aires se aprovisionan”.
En
los primeros tiempos del templo se hizo cargo del mismo el padre Juan de Dios
Arenas. Había nacido en Morón de la Frontera (Sevilla), el 8 de marzo de 1826. Llegó a Buenos Aires en
1867. En ese mismo año fue nombrado teniente-cura de San José de Flores.
Más
tarde sería capellán de San Cristóbal, un lugar tan inhóspito y lejano que los
capellanes se sucedían rápidamente, a veces hasta dos en una misma semana.
A
poco de llegar se dio cuenta que los niños del lugar no asistían a la escuela
por lo lejana que ésta estaba (por aquella época no había abundancia de
escuelas públicas primarias, por lo que la educación era monopolizada por el
clero). En la misma capilla Arenas funda una escuelita para niños pobres. Otra
de sus primeras tareas fue ir reuniendo fondos para la construcción del templo.
Instaló las "Fiestas de San Cristóbal", que duraban algunos días, con
bandas de música, corridas de sortija. Después de varios años, el resultado de
estas fiestas acabó por permitirle habilitar una nave del templo.
El
domingo 10 de febrero de 1884 fue día de fiesta para la Parroquia. El diario
"El Nacional" del 11 de febrero comentaba:
"Desde temprano se notaba gran animación en
ese apartado y silencioso barrio. En la plaza y adyacencias se había colocado
gran número de carpas, así como banderas y arcos triunfales".
No
era para menos, ya que el mismo presidente de la
República Julio A. Roca y la Sra. Ana Urquiza de Victorica, esposa del ministro
de Guerra, habían anunciado su visita y serían los padrinos del templo. Esto
había convulsionado al barrio. En las cercanías de la parroquia se encontraba
el Regimiento 1º de Infantería, con sus
uniformes de gala.
A
las 10 de la mañana se inició la fiesta
religiosa de la inauguración, el templo fue bendecido por el entonces arzobispo
de Buenos Aires, doctor León Federico Aneiros. Se repartieron medallas
de plata entre los asistentes con la siguiente inscripción: "Inauguración
Iglesia San Cristóbal - 10 de febrero de 1884" y en el reverso "La
Comisión del Templo".
En
las carpas se ofrecían sorteos, se vendían estampitas, medallitas y todos los
juegos de habilidad habituales en este tipo de fiestas populares. Por la tarde
de la vieja capilla salió una procesión conduciendo al Santísimo Sacramento
hacia el nuevo templo. Una vez caída la noche los fuegos de artificio dieron su
espectáculo.
Fueron
tan animados los festejos, tan a gusto de los habitantes del barrio y de otros
vecinos, que se prolongaron hasta el 21 de aquel
lejano mes de febrero.
La nueva Iglesia posee una arquitectura gótica elaborada en su
gran mayoría por mármol, madera tallada y vitrales en diferentes sectores.
La misma posee varios altares, cada uno de ellos con un
atractivo particular. Siendo el altar principal, elaborado íntegramente en
mármol, el que sobre sale de los demás.
En el templo se pueden observar gran cantidad de imágenes
religiosas,
en su entrada se encuentran diferentes placas de bronces, una de las cuales dice: “Aquí yace Juan de Ríos Arenas 1826-1886. 1º Cura rector de San Cristóbal 1875-1886.”
en su entrada se encuentran diferentes placas de bronces, una de las cuales dice: “Aquí yace Juan de Ríos Arenas 1826-1886. 1º Cura rector de San Cristóbal 1875-1886.”
Otro templo católico, comparte con el de San Cristóbal la
feligresía del barrio, el de La Santa
Cruz de la calle EE.UU y Urquiza, inaugurado en octubre de 1901 por la comunidad pasionista de Irlanda.
De estilo gótico
normando el santuario reemplazó al pequeño templo construido en madera y zinc,
abierto el 6 de enero de 1883. Este templo fue profanado por la dictadura
militar el 8 de diciembre de 1977 por un
grupo tareas del ejército cuando secuestraron y desaparecieron a religiosas,
Madres de Plaza de Mayo y a dos monjas francesas, entre ellas a su entonces
presidenta Azucena
Villaflor.
Es interesante conocer a su vez, el
origen del nombre San Cristóbal que significa "el que carga o portador de
Cristo".
La leyenda se refiere a un gigantón de antaño, un santo muy popular que poetas modernos como García
Lorca y Antonio Machado, lo han aludido en sus inspirados versos. Su efigie,
siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales, como la de Toledo, inspirando protección y confianza:
“Cristóbal sirvió
primero a un rey, aparente señor de la tierra, a quién vio temblando un día cuando
le mencionaron al demonio, entonces decidió ponerse al servicio del diablo, verdadero
príncipe de este mundo, y buscó a un brujo que se lo presentara. Pero en el
camino el brujo pasó junto a una Cruz, y temblando la evitó. Cristóbal le
preguntó entonces si él le temía a las cruces, contestándole el brujo que no,
que le temía a quién había muerto en la Cruz, Jesucristo. Cristóbal le preguntó
entonces si el demonio temía también a Cristo, y el brujo le contestó que el
diablo tiembla a la sola mención de una Cruz donde murió él tal Jesucristo. ¿Quién
podrá ser ese raro personaje tan poderoso aún después de morir? Se lanza a los
caminos en su busca y termina por apostarse junto al vado de un río por donde
pasan incontables viajeros a los que él lleva hasta la otra orilla a cambio de
unas monedas. Nadie le da razón del hombre muerto en la cruz que aterroriza al
diablo.
Hasta que un día cruza la corriente cargado con un insignificante niño a quien no se molesta en preguntar; ¿qué va a saber aquella frágil criatura? A mitad del río su peso se hace insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla: Cristóbal llevaba a hombros más que el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió. Por fin había encontrado a aquél a quien buscaba.
Hasta que un día cruza la corriente cargado con un insignificante niño a quien no se molesta en preguntar; ¿qué va a saber aquella frágil criatura? A mitad del río su peso se hace insoportable y sólo a costa de enormes esfuerzos consigue llegar a la orilla: Cristóbal llevaba a hombros más que el universo entero, al mismo Dios que lo creó y redimió. Por fin había encontrado a aquél a quien buscaba.
–¿Quién
eres, niño, que me pesas tanto que parecía que transportaba el mundo entero?
–Tienes
razón, le
dijo el Niño. Peso más que el mundo
entero, pues soy el Creador del mundo. Yo soy Cristo. Me buscabas y me has
encontrado. Desde ahora te llamarás Cristóforo, (Cristóbal), el portador de
Cristo. A cualquiera que ayudes a pasar el río, me ayudas a mí.
Cristóbal fue bautizado en Antioquia. Se dirigió sin
demora a predicar a Licia y a Samos. Allí fue encarcelado por el rey Dagón, que
estaba a las órdenes del emperador Decid. Resistió a los halagos de Dagón para
que se retractara. Dagón le envió dos cortesanas, Niceta y Aquilina, para
seducirlo. Pero fueron ganadas por Cristóbal y murieron mártires. Después de
varios intentos de tortura, ordenó degollarlo. Según Gualterio de Espira, la
nación Siria y el mismo Dagón se convirtieron a Cristo.”
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
-http://historiaybiografias.com/san_cristobal/
-http://www.agenciaelvigia.com.ar/sancristobal.htm
-http://www.latidobuenosaires.com/sancristobalbuenosairesbarrioargentinafotos.html
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