La Casa del Teatro
Lágrimas y sonrisas
En la avenida Santa Fe 1243 se encuentra
este agradable ámbito. Su creadora fue la cantante lírica Regina Pacini, esposa
del presidente Marcelo T. de Alvear, quería un lugar que pudiera albergar a los
artistas jubilados que tuvieran necesidades económicas. Encargó la obra al
arquitecto Alejandro Virasolo, que donó los planos correspondientes.
Se inauguró el 4 de enero de 1938, día del 67º
cumpleaños de su fundadora Regina Pacini.
Es un espacio adecuado y bien ubicado,
tiene varios pisos con ventanales a la avenida Santa Fe. Funciona como un hotel
de 45 habitaciones, donde se puede convivir en armonía en un ámbito de
excelencia.
Cada figura que allí se aloja lleva sus
propios objetos y recuerdos de su trayectoria en el arte.
Protagonistas actuales y benefactores se
ocupan y atienden la “Feria de los artistas”, donde venden ropa que fue donada
para recaudar fondos.
"La
Casa del Teatro es la hostería en la que hospedan su vejez y su cansancio los
peregrinos del arte. Y tan generosa es el alma de la dueña, porque sabe que los
soñadores de la armonía solo pueden acumular sonidos. En ella recobran su hogar
aquellos que lo perdieron y lo alcanzan los que nunca lo han tenido. Y así, en
dulce comunión pasa la vida como pasó la fortuna. Por los de ayer trabajamos
los de hoy, por los de hoy los de mañana".
Alberto Vaccarezza (1886-1959)
En la Casa
del Teatro funciona también un museo (con
salas dedicadas a Regina Pacini de Alvear, Iris Marga y Carlos Gardel)
y una biblioteca teatral, además del Teatro
Regina. Allí se
monta “Teatrísimo”, ciclo de obras leídas donde diversos artistas participan
con sus actuaciones; Iris Marga, Lidia Lamaison y China Zorrilla fueron algunas
de las actrices que actuaron en el Regina.
En las paredes laterales del hall del teatro se aprecian dos
murales de Quinquela Martín: Descargando carbón y En
plena actividad.
Los allí alojados son autores, cantantes,
actores y actrices del Cine de Oro argentino, teatro, zarzuela, radio, novelas
y/o televisión.
Actuar es jugar a ser otro; la magia de
recordar “otros tiempos” cuando el aplauso era un valioso estímulo y hoy es una
forma de vivir para ellos.
Reivindicamos a los inolvidables-olvidados
y a los olvidados-inolvidables, que intentaron “pincelar la paleta” con tantos
roles y desde diferentes aristas del arte interpretativo.
Compartiendo en la madurez su lugar.
Tiempo que han logrado ser co-autores de sus trayectorias: conmover, reír,
emocionar, divertir, desde pantallas o escenarios de las “pos-carátulas”.
Natan Blum
No hay comentarios:
Publicar un comentario