sábado, 30 de marzo de 2019

EL TEATRO REGIO


Teatro Regio: un teatro con historia



Casi en el límite con nuestra comuna está el Teatro Regio, alejado de la mayoría de las salas que se encuentran en la zona céntrica de la ciudad. Un imponente edificio. De sus orígenes conserva su particular estilo barroco español y un techo corredizo que es uno de sus sellos distintivos, pensado en aquel entonces para hacer frente al calor intenso en los meses de verano, para que nadie se quedara afuera. Fue inaugurado el 24 de mayo de 1929, por iniciativa de un acaudalado empresario residente en la zona que deseaba enriquecerla culturalmente.
¿Una curiosidad? El nombre Regio fue elegido por los propios vecinos, mediante un concurso abierto para que todos pudieran participar. Y si bien fue cambiando de manos y también su nombre fue modificado, siempre fue conocido como Regio. Hasta que en 1991, cuando pasó a formar parte del Complejo Teatral Enrique Santos Discépolo, su director le devolvió su nombre original. En 1999 la sala fue reformada y desde 2000 este mítico teatro pertenece al Complejo Teatral de Buenos Aires. La metamorfosis a lo largo de los años no pasa inadvertida si se tiene en cuenta que por esta sala emblemática pasó Carlos Gardel, la figura del tango más representativa de la Ciudad de Buenos Aires. También albergó apasionantes encuentros de boxeo. Hoy forma parte de la propuesta teatral porteña con una cartelera que no deja de renovarse. Una opción ideal para conocer un teatro diferente, por fuera del circuito comercial tradicional de las salas más conocidas de la Avenida Corrientes. La colonia artística y las autoridades del gobierno local siguen velando por el cuidado y mantenimiento del edifico que en algún momento fue pensado solamente para los vecinos del lugar y hoy pertenece a todos. En cuanto a lo estético, los cambios se orientaron siempre a optimizar las instalaciones respetando su línea arquitectónica: en 2009 se renovó la imponente cúpula del teatro con un mural que maravilla a todos los espectadores apenas ingresan, y de hecho la obra fue bautizada como La bienvenida. El impresionante trabajo, del artista Ariel Mlynarzewicz, está dividido en 8 paneles con colores y dibujos que suman más atractivo a este paseo. Es una buena opción para ver buenas obras a bajo costo, ya que al ser teatro oficial tiene costos más baratos que el comercial.





“De ilusiones se vive” de Paula Marrón
“Qué es una ilusión, una posible verdad o una utopía. No importa, una ilusión es pensar que algo es posible en cualquier circunstancia de la vida. Quedan las esencias, la voz y en algún lugar las sentimos sonreír”, expresa Paula Marrón. Es su primera obra como dramaturga, pero ha transitado el teatro en múltiples ocasiones y en destacadas asistencias, direcciones, etc. El teatro es su forma de ver la vida. Joven y audaz, se manifiesta por primera vez como dramaturga. Nos pone en una situación compleja desde el comienzo de la obra.
La acción: en una sala de un hospital X, hay una enferma que espera a alguien mirando por la ventana. Siempre será el mismo, un amigo, un compañero de la vida de esos que uno encuentra por casualidad en la no pertenencia de la existencia misma. Cuando uno está sólo de toda soledad, ese será el amigo incondicional al que uno le entrega la llave de su casa y de su vida. Ése que uno sabe que siempre vendrá en cualquier circunstancia, será el que le traiga entre tantas cosas, una carta detonante para que esta historia sin ilusión se convierta en ilusionadora.
El elenco: María De Cousandier es Chela, está internada y no sabemos por qué, sólo es una enferma más mirando por la ventana. Esperando una ilusión que intenta buscar en su colección de libros, un motivo, una distracción sólo espera… Su actuación es sutilmente perfecta. Pasa del despotismo reclamador por la ilusión de volver a bailar tango, recuerda algunos que canta con suave voz, la que le queda, pero también queda el homenaje y necesita un partenaire. Fausto Guerra es su amigo entrañable, un personaje simple, al que se le pide más libros, y más… cada vez algo más. Y él le trae la carta de “9 de Julio”, dónde le brindarán un homenaje a la trayectoria. Chela decide que él debe ser su pareja tanguera. Es entrañable la composición de F. Guerra que pasará del sometimiento a los caprichos de su amiga, a ensayar tango para de alguna manera acompañarla en esta ilusión. Él sabe, pero igual se esmera, triunfante con porte y elegancia al desafío. No importa el final de la historia, lo que importa es la ilusión.
“De Ilusiones se vive” nos deja atrapados en un posible sueño futuro. Excelente debut de Paula Marrón en la dramaturgia, y muy emotiva la obra que despierta sensaciones de vivencias recorridas o por recorrer.
En “El Camarín de las Musas”, Mario Bravo 960, 4862-0655.




“La elegida” de Laura Nevole y Paula Fanelli
“Ser la elegida desde el comienzo de la vida, por linda, por capaz, por ‘iluminada’ representa una bendición o un padecimiento”

La acción: nos muestra un escenario con varios elementos, un aparato para reproducir diapositivas, dos escritorios con objetos varios y un músico en la penumbra. Cuando la protagonista se presenta lo hace desde una nota suave presentando sus fotos de infancia, sus parientes, su foto de comunión, sin entrar en muchos detalles, sólo algunas referencias suspicaces, que no serán más que las que cualquiera de nosotros puede presentar de su propia familia. Da por casualidad que siempre fue “la elegida”, buena alumna, abanderada y en algún momento sólo por linda en una fiesta parroquial las monjas le regalan una bolsa de caramelos únicamente a ella de entre todos los niños. ¿Será también la elegida de Dios? … Dios te regaló el don de la fe y eso hay que cuidarlo mucho… será el mandato del sacerdote de la parroquia.
Su vida se convierte en una maratón: rescatará “chiquitines”, será la guía de la misa de la iglesia, formará grupos preadolescentes para campamentos, catequista, estudiante de teatro. Correrá para adelgazar sólo por un comentario. Correrá permanentemente para cumplir con el mandato de ser siempre “la elegida”. Aunque esta ficción tiene una narrativa autobiográfica, será poner las cosas en cada espacio y lugar. Después de todo los que contamos no somos los mejores para actuarlo. Pero éste no es el caso.
El elenco: Laura Nevole es ella. Nos está contando parte de su vida. A través de las diapositivas nos muestra fotos familiares sencillamente, con ciertos guiños a lo que vendrá, en una foto grupal señalando nos dice: ésta soy yo, la más iluminada… Va encadenando sucesos de su vida con gracia y mucho talento. No es fácil exponerse de esta manera, pero se nota que una de sus condiciones es la sinceridad sin tapujos. Es dulce y encantadora cuando se dispone a salvar a los chiquitines, esos muñecos pequeños que la gente deja olvidados en algún rincón, pasará con asombro y un poco de vergüenza por el suceso de las monjas cuando le dicen: “te damos este regalo porque sos la más linda”, aceptará como condición sine qua non la frase “Dios te regaló el don de la fe y eso hay que cuidarlo”. Algún momento pensará en hacer teatro, mientras corre sin parar porque su padre comentó al pasar que estaba más gordita. Una vez más la elegida. El maestro le dice: “tenés magia y talento para la actuación, un halo de luz que te acompaña hasta cuando te retirás, no sé si sos real o una santa”. Todo esto y mucho más nos cuenta la protagonista. Nos canta la canción favorita de su padre “Yo dueña de la noche”, de muerte y de locura. Un gran trabajo escénico logrado, sincero y no despojado de los padecimientos de las cuestiones impuestas.
La dramaturgia: dos mujeres potentes se encuentran una noche y una le cuenta cosas de su vida a la otra. Laura Nevole y Paula Fanelli, ambas cómplices de este hecho teatral que logra que nuestra atención nunca decaiga. Nos intrigarán los caminos que Laura elige para desprenderse del Dios concebido como Supremo y aquel con quien habla. Sobre el final, envuelta en un frenesí suspendido en la canción favorita de su padre, nos muestra todas sus contradicciones. Si se trata de Dios o de las creencias inculcadas, queda en la mirada de cada espectador.
La dirección: Paula Farinelli hace que la obra, un unipersonal autobiográfico, se convierta en universal. La atención no decaerá y esto es un logro porque si sólo fuera una obra autorefencial, sería sólo eso. Pero la mano de la directora hace que se convierta en un relato atrapante. La inclusión de un músico encantador: Gabriel Ventura Gulé, que participa atento al despliegue de la protagonista, es un valor agregado sin dudas, gentil, amable y el compañero ideal para esta performance.
Imperdible audacia escénica de una obra que podría ser una más, pero es única, porque es “La elegida”. Teatro Espacio Callejón, Humahuaca 3759 - Domingos 18.15 hs.

                       Lilian Kovalenko







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