Breve historia del Teatro Independiente en Buenos Aires
A fines de noviembre de 1930, un grupo de artistas
encabezados por Leónidas Barletta
fundó el Teatro del Pueblo, apenas
dos meses después de que los militares argentinos asaltaran el poder por medio
del Golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930 que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen y Argentina ingresara en
un largo período de inestabilidad institucional denominado “La década infame”.
Origen del teatro
independiente en Argentina
Barletta tomaba al teatro como un instrumento de resistencia
desde el arte al avance del fascismo. El teatro, entendido no sólo como
espectáculo, sino como un reducto de encuentro de actores, escritores, poetas y
pintores.
Barletta proclamaba la actividad de su teatro como un teatro del pueblo y para el pueblo,
aludiendo al modelo de Romain Rolland plasmado en su libro “El teatro del pueblo”.
Rolland había sentado las bases teóricas de un teatro cuyo referente era el
obrero, el hombre del pueblo, que vivía una realidad diversa al burgués y a
quien urgía un teatro que respondiera a las necesidades de un público
estrictamente popular.
Durante la década del '30, ese primer impulso fue seguido
por otros creadores y los teatros de arte se multiplicaron hasta convertirse en
las décadas del '40 y el '50 en un fenómeno cultural, no sólo en Buenos Aires,
sino también en buena parte de la Argentina y de América latina.
El Teatro del Pueblo
forma parte de la historia cultural de los argentinos. Por sus escenarios
desfilaron las figuras más recordadas del movimiento de los teatros
independientes, desde Roberto Arlt y el propio Barletta, hasta Roberto Mariani,
Josefa Goldar y las más importantes figuras de su
etapa fundacional. Roberto Arlt
empezó su vinculación con la compañía del Teatro
del Pueblo con el estreno de su primera obra, Trescientos millones, en 1932.
Luego, estrenó allí mismo Saverio, el
cruel y otras más. Arlt se identificó con el
movimiento vanguardista, convencido de que ningún escritor moderno podía hallar
su expresión en un teatro de modos anticuados, viciados y corrompidos en su
esencia.
LEONIDAS BARLETTA |
El Teatro del Pueblo, creado por Leónidas Barletta en un
subsuelo de Diagonal Norte 943 el 30 de noviembre del año 1930, es sin dudas uno de los reductos más valiosos.
Entre 1924 y 1937, en paralelo con sus actividades literarias y teatrales, fue
despachante de aduana en el puerto. Tras unos años como presidente de la
Sociedad Argentina de Escritores, en 1952 fundó Propósitos, un periódico político-cultural desde el que desarrolló
su máxima lucidez como periodista e intelectual. Desde allí se opuso a los
golpes militares, criticó ácidamente a Juan Perón durante y después de sus dos
primeras presidencias y rescató la figura de Evita, denunció las maniobras para
privatizar la producción y explotación del petróleo y defendió el rol de YPF,
rechazó la requisitoria de EE.UU. para que la Argentina se sumara a la guerra
de Vietnam. Posturas que le significaron persecuciones y clausuras varias. Propósitos, que llegó a tener una tirada
de 100.000 ejemplares, quedó descontinuado en 1975, año del fallecimiento de
Barletta. Sin embargo su dramaturgia y escritos perduraron con los temas más
importantes: la pobreza y las diferencias sociales. Sus personajes son, en general,
hombres y mujeres pobres, y sus circunstancias, sentimientos e historias son
narrados desde una óptica solidaria y comprensiva lucidez como periodista e
intelectual.
EL TEATRO EN CONSTRUCCIÓN |
La continuidad de
este fenómeno cultural que recibió el nombre de Teatro independiente
Teatro de la Campana
En marzo de 1975 falleció Barletta y el Teatro del Pueblo
cerró sus puertas. Su influencia en el medio teatral ya era escasa, debilitado
por una estética que había envejecido. Fue así que en 1987, un grupo de
directores y autores, herederos de Teatro
Abierto, decidió reabrirlo y prolongar de esa manera la vigencia de un
espacio histórico. Los herederos de Barletta se opusieron a ceder el nombre y
la sala pasó a denominarse Teatro de la
Campana, en homenaje a Barletta que en los comienzos de Teatro del Pueblo
solía, a la hora de la función, instalarse en la puerta de sala y agitar una
campana y gritar: “función, función”…
La experiencia del Teatro de la Campana duró hasta 1994 y la
sala volvió a estar inactiva. Fue al año siguiente que el Instituto Movilizador
de Fondos Cooperativos adquirió el solar y puso en manos de la fundación de
dramaturgos Carlos Somigliana (SOMI) la responsabilidad de la programación.
Ambas entidades encararon el reciclaje del edificio, convertido en dos salas de
moderna estructura y equipamiento. Fue reinaugurado el 5 de septiembre de 1996,
esta vez con el nombre recuperado de Teatro del Pueblo. En 2011 fue reconocido
por la Fundación Konex con una Mención Especial por su aporte al teatro
argentino.
Momento histórico del toque de la campana por roberto “Tito” Cossa y roberto Perinelli
Hoy en Almagro/Abasto,
en su nueva y definitiva dirección: Lavalle 3636
Actualmente, desde hace más de dos décadas, el Teatro del
Pueblo es gestionado por la Fundación Carlos Somigliana. El dramaturgo Roberto
Cossa la preside y junto a teatristas como
Roberto Perinelli, Héctor Oliboni, Marta Degracia y Bernardo Carey gestionan la
programación del teatro.
Fueron ellos, ante la pérdida de aquel bello lugar, los que
salieron en busca de otro para que esta historia pueda entrar en una nueva
etapa, que finalmente llegó el viernes 29/11: el
Teatro del Pueblo inauguró su nuevo espacio propio especialmente diseñado para
funcionar como teatro. Contará con dos salas. La principal, llamada Carlos
Somigliana, tendrá una capacidad para 110 espectadores ya prácticamente terminada
y la sala Teatro Abierto, en el primer piso,
tendrá unas 60 butacas, a la cual le faltan detalles. El nuevo espacio está
ubicado en Lavalle 3636, pleno
corazón del Abasto, que desde ya un tiempo, es el barrio en el cual la escena
independiente se expandió por sus cuadras. Si bien hay una cartelera que se va
armando para febrero no la tenemos, porque no fue expuesta en la conferencia de
prensa.
Lilian Kovalenko
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