Hay un dicho heredado de nuestros abuelos y de varias generaciones atrás, que
se fue haciendo carne en nuestra vida cotidiana actual, que aunque se piense más
que primario, conserva vigencia: “éramos pocos y mi abuelita…”.
Hoy nos toca el tema de la epidemia del “Coronavirus”, considerada pandemia
por su extensión, aún no controlada, la falta de una vacuna, y las irresponsabilidades
colectivas de muchos dirigentes del mundo.
Se opina que EEUU. “plantó” el virus
en China, en el marco de la disputa solapada de grandes intereses económicos
mundiales –especialmente entre EEUU (un imperio que se cae) y China (una potencia,
que dentro de sus limitaciones, se expande y apunta a liderar el mundo del
futuro.
En éste ámbito aparece una nueva variante de las tantas “pestes” que debió
soportar el mundo, especialmente en los últimos 200 años: como; el cólera, la fiebre
amarilla, la peste bubónica, etc. etc. y en la historia; “las siete plagas
bíblicas de Egipto” y tantas otras.
En nuestro país, en los últimos años, reaparece el sarampión, continúa el
mal de chagas, la fiebre hemorrágica, el dengue, el zika y la chicungunya, etc.
etc. y como si fuera poco “importamos” el tan peligroso coronavirus.
En momentos en que el mundo, y en especial el país está pasando por una
crisis, producto de una verdadera “herencia recibida” la deuda externa impagable,
la recesión, la carestía incontrolable y ahora éste flagelo, aún en etapa de
crecimiento.
El gobierno, tomó al toro por las cornamentas y aconseja a la población,
sin entrar en pánico, observar diversas medidas de higiene y salubridad.
Argentina
cuenta con la “ventaja” de poder anticiparse al avance
del COVID-19, no obstante,
recomendó reforzar el equipamiento de hospitales para frenar “la enorme
capacidad de expansión” del virus.
“Amplíase la emergencia pública en materia
sanitaria establecida por Ley N° 27.541, en virtud de la Pandemia declarada por
la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS) en relación con el coronavirus
COVID-19, por
el plazo de UN (1) año a partir de la entrada en vigencia del presente decreto,
el que podrá ser prorrogado en caso de persistir la situación epidemiológica”,
sostiene el primer artículo.
El decreto también faculta
al Ministerio de Salud como la autoridad de aplicación y le permite “disponer
las recomendaciones y medidas a adoptar respecto de la situación
epidemiológica, a fin de mitigar el impacto sanitario”; “difundir en medios de
comunicación masiva y a través de los espacios publicitarios gratuitos
asignados a tal fin en los términos del artículo 76 de la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual N° 26.522, las medidas sanitarias que se adopten”;
“realizar campañas educativas y de difusión para brindar información a la
comunidad”; “recomendar restricciones de viajes desde o hacia las zonas
afectadas”, entre otras cosas.
En este marco se deben atacar dos grandes azotes al mismo tiempo: el
económico y la epidemia y ambos son motivo de preocupación, dedicación y deben
ser abordado por todos, como es el control de los precios desbordados, la
especulación, y las avivadas de comerciantes inescrupulosos.
Si fuera necesario habrá que recurrir a medidas más drásticas –aunque duelan.
¡¡¡El futuro del país está en juego y en gran riesgo!!!
“Éramos pocos y mi abuelita…”
Periódico Primera Página
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