domingo, 1 de marzo de 2020

LA RESISTENCIA DE LOS TEATROS INDEPENDIENTES


LA RESISTENCIA DEL TEATRO INDEPENDIENTE
EN UN BARRIO DE TEATROS



                                    TEATRO EL CRISOL

No es la primera vez que hablamos desde Primera Página de esta cuestión. En nuestra Comuna los teatros están muy activos y hay cada vez más salas, como El Crisol, la reinauguración del Teatro del Pueblo, El Callejón, El Camarín de las musas, El Tinglado y muchas más. Una lista que sería muy larga para escribir. Algunas con más butacas, otras con menos, pero los artistas siguen trabajando con esmero y las obras son de primer nivel. Y en cuanto a los precios siempre recomiendo que si les gusta el teatro y es a la gorra, sean generosos con los artistas y que si hay que pagar está Alternativa Teatral, una página por internet que les dará descuentos 2 x 1 o para jubilados o estudiantes. Hay más páginas para comprar entradas que iremos recomendando.


“Un señor alto, rubio, de bigotes”, de Humberto Costantini y dirección de Leonardo Odierna




La dramaturgia: Humberto Costantini me lleva a repensar en esta obra algunas cosas que todos hemos tenido en común, un cambio de profesión, una dictadura cívico-militar, etc. Vamos a la obra que nos ocupa. “Un señor alto…”, aquí Costantini nos habla de una persona X que busca desesperadamente un empleo y lo único que recibe son tarjetas de recomendación. Es un texto reiterativo pero no por eso criticable. Es la reiteración de la tragedia del padeciente Fernando… cansado porque debe deletrear constantemente su apellido que es Sciadys. La búsqueda de un trabajo lo trae casi al mismo sitio. Es un cuento de Costantini pero qué mejor momento que convertirlo en una obra de arte.
El elenco: Pablo Mariuzzi hace un tour de force impecable. Su único elemento es el escenario, una silla de espera y su ropa que reiteradamente va a conservar en el formato recomendado: “la corbata y el nudo derecho… los puños de la camisa en su lugar igual que el cuello…”. La silla es el centro del laberinto y él caminando hacia la búsqueda vuelve al tiempo de la espera a la misma silla. Se sumerge en su carpa del tiempo, esa carpa donde el exterior no lo puede atacar, la gente que lo empuja, los edificios que se le caen encima y el ataque de pánico por no poder encontrar un trabajo. Tic tac de un reloj en un lejano sonido. Tic tac en el tiempo, tic tac en su carpa inventada Fernando dibuja el signo del infinito. Tic tac para esperar a salir a encontrarse con el Sr. Otero quien sería el señor alto, rubio y de bigotes. No sería justo de quien suscribe relatar la obra y su final, pero está tan condicionado a la realidad que lo único que voy a decir que es un trabajo memorable.
La dirección: de Leonardo Odierna es tan impecable que valieron los tiempos de ensayo de relojería y esa manera de elegir el laberinto caminado hacia atrás al mismo sitio. Excelente la elección de la banda sonora que acompaña. Recordemos que Costatini fue un gran admirador del tango. Y estupenda la puesta de luces.
“Costantini, Odierna y Mariuzzi son un trío imbatible, hay que ver esta obra que brilla en el firmamento de los artistas y teatreros que amamos el teatro independiente”.
En: Teatro El Crisol, Malabia 611, domingos 20,30 hs.


“Muchacho de Luna”, sobre textos de García Lorca. Dirección de Oscar Barney Finn y la actuación de Paulo Brunetti y la participación de Dayana Bustamante




Los textos de García Lorca siempre nos sumergen en un mundo profundo de belleza trágica y alegres cantares. Entre sus primeros textos que evocan Fuente Vaqueros, “aquel pueblecito muy callado y oloroso de la Vega de Granada…”. “El pueblo está rodeado de chopos que se ríen, cantan y son palacios de pájaros y de sus sauces y zarzales que en el verano dan frutos dulces y peligrosos de coger…. En verano el olor es de paja que en las noches, con la luna, las estrellas, y los rosales en flor, forma una esencia divina que hace pensar en el espíritu que la formó”. Y su descripción como habitante del mismo: “Mi infancia es aprender letras y música con mi madre, ser un niño rico en el pueblo, un mandón”. De esta manera entramos de la mano de Barney Finn al mundo lorquiano.

La acción: transcurre de manera ideal en un escenario con unas sillas, una mesa y pocos elementos más. Sobre una gran pantalla que ocupa el fondo del espacio escénico se verán proyecciones que nos acompañaran de acuerdo al momento y texto. Una banda sonora exquisita será también un hilo conductor desde “Take this waltz”, una canción del canadiense Leonard Cohen, que escucharemos en un solo de piano, compuesta para el poeta granadino por su estadía en New York.
La dirección: de Oscar Barney Finn. Definitivamente es un espectáculo de su autoría, tal vez en conjunto con el protagonista Paulo Brunetti. Una puesta refinada, elegante y muy propia de artistas que tienen mucho en común. Nos da la sensación de que uno es el espectador que marca un despeño que se reproduce con sensibilidad desde el escenario con una fluidez única. Un tejido de encaje deja al espectador hipnotizado por las imágenes, la voz y el recorrido de poemas que algunos podremos reconocer casi de memoria y fragmentos de sus obras teatrales. Y un intérprete que lleva a Lorca en todas las tesituras, la infancia, la adolescencia, sus colegios y sus amigos Buñuel y Dalí quienes fueron cómplices y críticos de su obra en las tertulias. En aquella bohemia cultural granadina la vida de Federico desde 1920 o 1921 giró alrededor de estos dos focos culturales: Falla y los integrantes de “El Rinconcillo” que intentaban dar nuevo brío a la vida cultural de la ciudad, defendiendo aquella parte del patrimonio artístico como el Cante Jondo y expresiones más profundas de las raíces populares que pudieran orientar a las nuevas generaciones en su rebelión contra el “costumbrismo” y asustando así a la “Beocia burguesa”. Todo esto y mucho más se disfruta en esta obra.
El elenco: Paulo Brunetti es Lorca, ése que se come la vida, la saborea y padece desde todos sus espacios, los artísticos y los personales. El que sueña a la luna, esa luna que aparece siempre como un presagio, una luna de gloria y muerte que interpreta Dayana Bustamante con elegancia etérea, y será el toque perfecto para teñir con su blancura las escenas en las que aparece. Brunetti-Lorca se irá entreverando en sus poemas “Romance de la Luna”, “Muerte de Antoñito El Camborio”, “La cogida y la muerte” desfilaran por los sentidos. Fragmentos de “La Casa de Bernarda Alba”, “Yerma” y “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las Flores” y un recuerdo a los “títeres de cachiporra” y así llegaremos a su desenlace con la muerte que lo persigue y su último monólogo ante el destino ya definido diciendo que dejen la ventana abierta para que todos sepan… así llegamos al final de una conmovedora y sentida obra.
“Muchacho de Luna”, es una bella propuesta para los amantes del buen teatro. Excelente.
En: El portón de Sánchez, Sánchez de Bustamante 1034, tel. 4863-2848, domingos 20.30 hs.

                                                                 Lilian Kovalenko




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