miércoles, 29 de abril de 2020

EL TANGO EN EL ABASTO Y SUS GUAPOS Y CAFISCIOS


El tango y el Abasto: entre guapos, cafishios y jailaifes





El tango es un género musical de naturaleza urbana que permite ser interpretado por una variedad de formas y nociones instrumentales, donde se destaca una coreografía sumamente sensual y compleja, que hace al patrimonio cultural de Argentina y Uruguay. Paradójicamente el término proviene de etnias del Congo, Golfo de Guinea y Sudán, significaba para los esclavos "espacio cerrado" o círculo, y cualquier espacio privado al que para entrar hubiera que pedir permiso, y no siempre fuera admitido. De allí tal vez su complejidad, misticismo y belleza.


                 Eduardo Arolas a los 18 años, en 1910


En esencia el tango es una expresión artística de fusión, de naturaleza netamente urbana y raíz suburbana que responde al proceso histórico concreto del mestizaje, biológico y cultural rioplatense pre-inmigraciones (indígenas, negras, mulatas y criollas) y la inmigración masiva, mayoritariamente europea, que reconstituyó completamente las sociedades rioplatenses a partir de las últimas décadas del siglo XIX. El tango es hijo directo de ese intenso mestizaje.


El tango primitivo - su origen prostibulario

Hacia el año 1875, el tango primitivo con su carácter "orillero" y de clase, se ubica en los extramuros de la ciudad, en los llamados barrios reos, despreciados por una sociedad burguesa, que tras la epidemia de fiebre amarilla se traslada de San Telmo a Recoleta.
El barrio sur comienza a envejecer convirtiéndose en refugio de la creciente inmigración. Alumbra la figura del conventillo, que se extiende por los arrabales hacia La Boca y los Corrales Viejos, por el oeste hacia Miserere y por el norte hacia Palermo y Belgrano.



la vieja Cortada en 1926 (hoy Carlos Gardel) y Anchorena

  Nace así el "quilombo" (africanismo que designó al refugio de los negros, calificados de cimarrones, salvajes) y la prostitución como un nuevo negocio, explotado por los rufianes. El tango animará aquellos tugurios y se convertirá en la música prohibida, bailada entre hombres solos, como diversión contestataria de las clases bajas de las orillas.
Debe tenerse en cuenta que la inmigración de fines del siglo XIX, en su mayoría de sexo masculino, produce un desequilibrio con la consiguiente "escasez" de mujeres, alentando el ambiente prostibulario, el sector de Junín y Lavalle, por ejemplo, era conocido como "El tenebroso Junín".
Así proliferarán las llamadas "Academias", salones generalmente regenteados por mujeres y animados por un tango que vegeta en la oscuridad y el anonimato, como santo y seña de una sociedad secreta de músicos cobijados tras seudónimos y como protección de la otra sociedad, la de las clases altas, que sin embargo también alimenta sus propios prostíbulosclaro está, de cierta categoría en el Barrio Parque (hoy Tribunales).


GARDEL  EN EL PATIO DE SU CASA DE JEAN JAURES

Primeros personajes y temas

El Arrabal, identificado con el "lumpen" por las capas poderosas que detentan el poder, representa para ellas un peligro de enfrentamiento fatal. Este "enemigo" es la clase obrera incipiente que comienza a agruparse en asociaciones, atrapada en el yugo de las fábricas con 14 horas diarias de labor, que se mezcla con los que no tienen ocupación fija y que vive al margen del mundo artificial creado por una oligarquía que empieza a ver en riesgo sus posiciones dominantes.
La aparición del radicalismo, el anarquismo y el socialismo agregará a la compleja situación un condimento adicional, con un estado de agitación y huelgas. Como consecuencia, en 1902 se sanciona la ley 4.144, que permite la deportación de los "elementos peligrosos". El tango adquirirá en sus comienzos un marcado perfil de clase, aun cuando sus letras no lo reflejen.
Con el “quilombo” aparecen nuevos personajes: el rufián (fioca o canfinflero), las pupilas o taqueras (que "taconeaban" la calle), y el compadre, guardaespaldas de los rufianes y caudillos políticos, que tenía una aceitada relación con la policía. Un ejemplo en la ficción es el personaje “Ecuménico”, en la obra de Samuel Eichelbaum Un guapo del 900, llevada al cine por Leopoldo Torre Nilsson, que es un reflejo de la vida de Cielito Traverso, uno de los dueños del café O'Rondeman en el Abasto. El cafishio parece confundirse, en el mundo del tango, con la indumentaria exagerada de Eduardo Arolas.


            El restaurante “Chanta Cuatro” hacia 1980


Las primeras letras de tango

Las primeras letrillas del tango combinaban la picardía con el tema sexual y prostibulario, con títulos metafóricos que encubren ambientes, órganos y actos sexuales en un mundo machista en el que la mujer adquiría solamente la dimensión de "objeto".
Un paseo por aquellos legendarios títulos nos muestra la actitud de la época: Dame la lata (la chapita que recibía la prostituta del cliente por su servicio); El choclo, El serrucho y La budinera (en abierta alusión a órganos corporales); Con qué trompieza que no dentra, Dos veces sin sacarla, Embadurname la persiana, Colgate del aeroplano, Golpiá que te van a abrir, Sacámele el molde y muchísimos otros que encubren figuras netamente pornográficas de aquel submundo. Aún en nuestros días se logra escuchar, como rareza, alguno de aquellos lejanos títulos, que el periodista Ricardo Horvath refleja en su libro “Esos malditos tangos”.
Muchas de aquellas letrillas eran cantadas por la concurrencia en la antesala de los burdeles, lo que configuraba una prohibición tácita de aquella música, vergonzante para la alta sociedad y la llamada "gente decente".


Las antiguas “academias”

En el último cuarto del siglo XIX, en Buenos Aires y en Montevideo, se denominaban "academias" a los salones donde realizaba sus bailes la colectividad negra. En la Boca tomaban aquel nombre ciertos cafés en los que se tocaba tango y los clientes eran "asistidos" por camareras que admitían ser sacadas a bailar.


           EL TANGO BAILADO ENTRE HOMBRES


La "milonguita" del posterior cabaret, y la "copera" de épocas más recientes, heredarían las costumbres de las viejas academias, vale aclarar que aquellas nada tenían que ver con el concepto de las más recientes donde se imparte la enseñanza de la danza, que también proliferan en Buenos Aires y especialmente en el Abasto.
Otra de las figuras prostibularias de épocas idas era la "casa de baile", normalmente regenteada por una mujer (madama), que alquilaba el salón con personal completo: músicos, mozos y mujeres. El locador organizaba la fiesta. Estas casas abundaban en el sector "Once" a lo largo de la calle Jujuy y la avenida Pueyrredón.
Pascual Contursi relata en El motivo las consecuencias futuras de quienes pasaban por aquellos establecimientos:

"Mina que fue en otros tiempos
la más papa milonguera
y en esas noches tangueras
fue la reina del festín.
Ya no tiene pa´ ponerse
ni zapatos ni vestidos;
anda enferma y el amigo
no aporta por el bulín..."

En este ambiente proliferaban los guapos, compadres, que tendrán su “garito” favorito en el Abasto, que también ilustra el tango de Cadícamo, El cantor de Buenos Aires:

 “Dónde estarán los puntos del boliche aquel,
en el que yo cantaba mi primer canción.
Y aquellos patios donde pronto conquisté
aplausos tauras, los primeros que escuché.
Dónde estarán Traverso, el Cordobés y el Noy,
el Pardo Augusto, Flores y el Morocho Aldao.
Así empezó mi vuelo de zorzal...
Los guapos del Abasto
rimaron mi canción.”

 Si bien el tango no nació como himno, pasó a ser sin embargo la música del Río de la Plata, de aquel río “descubierto” por Juan Díaz de Solís en el que dejara su pellejo y donde Pedro de Mendoza sucumbiera en su intento de “colonizarlo” allá por 1536.

 Miguel Eugenio Germino


Fuentes:
 -García Jiménez, El tango historia de medio siglo, Eudeba, 1964.
 -Horvath Ricardo, Esos malditos tangos, Editorial Biblos, Bs. As., 2006.
 -Matamoro Blas, Historia del tango, CEAL, 1971.
 -Periódico Primera Página Nº 115, enero de 2004.
 -Soler Cañas, Las academias porteñas, bailes…, en Todo es Historia nº 1 mayo de 1967.





No hay comentarios:

Publicar un comentario