lunes, 12 de octubre de 2020

VICTOR HEREDIA - “Taki Ongoy”

 

Víctor Heredia: “Los que oprimen a los pueblos originarios hoy son los que explotan nuestras riquezas”




Este pasado domingo 11 de octubre, fecha considerada por los pueblos originarios de América como el “último día de libertad”, Víctor Heredia presentará, con una charla virtual con el público, la proyección del concierto que ofreció en 2006 para celebrar los 20 años de la edición de su disco “Taki Ongoy”, un homenaje a los pueblos originarios que fue censurado por difundir una visión diferente de la historia. “Nos enseñaron que los nativos estaban felices de recibir a los que vinieron a exterminarlos”, dice el cantautor.


Argentina, 1986. La democracia aún trataba de hacer pie en un río revuelto y Víctor Heredia apostaba por una obra conceptual que reivindicaba a los pueblos indígenas de la América morena. La política y la cultura se hacían canción en su disco Taki Ongoy: el movimiento indígena surgido en los andes peruanos durante el siglo XVI para resistir la invasión española

En ese material están mencionados los 56 millones de indígenas masacrados; las atrocidades de Pizarro en el Cuzco en 1531; el descuartizamiento de Atahualpa; la rebelión de Túpac Amaru y el alzamiento diaguita de 1630 reivindicando al héroe Juan Chalimín que dignificó a los millones de muertos en la minas del Potosí.


Para darle forma a tamaña historia Heredia contó con el asesoramiento del arqueólogo, antropólogo y médico argentino Alberto Rex González, uno de los investigadores más destacados en el estudio de las culturas precolombinas que se desarrollaron en Sudamérica. Fueron casi dos años de lecturas y charlas con el investigador.


–Mire doctor, no entiendo por qué tengo que estudiar tanto, le dijo el cantautor a González quien le respondió a secas: “Sencillamente: porque cuando usted plantee esta obra en oposición a la historia oficial le van a caer encima con todo lo que tienen y usted va a tener la obligación de responder con seriedad y con una apoyo científico de todo lo que usted sostiene en la obra”.


El vaticinio de Rex González se cumplió. El obispo de la ciudad bonaerense de Lomas de Zamora, Monseñor Desiderio Collino, pidió la excomunión del autor;​ el embajador español ante Argentina le sugirió al gobierno de Raúl Alfonsín que la prohibiera y periodistas de la prensa hegemónica –los de siempre– contribuían a denostar la obra.


“Faltaban cuatro años para que se cumplieran los 500 años de la llegada de los españoles a estas tierras y se preparaban festejos en todo el continente que se anunciaban como ‘el descubrimiento de América’ y ‘el encuentro de dos culturas’ sin mencionar que había sucedido un genocidio, una masacre”, dice Víctor Heredia a Nuestras Voces, mientras se prepara para presentar, con una charla virtual con el público y la proyección del concierto que ofreció en 2006 para celebrar los 20 años de su edición, su disco “Taki Ongoy”.

–¿Cómo surgió la idea de recordar aquel show que fue tan importante en tu carrera?


–La idea no es otra que la de homenajear a los pueblos originarios en su último día de libertad que es el 11 de octubre. El concierto es muy lindo, las imágenes son muy fuertes, con un sonido espectacular y al final cantan 4 grupos de pueblos originarios: uno en mapudungun, otro en wichí, otro en araucano y otro en aimara. Escuchar a los pueblos originarios en su lengua es algo que a mí, particularmente, me emociona mucho. A la vez voy a hacer una presentación de la obra donde voy a estar explicando su contenido y a lo largo de la obra va a haber distintas paradas para que la gente haga preguntas. Después se me ocurrió que si al final del streaming la gente me quiere pedir alguna canción que no tenga que ver con la obra es muy posible que también la toque.


–¿Qué creés que fue lo más importante que pasó con «Taki Ongoy» desde su aparición?


–Después de aquellos intentos de censura por parte de un sector de la Iglesia y algunos medios que le prohibieron a sus periodistas hacer mención de la obra creo que una de las cosas más importantes es que sea parte de la currícula educativa en los niveles primario, secundario y universitario y mostrarles a los chicos que había otra historia sobre lo que nosotros conocíamos como el 12 de octubre. Nuestra educación eurocéntrica, en Argentina, nos había enseñado otra cosa y parecía que los nativos estaban felices de recibir a quiénes vinieron a exterminarlos y saquearlos.


Cinco siglos igual

En Latinoamérica viven casi 25 millones de indígenas, lo que representa algo más del 6 por ciento de la población total. Bolivia, con un 60 por ciento de demografía tribal, posee la mayor cantidad, seguido por Guatemala con un 41 por ciento y Perú con un 14.


El dato a tener en cuenta es que ninguna de estas poblaciones se encuentra en un estatus apropiado de calidad de vida: las necesidades extremas son un mal generalizado entre ellos, por lo que paradójicamente, al contrario que en los tiempos antiguos donde muchos de estos pueblos fueron diezmados y prácticamente exterminados, la situación ahora se agrava más con el aumento de sus poblaciones en un entorno de pobreza y desplazamiento de las tierras que ocuparon ancestralmente.


–¿Qué ha pasado con los pueblos originarios del continente que, lejos de mejorar, su situación están cada vez peor?


–Lamentablemente siguen exactamente igual que desde que llegaron los españoles. Hoy son los terratenientes que ocuparon sus tierras y las empresas extranjeras que vienen a nuestros países a explotar las riquezas acuíferas, petroleras y minerales los que los oprimen.


En este contexto días atrás comunidades tehuelches elevaron un reclamo ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) solicitando que interceda ante el Museo del Hombre de París para que les restituyan los restos de Liempichún Sakamata, un mapuche tehuelche que fue sustraído en el siglo XIX y aún se encuentra en el inventario de esa entidad.


–El saqueo de restos humanos y piezas arqueológicas es otra deuda con los pueblos originarios ¿no te parece?


–Lo digo concretamente en Taki Ongoy: ni siquiera sus restos fueron respetados. Se apropiaron incluso de cementerios de pueblos originarios y los destruyeron. Por eso pienso que causó tanto escozor esta obra que dio un puntapié inicial de una historia que los argentinos y el continente tenemos que conocer.


Por  | 9 de octubre de 2020 

para  Nuestras Voces




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