domingo, 29 de noviembre de 2020

EL VIEJO HOSPITAL DE CLINICAS

El viejo Hospital de Clínicas

 

                       Frente del viejo Hospital de Clínicas en 1883


Los problemas de la salud en la Ciudad de Buenos Aires se remontan desde su misma conformación, dejando de ser una aldea pueblerina hacia principios del siglo XIX. Con la llegada a estas playas de la Revolución Industrial (un siglo después que Europa), hacia fines del de aquel siglo.

Están vinculados estrechamente a las condiciones de trabajo y vivienda de sus habitantes, especialmente soportados por los sectores de menores recursos, en aquel entonces el insipiente proletariado con jornadas de hasta 16 horas diarias y en condiciones de escasa salubridad.

A ello se agregó el aluvión migratorio y el rápido crecimiento urbano en la zona que hizo colapsar la provisión de agua potable, quedando al descubierto el escaso equipamiento sanitario, cloacal y el deficiente sistema hospitalario, justamente que dificultó el control de las enfermedades infecto-contagiosas como la tuberculosis, la fiebre amarilla de 1858 y 1871, y las de cólera de 1867, 1868 y 1895.

Los conventillos con sus escasas letrinas, el Maldonado a cielo abierto, la escasa y mala alimentación, contribuyeron en agrandar el problema de salubridad.

En octubre de 1852 se elevó la Escuela de Medicina a la jerarquía de facultad, que realizaba sus prácticas en el antiguo Hospital General de Hombres, de San Telmo, aquel edifico se había ganado una lúgubre fama por la precariedad y la falta de asepsia, que tornaban riesgosas las operaciones más insignificantes.


                 FOTO DEL COMPLEJO HOSPITALARIO EN 1870

Muchos médicos, para evitar la llamada podredumbre hospitalaria, optaban por alquilar habitaciones en el barrio para utilizarlas como quirófanos.

El gobierno de la provincia de Buenos Aires (del que dependía entonces la ciudad), dispuso en 1870 la necesidad de la edificación de un nuevo Hospital Escuela, con modernas instalaciones, airadas y delimitadas en pabellones rodeados de jardines, todo un cambio cualitativo de encarar la medicina nacional.

Situado en los límites de Balvanera, entre las calles Córdoba, Paraguay, Junín y Andes (hoy Uriburu), el nuevo complejo edilicio fue conocido también como Hospital Buenos Aires u Hospital Nuevo y fue considerado entonces como un modelo de comodidad, con salones amplios, dignos, modelo de su época, tanto en la distribución de sus dependencias, como también su construcción, que estaba inspirada en el hospital Friedrichsheim de Berlín y en el lazareto de Carlsruhe. Es así que no difería mucho de los hospitales europeos y, sobre todo, de los de París, marcando rumbos en la Medicina argentina.


                                                UNA DE LAS SALAS EN 1890


 Componían el complejo inicial cuatro pabellones con techos de pizarra y paredes exteriores de tono amarillo, dispuestos en un jardín de numerosas flores y vistosas especies. Contaba con dos salas de cirugía con sus correspondientes quirófanos, en una galería con aberturas para ventilación, ya que por entonces se creía que la presencia de miasmas o emanaciones podrían afectar el lugar.

La inauguración se realiza en forma forzada, al estallar entre el 18 y 20 de junio de 1880 el conflicto por la federalización de Buenos Aires, convirtiéndose en el cuartel general, hospital de sangre y lugar de concentración de heridos en los combates de Puente Alsina, Corrales y Barracas, contribuyendo así a reducir el número de víctimas fatales de aquellas tristes batallas.

El 21 de agosto de 1883, el profesor de Medicina y ministro de Instrucción Pública del gobierno de Roca, Eduardo Wilde, entrega oficialmente el flamante hospital a la Facultad de Medicina, tras la derrota de la provincia de Buenos Aires, vencida por las tropas de la Nación.

 Grandes figuras médicas pasaron por el mismo, entre muchas otras: Pirovano, Posadas, Ayerza, Arce, Houssay, Castex, Justo, Aráoz Alfaro, Ingenieros, E. Finochietto, Lanari, Cantón, Roffo, Garrahan, Loudet, Chutro, Balado, Agote, Rojas, Pardo, M. Herrera Vegas, Padilla, Brea, Santas, Fustinoni, de Robertis, Dassen, Cossio, Mazza, Escudero Ahumada, Carrillo, R. Wernicke, Aguirre, Burucúa, Stoppani, y Cordero Aráuz, entre muchos otros médicos afamados.


                           OTRA VISTA FRONTAL DEL COMPLEJO HOSPITALARIO


 El hospital contará inicialmente con 250 camas, y en 1910 pasa a 363 camas y el servicio de Cirugía General permitía alojar 185 pacientes de ambos sexos repartidos en tres salas; pero todo esto se consideraba que era insuficiente para atender la creciente demanda del país, y de los extranjeros que llegaban atraídos por el prestigio del Hospital.

 Sin embargo, los problemas presupuestarios crónicos del Hospital de Clínicas acompañaron desde siempre al desarrollo profesional de sus integrantes. Muchas veces, profesores prestigiosos a cargo de una sala apuntalaban con su representatividad y su propio patrimonio el exiguo presupuesto.

 La Facultad de Medicina, que carecía muchas veces de lugares adecuados para los cursos clínicos y quirúrgicos de sus alumnos, establecía relaciones con los profesores exitosos para fortalecer la formación de los discípulos en otros ámbitos.

El Hospital que en 1922 alcanzó las 500 camas y 656 en 1929, atendía cada vez más pacientes. De los 149.406 recibidos en 1922, se había pasado en 1929 a 190.332. Y no había un presupuesto acorde que acompañara este incremento. La falta de medios fue constante en el hospital, a pesar del arancel que pagaban los pacientes, eliminado en 1948 y reimplantado nuevamente.

 Desde comienzo del siglo XX, hubo propuestas para construir un nuevo Hospital. En 1905 el arquitecto Gino Aloisi presentó un proyecto. Desde entonces hubo numerosas iniciativas y propuestas de cambio de localización. Hasta que en 1927 fue colocada la piedra fundamental del Policlínico General José de San Martín (nombre alternativo para el Clínicas) para construirlo en la manzana contigua de Av. Córdoba, Andes (actual Uriburu), Paraguay y Azcuénaga. El monumental Hospital fue terminado cuatro décadas después. En 1975 se comenzó la demolición del viejo Hospital de Clínicas. Y en 1980 se inauguró en el lugar la Plaza Bernardo Houssay, con estacionamiento subterráneo para 1.000 vehículos. Una más de las aberraciones urbanas que dejó la Dictadura Militar, eliminando la absorción de los terrenos parquizados, acentuando las inundaciones y convirtiendo las plazas en simples maceteros.

 En su centro se encuentra la Capilla de San Lucas, único edificio que se salvó de la demolición, convertido luego en parroquia universitaria.

 A modo de anécdota final sobre el viejo Hospital de Clínicas vale recordar aquel triste día de 1937, cuando el escritor Horacio Quiroga, internado en el lugar, al enterarse de su diagnóstico salió a la calle en aquel momento era permitido la salida de los internados–, fue a la farmacia, compró cianuro y puso fin a su vida.

 

Miguel Eugenio Germino

 

 

Fuentes:

-Lafuente Machain, Ricardo, El barrio de Recoleta, Cuadernos Bs. As., 1960.

-Peña José y Madero Horacio, La administración sanitaria y la asistencia pública de Buenos Aires, Tomo II, Kraft, 1910.

-Recalde Héctor, La vivienda popular en Bs. As., en Todo es Historia nº 320 de marzo de 1994.

-http://editorialalfredobuzzi.com/producto/historia-del-antiguo-hospital-de-clinicas-a-traves-de-sus-catedras-1881-1971/

-http://repositoriouba.sisbi.uba.ar/gsdl/collect/encruci/index/assoc/HWA_582.dir/582.PDF

  


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