domingo, 29 de noviembre de 2020

PRIMERA PÁGINA- EDITORIAL AL Nº 306 - DICIEMBRE 2020

EDITORIAL DICIEMBRE 2020 AL Nº 306

 


En los números de octubre y noviembre pasado abordamos dos temas desestabilizadores, instalados por la oposición y potenciados por los medios hegemónicos; la mentira y el miedo, en este editorial abordaremos otro, promovido en los últimos meses: el odio.

La mentira y el miedo pueden considerarse, aún dentro de su carácter pernicioso, concepciones racionales, pensadas; en cambio el odio presenta únicamente un perfil irracional.

Incentivado por periodistas tristemente célebres, de ciertos canales de la TV (los más vistos), así como de los editoriales de los diarios Clarín y La Nación que “manejan” la opinión pública, a su antojo, buscan instalar, si se cae en su prédica, puerilmente estudiada, un verdadero canto de sirenas pregonado por todos al unísono, a fin de inducir a los buques en alta mar hacia los escarpados acantilados a estrellarse ineludiblemente.

El odio, acompañado por otras connotaciones, como la rabia, la ira, la agresividad, el racismo y la xenofobia, lleva indefectiblemente a enfrentamientos de consecuencias impredecibles. El éxito del odiador es lograr que la víctima también odie y lo dificultoso es lograr el efecto inverso.

Si bien estas manifestaciones son muy sectoriales y marginales, pueden llegar a potenciarse incentivadas por ciertos dirigentes opositores hoy desplazadospero que intentan recomponerse para asumir el protagonismo perdido.

 Además, de mantenerse éste en el tiempo, provoca la aparición de complicaciones psicológicas e incluso físicas crónicas, tales como estrés, ansiedad, pensamientos obsesivos, agresividad, debilitación del sistema inmunitario, etc., aquellas personas que viven bajo el odio y el rencor, son incapaces de sentir paz y tranquilidad. En ocasiones, consideran que las consecuencias producidas en el ser odiado generan justicia, aunque el mayor daño se genera sobre sí mismo cuando experimenta este sentimiento.

 Sin dudas, un gran fomentador del odio es Jaime Durán Barba, durante muchos años personero a sueldo del Pro otro gran talentoso en su profesión, que se manifiesta un confeso admirador de Goebbels, cuando afirma en su libro “El arte de ganar” que: “el electorado está compuesto por simios con sueños racionales que se movilizan emocionalmente. Las elecciones se ganan polarizando al electorado, sembrando el odio hacia el candidato ajeno…”.

 Sobre el mismo tema, Tennessee William manifestaba: “Creo que el odio es un sentimiento que sólo puede existir en ausencia de toda inteligencia”, y Bertrand Russell aseveraba: “Pocas personas consiguen ser felices sin odiar a otra persona, nación o credo”.

El odio conduce al miedo, estos tres elementos: mentira, miedo y odio, combinados, conforman un cóctel explosivo de efectos nocivos y perniciosos para la llamada “democracia” que ellos preconizan, es un virus tan o más nocivo que el propio Covid-19, al que muchos niegan y subestiman su existencia, incitando a manifestaciones, sin guardar el distanciamiento y utilizando mal el barbijo, lo que pone en serio riesgo al resto de la población.

Afortunadamente en el horizonte aparece en el corto plazo la vacuna, varias vacunas, una tabla salvadora en el océano. ¡A no desaprovecharla!

Aunque afloren en nuestro país, el mundo está cargado de posiciones de extrema derecha que fueron reemplazando las opciones más moderadas, como por ejemplo en España, que desapareció del espectro político el partido “Ciudadanos” y fue ocupado por el extremista Vox, así como en Francia, Alemania y otros países europeos.

 Hoy el gobierno parece recuperar la iniciativa con la refinanciación de la deuda, las negociaciones con FMI, el freno al dólar, el impuesto a las grandes fortunas, y comienzan a vislumbrarse algunos signos de reactivación económica. Pero ¡ojo! que el Fondo siempre exige algo a cambio “nunca olvida el ajuste”, directo o indirecto, y todo ajuste pega de lleno en los sectores más postergados, básicamente los jubilados que desde siempre fueron la variable de ajuste, dado que el sistema previsional es largamente deficitario, no de ahora sino desde hace ya muchos años. Un tema de difícil solución, siendo sus causas principales: el trabajo informal, “en negro”, la evasión impositiva, el monotributarismo, y la mayor expectativa de vida de la población.

Y en ese sentido se vislumbra el proyecto que el gobierno enviaría al Congreso para tratar en extraordinarias, todo régimen de actualizaciones que excluya el tema inflación, conduce de por sí un peligroso “ajuste encubierto”

Los precios están descontrolados y se vislumbra un inminente ajuste de tarifas, las que aumentaron en la era de Macri en más del 3.000%. Se haría necesario estatizar nuevamente al menos el servicio eléctrico.

La situación del país es compleja y crítica, pero es únicamente “el Estado” el llamado a ordenar los melones dentro del carro, para marchar por el camino adecuado sin perjudicar a los sectores más postergados, ¡¡¡otro camino resulta peligroso!!!

 

Hasta la próxima

  


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