Fabulosos juglares de nuestro tiempo
“¡Somos la paria
empatía de la noche y las esquinas!”, vociferan desde su Instagram. Nunca una
mejor definición para el Sindicato de
Borrachos del Abasto, banda de tango y otros géneros, que remite a lo
popular, lo comunitario, lo festivo. Al principio, en 2016, era un grupo
informal que llevaba su música, muy ocasionalmente, por las calles, los bares y
las peñas del Abasto y de Almagro. Después de grabar algunas canciones, la
banda quedó constituida como tal y comenzó a tocar en lugares como El Boliche
de Roberto, Cusca Risun y La Catedral del Tango. Con el transcurso del tiempo,
el proyecto creció enormemente: el grupo expandió sus shows a otros barrios y
participó de importantes eventos como el Festival de Tango de Boedo, el
Festival de Tango Punk y el Festival de Tango de la República de La Boca.
El alma máter
del Sindicato son Joaquín Marucco
(voz y guitarra) –dueño de un gran carisma y expresividad–
y Luli Christe (violín), ambos compositores
de los temas. Están acompañados por Guillermo Butler (guitarra y flauta
traversa) y Juan Cinza (guitarra). Esta es la base de la banda a la cual
en algunas oportunidades se suman otros músicos amigos como Gino Arazi, Gastón
Ruiz, Leandro Duende y Rodrigo Mercado. Como una apuesta a lo colectivo, el
grupo siempre está abierto a que participen nuevos músicos.
El Sindicato de borrachos en pleno show
¿Quién eligió el nombre
tan peculiar de la banda? Fue un poeta porteño amigo del Sindicato. “El
nombre nos pareció una genialidad, al toque nos gustó. Nos hicimos cargo y
hasta el día de hoy nos hacemos cargo. ¿Por qué ‘borrachos’? Porque nos
conocimos en un ambiente festivo, de diversión, de bohemia. Es como una
humorada: hacer un sindicato que represente a todos los borrachines, los
artistas, la gente de la noche, esa gente que disfruta la música, que sale a
bailar”, explica Marucco.
En cuanto al género que
despliega el grupo, se prioriza el tango, un tango transgresor que podría
denominarse tango punk pero ello no quiere decir que se excluya a otros
géneros. “Mezclamos mucho, buscamos algo que nos represente sin quedar atados a
un género en especial. No estamos pendientes de si se respeta un género u otro”,
señala Christe. “Nuestras ganas se orientan a componer música contemporánea. Partimos de
la base de la música popular y dentro de eso entra el bolero, la chacarera, el
vals, el swing, el tango, la milonga. Lógicamente nos hacemos cargo del tango y
del punk porque nos criamos en esta ciudad. Podemos ser tango pero también
podemos tocar otras cosas. No nos encasillamos. Lo vivimos con mucha libertad y
por sobre todo nos gusta la música”, amplía el cantante.
Después de un primer
trabajo, a modo de presentación, que constaba de tres temas, subido a Internet
en enero de 2017, en octubre de 2020 llegó el gran paso: la salida del primer
disco, Fiesta Sindical. Se empezó a
grabar a fines de 2019 –con el músico Julio Sleiman–
y se terminó de hacerlo prácticamente de casa en casa a raíz de la cuarentena.
El álbum –que contiene nueve temas–
es variopinto: hay una amplia gama de ritmos y temáticas. Se habla del poliamor
en la canción del mismo nombre, del trajín frenético de la vida de hoy (El Manija); hay una chacarera mordaz y
ocurrente (Psicofármacos) que dice
“los psicofármacos me están pegando mal”. No falta el lamento amargo contra la
modernidad (Farolito de led): “El
barrio ya no es lo que era/ Se vende la ilusión en la vidriera”. Las penas y
los fracasos amorosos están presentes en La
Peluchera, Mala mía y el
valsecito Amor con amor se paga.
Merece destacarse Como a una dama, un
contundente alegato a favor de la diversidad de género; la historia de una
chica trans que busca que respeten su elección sexual y que no la maltraten o
denigren por su condición. “No soy puta, no soy gato, ni tu chiste para hacer /
Me gusta salir pintada, con la ropa de mamá / Y que me traten como se trata a
una dama”, clama con todas sus fuerzas.
OTRO ASPECTO DEL SHOW
“La idea era hacer un disco que reflejara lo
que pasa cuando tocamos en vivo, en las milongas, en la calle. Por eso se llama
Fiesta Sindical. La grabación del disco fue un proceso muy lindo porque lo
hicimos todo muy casero, con nuestros recursos. Fueron muchas horas de trabajo.
Son canciones que veníamos cantando desde hace varios años, entonces tenían una
carga emotiva importante para nosotros. Todas las historias tienen algo muy
personal, son canciones que las curtimos, las sentimos, las vivimos. Son
historias de verdad. No hacemos canciones forzadas, todas las canciones
salieron muy naturales y las hicimos porque las necesitábamos hacer”,
asegura Marucco.
El último tema que
lanzó la banda –con videoclip incluido–
es 20.000 manzanas,
emitido en la Televisión Pública. Fue en abril, a propósito de la pandemia.
Esas imágenes de una ciudad lúgubre y vacía, sumadas a una letra profunda y
oscura, intentan retratar la incertidumbre, la angustia y el miedo que todos
sentíamos en ese momento. Según cuenta Marucco, la canción salió como una
catarsis, la compusieron en un par de horas.
Uno de los sellos
distintivos del Sindicato es salir a tocar a la calle, irrumpir en cualquier
esquina brindando un espectáculo a la gorra. Se trata de llevar el arte de una
manera itinerante, comunitaria, libre, inconsciente. “Tocar en la calle es muy
especial, es mágico. La gente nos recibe muy bien, se sorprende con la letra,
se siente identificada. Canta con nosotros, nos agradece, termina siendo una
pequeña fiesta: hay jolgorio, aplausos, risas”, expresa Christe.
Los próximos pasos de
la banda son difundir un poco más las canciones del disco a través de videoclips,
ensayar, seguir tocando al aire libre, en bares y milongas así como componer
temas nuevos con vistas a armar un futuro disco.
Laura
Brosio
Excelente nota!!!
ResponderEliminar