jueves, 1 de julio de 2021

EL ABASTO Y SU ENTORNO


EL ABASTO:

SU ENTORNO, SUS CALLES, SU GENTE…

 

    Jesús y Laudino en la puerta del Café Roma (Anchorena806)      tras 70 años de atenderlo


                El Abasto, no fue solo un mercado mayorista, minorista, el Abasto fue y es en la actualidad un pequeño-gran barrio dentro de otros dos barrios, que lo contienen; Balvanera y Almagro.

               Sus calles transparentan años de historia y anécdotas numerosas que no pueden ni deben dejarse de lado y olvidar. Es el espacio en el que vivieron famosos como: Gardel, Pichuco,  Luca Prodan, Roberto Rufino, (el pibe del abasto), y tantos otros…fue el territorio preferencial de  guapos de antaño, como; Juan El Cartero, El Pardo Langanay, Traverso, el Cordobés, el Maceta…el Zurdo Porta, Maceta, El Noy, y tantos más. Samuel Eichelbaum (1894-1967), inspirará en ellos su obra Un Guapo del 900, llevada al cine por Leopoldo Torre Nilsson (1924-1978).


                                       Primer edificio del Mercado circa año 1890

             De  boliches desaparecidos que dejaron huellas imborrables, de personajes que trabajaron en el mercado, puesteros, changarines, y hasta protagonistas marginales que se cobijaron al calor del mercado, como el ciruja Felipe, por muchos años inquilino de sus veredas, y cuantos más?...

           En el Abasto nació una especie de jerga lunfa, mezcla de idiomas y dialectos: italiano, idish, acentos y giros criollos, del que no faltó el griego, mechado con expresiones marginales traídas por el entonces desconocido joven Aristóteles Onassis, entonces un humilde dependiente de un bar céntrico, que vivía en los altos de la afamada Farmacia de Santiago Canale (esquina SO de Anchorena y Corrientes).

           No podía faltar el peregrinaje por la zona del escritor Jorge Luis Borges, de la mano del ya nombrado y mítico guapo, Noy,  de quien seguramente tomó como fuente de inspiración de su lucida poesía, que plasmará en el recuerdo en su clásico:

 

Me acuerdo fue en Balvanera

En una noche lejana

Que alguien dejó caer el nombre

De un tal Jacinto Chiclana.

Algo se dijo también

De una esquina y un cuchillo.

Los años no dejan ver

El entrevero y el brillo.

 

                               Gardel y Le Pera foto coloreada
         

           Todo comienza con el desalojo del Mercado Modelo, demolido totalmente en 1894, para dar paso a la Av. de Mayo,  ubicado en la entonces manzana de Rivadavia, Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), San José y Sáenz Peña, que fue, en parte, el predecesor del Mercado de Abasto.

          Los locatarios del Mercado Modelo comienzan a trasladarse en el año 1888 −junto a algunos negocios adyacentes−, a la amplia zona que perteneciera a La Quinta de Nogueras, hasta entonces un despoblado campero, y cuyo epicentro fuera el Hueco de Devoto. El mismo estaba delimitado por las calles Corrientes, Lavalle, Laprida (hoy Agüero) y Anchorena, donde existía desde 1886 una cancha de “pallone” (juego típico italiano).

 

                                             LUCA PRODAN

La elección de la zona no era casual, primaba la proximidad de la estación Once de Septiembre del Ferrocarril Oeste, que acercaba diariamente productos agrícolas y frutícolas de las quintas cercanas. Aquellos feriantes pioneros, formarían en 1889 la Sociedad Anónima Mercado de Abasto Proveedor, que comprará el terreno de uno de ellos, Emilio Devoto.

 

El lugar comienza entonces a adquirir fisonomía propia, convirtiendo las amplias casonas rodeadas de jardines, con tapias, verjas de hierro y plantaciones de frutas y verduras, sobre agrestes calles de tierra, en un conglomerado comercial, constituido primero hacia 1889 por el Mercado Devoto. Este era un pequeño aglutinado de puestos al aire libre, antecesor del Mercado de Abasto. Las mismas carretas y carros fueron el marco inicial de las primeras transacciones frutihortícolas del lugar.

 

Por aquel entonces las propiedades de la zona pertenecían, según el plano topográfico de 1867, a las familias Igartúa, Huergo, Iturriaga, Vidal, Magnanini y Cascallares.

 

Entre 1890 y 1900 transcurrió la década de su transformación propiamente dicha, cuando se fue equipando con la infraestructura para albergar al gigante primer edificio del Mercado, que se construiría a partir de 1889 y quedaría inaugurado el 1º de abril de 1893.

 

Se poblará así  de corralones, amplios tinglados para el depósito de carros, bueyes y caballos. También de frigoríficos y fábricas de hielo, depósitos de envases, maduraderos de bananas. Se abrirían fondas y cafetines, almacenes, hoteles, conventillos, herrerías, y todo tipo de negocios afines al mercado, que le darían singular pintoresquismo al lugar.

 

Junto con gran parte del ex Mercado Modelo se traslada también a la zona la fonda de Luis Sanguinetti, que será instalada en la esquina SE de Anchorena y Guardia Vieja (hoy peatonal Carlos Gardel), bajo el nombre de Chanta Cuatro. La fonda pasará más tarde a manos de José “Pepe” Bonello, boliche conocido entonces por la mejor sopa de cebolla de la ciudad, hoy reciclado como un coqueto y costoso  restaurante para el turismo extranjero.   

 

Junto a ésta florecerán otras fondas y cantinas como O’Rondemann, de la esquina SO de Humahuaca y Agüero, de la familia Traverso, a la que Gardel era asiduo concurrente, y de donde emergió su fama de cantor. También El Internacional, de Costa Hnos., en el 3177 de Lavalle; el Café La Cueva de Carlos Martigoni, en Anchorena 531; el Café El Universal de César Menotti, en el 535 de la misma Anchorena, con su plato preferido: riñoncitos de cordero a la plancha. El café Cervantes, de Eduardo Rodríguez López, se ubicaba en Agüero 512, y Los diez billares, se levantaba en Corrientes 3126, lindante con el Cine-Teatro Excelsior de Andrés Cánepa, adonde los puesteros del Abasto concurrían en pijama, contrariando los empeños de Cánepa por jerarquizar su teatro. El Café Los Pajaritos, de Podestá, de la esquina SO de Anchorena y Lavalle, fue demolido cuando se construyó el primer mercado.

 

Los hermanos Landoni tenían su Café El Torino en Anchorena 541, y el Café El Chacarero, de Buzetta y Cía. se encontraba en Agüero 540, a pocos metros del Bar Los 7 Hermanos, que quedaba al 520 de la misma calle. Por otra parte el Café Nipones, propiedad de Kodama, se levantaba en Corrientes 3156, lindero al Cine-Teatro Soleil de Méndez Hnos., en el que se lucieron grandes actores de la colectividad judía y donde Gardel cantó el 14 de junio de 1933, festejando el cumpleaños de su madre.

 

Tampoco faltaban fruterías, chancherías, panaderías, vinerías, carnicerías, almacenes, garitos y prostíbulos, en un entorno que teñía toda la zona. Por las noches concurrían payadores como D’Amato, Espíndola, Gabino Ezeiza, y bailarines de la talla de Benito Bianquet, “El Cachafaz”, que tenía su academia de baile en el Teatro Olimpo de la Avenida Pueyrredón. El truco, la taba, la riña de gallos, eran los clásicos entretenimientos que se mezclaban con el canto, el baile y hasta los retos varoniles, que algunas veces terminaban en muertes.

 

Al alumbrar el siglo XX surgió en el Abasto “la quiniela”, en la cigarrería de José Betronila, de Corrientes y Anchorena, quien debió agrandar el negocio y hasta instalar una sucursal en el vecino Café Universal; tanto fue el éxito obtenido. También florecieron los comités de los caudillos conservadores del Partido Autonomista, como el de Benito Villanueva y Pedro Cernadas, de Anchorena 666 y Corrientes 3181, en ese orden.

 

En Agüero 566 se ubicó el casi olvidado Club El Porvenir del Plata, en el que Gardel jugó al fútbol allá por 1912, y El Abasto Boxing Club, donde Luis Ángel Firpo protagonizó sus primeras contiendas.

 

Al Abasto llegaban baqueanos de los alrededores de la ciudad, arreando sus ovejas, borregos y hasta pavos, en una venta que no podía ser más directa. Llegaban a carnear el animal en el fondo o en el segundo patio de algún inquilinato. Arribaban a su vez chacareros con productos frescos de su propia elaboración como manteca grumosa, manufacturada con leche batida que vendían en panes, envueltos con lienzos blancos.

 

La película Mercado de Abasto, de Lucas Demare, con Tita Merello y Pepe Arias, muestra en la ficción una pintura de la época del segundo edificio del Mercado, inaugurado en 1934, al que llegaban tanto el ferrocarril como el sute B, en su primer y segundo subsuelo respectivamente.

 

          Éste  febril dinamismo del mercado, en el que florecieron infinitas actividades, fue caja de resonancia y polo de atracción comercial que perduró hasta su cierre en 1984, después el final conocido; el paso a “la modernidad” vestida con traje de Shopping.

 

 

                                                Miguel Eugenio Germino

 

 

FUENTES

 

-Berjman, Sonia y Fiszlew José, El Abasto, un barrio y un mercado, Corregidor, 1984.

-Llanes, Ricardo M., El barrio de Almagro”, Cuadernos de Buenos Aires, 1968.

-Taullard, Alfredo,- Los planos más antiguos de Buenos Aires, Peuser, 1921.

-Zatti, Rodolfo Omar, Gardel en el Abasto, Corregidor, 2005.

- http://es.wikipedia.org/wiki/Mercado_de_Abasto_de_Buenos_Aires

- Blog del periódico Primera Página




No hay comentarios:

Publicar un comentario