EL ABASTO:
SU ENTORNO, SUS CALLES, SU GENTE…
El Abasto, no fue solo un
mercado mayorista, minorista, el Abasto fue y es en la actualidad un
pequeño-gran barrio dentro de otros dos barrios, que lo contienen; Balvanera y
Almagro.
Sus calles transparentan años de
historia y anécdotas numerosas que no pueden ni deben dejarse de lado y olvidar.
Es el espacio en el que vivieron famosos como: Gardel, Pichuco, Luca Prodan, Roberto
Rufino, (el pibe del abasto), y tantos otros…fue el territorio preferencial
de guapos de antaño, como; Juan El
Cartero, El Pardo Langanay, Traverso, el Cordobés, el Maceta…el Zurdo Porta,
Maceta, El Noy, y tantos más. Samuel Eichelbaum (1894-1967), inspirará en ellos
su obra Un Guapo del 900, llevada al cine por Leopoldo Torre Nilsson
(1924-1978).
De boliches desaparecidos que dejaron huellas
imborrables, de personajes que trabajaron en el mercado, puesteros,
changarines, y hasta protagonistas marginales que se cobijaron al calor del
mercado, como el ciruja Felipe, por muchos años inquilino de sus veredas, y cuantos
más?...
En el Abasto nació una especie de
jerga lunfa, mezcla de idiomas y dialectos: italiano, idish, acentos y giros
criollos, del que no faltó el griego, mechado con expresiones marginales
traídas por el entonces desconocido joven Aristóteles Onassis, entonces un humilde
dependiente de un bar céntrico, que vivía en los altos de la afamada Farmacia
de Santiago Canale (esquina SO de Anchorena y Corrientes).
No podía faltar el peregrinaje por
la zona del escritor Jorge Luis Borges, de la mano del ya nombrado y mítico
guapo, Noy, de quien seguramente tomó
como fuente de inspiración de su lucida poesía, que plasmará en el recuerdo en
su clásico:
Me
acuerdo fue en Balvanera
En una
noche lejana
Que
alguien dejó caer el nombre
De un
tal Jacinto Chiclana.
Algo se
dijo también
De una
esquina y un cuchillo.
Los años
no dejan ver
El
entrevero y el brillo.
Gardel y Le Pera foto coloreada
Todo comienza con el desalojo del
Mercado Modelo, demolido totalmente en 1894, para dar paso a la Av. de Mayo, ubicado en la entonces manzana de Rivadavia,
Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen), San José y Sáenz Peña, que fue, en parte, el
predecesor del Mercado de Abasto.
Los locatarios del Mercado Modelo
comienzan a trasladarse en el año 1888 −junto a algunos negocios adyacentes−, a
la amplia zona que perteneciera a La Quinta de Nogueras, hasta entonces un
despoblado campero, y cuyo epicentro fuera el Hueco de Devoto. El mismo estaba
delimitado por las calles Corrientes, Lavalle, Laprida (hoy Agüero) y
Anchorena, donde existía desde 1886 una cancha de “pallone” (juego típico
italiano).
La
elección de la zona no era casual, primaba la proximidad de la estación Once de
Septiembre del Ferrocarril Oeste, que acercaba diariamente productos agrícolas
y frutícolas de las quintas cercanas. Aquellos feriantes pioneros, formarían en
1889 la Sociedad Anónima Mercado de Abasto Proveedor, que comprará el terreno
de uno de ellos, Emilio Devoto.
El lugar
comienza entonces a adquirir fisonomía propia, convirtiendo las amplias casonas
rodeadas de jardines, con tapias, verjas de hierro y plantaciones de frutas y
verduras, sobre agrestes calles de tierra, en un conglomerado comercial,
constituido primero hacia 1889 por el Mercado Devoto. Este era un pequeño
aglutinado de puestos al aire libre, antecesor del Mercado de Abasto. Las
mismas carretas y carros fueron el marco inicial de las primeras transacciones
frutihortícolas del lugar.
Por
aquel entonces las propiedades de la zona pertenecían, según el plano
topográfico de 1867, a las familias Igartúa, Huergo, Iturriaga, Vidal,
Magnanini y Cascallares.
Entre
1890 y 1900 transcurrió la década de su transformación propiamente dicha,
cuando se fue equipando con la infraestructura para albergar al gigante primer
edificio del Mercado, que se construiría a partir de 1889 y quedaría inaugurado
el 1º de abril de 1893.
Se
poblará así de corralones, amplios
tinglados para el depósito de carros, bueyes y caballos. También de
frigoríficos y fábricas de hielo, depósitos de envases, maduraderos de bananas.
Se abrirían fondas y cafetines, almacenes, hoteles, conventillos, herrerías, y
todo tipo de negocios afines al mercado, que le darían singular pintoresquismo
al lugar.
Junto
con gran parte del ex Mercado Modelo se traslada también a la zona la fonda de
Luis Sanguinetti, que será instalada en la esquina SE de Anchorena y Guardia
Vieja (hoy peatonal Carlos Gardel), bajo el nombre de Chanta Cuatro. La fonda
pasará más tarde a manos de José “Pepe” Bonello, boliche conocido entonces por
la mejor sopa de cebolla de la ciudad, hoy reciclado como un coqueto y
costoso restaurante para el turismo
extranjero.
Junto a
ésta florecerán otras fondas y cantinas como O’Rondemann, de la esquina SO de
Humahuaca y Agüero, de la familia Traverso, a la que Gardel era asiduo
concurrente, y de donde emergió su fama de cantor. También El Internacional, de
Costa Hnos., en el 3177 de Lavalle; el Café La Cueva de Carlos Martigoni, en
Anchorena 531; el Café El Universal de César Menotti, en el 535 de la misma
Anchorena, con su plato preferido: riñoncitos de cordero a la plancha. El café
Cervantes, de Eduardo Rodríguez López, se ubicaba en Agüero 512, y Los diez
billares, se levantaba en Corrientes 3126, lindante con el Cine-Teatro
Excelsior de Andrés Cánepa, adonde los puesteros del Abasto concurrían en
pijama, contrariando los empeños de Cánepa por jerarquizar su teatro. El Café
Los Pajaritos, de Podestá, de la esquina SO de Anchorena y Lavalle, fue
demolido cuando se construyó el primer mercado.
Los
hermanos Landoni tenían su Café El Torino en Anchorena 541, y el Café El
Chacarero, de Buzetta y Cía. se encontraba en Agüero 540, a pocos metros del
Bar Los 7 Hermanos, que quedaba al 520 de la misma calle. Por otra parte el
Café Nipones, propiedad de Kodama, se levantaba en Corrientes 3156, lindero al
Cine-Teatro Soleil de Méndez Hnos., en el que se lucieron grandes actores de la
colectividad judía y donde Gardel cantó el 14 de junio de 1933, festejando el
cumpleaños de su madre.
Tampoco
faltaban fruterías, chancherías, panaderías, vinerías, carnicerías, almacenes,
garitos y prostíbulos, en un entorno que teñía toda la zona. Por las noches
concurrían payadores como D’Amato, Espíndola, Gabino Ezeiza, y bailarines de la
talla de Benito Bianquet, “El Cachafaz”, que tenía su academia de baile en el
Teatro Olimpo de la Avenida Pueyrredón. El truco, la taba, la riña de gallos,
eran los clásicos entretenimientos que se mezclaban con el canto, el baile y
hasta los retos varoniles, que algunas veces terminaban en muertes.
Al
alumbrar el siglo XX surgió en el Abasto “la quiniela”, en la cigarrería de
José Betronila, de Corrientes y Anchorena, quien debió agrandar el negocio y
hasta instalar una sucursal en el vecino Café Universal; tanto fue el éxito
obtenido. También florecieron los comités de los caudillos conservadores del
Partido Autonomista, como el de Benito Villanueva y Pedro Cernadas, de
Anchorena 666 y Corrientes 3181, en ese orden.
En
Agüero 566 se ubicó el casi olvidado Club El Porvenir del Plata, en el que
Gardel jugó al fútbol allá por 1912, y El Abasto Boxing Club, donde Luis Ángel
Firpo protagonizó sus primeras contiendas.
Al
Abasto llegaban baqueanos de los alrededores de la ciudad, arreando sus ovejas,
borregos y hasta pavos, en una venta que no podía ser más directa. Llegaban a
carnear el animal en el fondo o en el segundo patio de algún inquilinato.
Arribaban a su vez chacareros con productos frescos de su propia elaboración
como manteca grumosa, manufacturada con leche batida que vendían en panes,
envueltos con lienzos blancos.
La
película Mercado de Abasto, de Lucas Demare, con Tita Merello y Pepe Arias,
muestra en la ficción una pintura de la época del segundo edificio del Mercado,
inaugurado en 1934, al que llegaban tanto el ferrocarril como el sute B, en su
primer y segundo subsuelo respectivamente.
Éste febril dinamismo del mercado, en el que florecieron
infinitas actividades, fue caja de resonancia y polo de atracción comercial que
perduró hasta su cierre en 1984, después el final conocido; el paso a “la
modernidad” vestida con traje de Shopping.
Miguel Eugenio Germino
FUENTES
-Berjman,
Sonia y Fiszlew José, El Abasto, un barrio y un mercado, Corregidor, 1984.
-Llanes,
Ricardo M., El barrio de Almagro”, Cuadernos de Buenos Aires, 1968.
-Taullard,
Alfredo,- Los planos más antiguos de Buenos Aires, Peuser, 1921.
-Zatti,
Rodolfo Omar, Gardel en el Abasto, Corregidor, 2005.
- http://es.wikipedia.org/wiki/Mercado_de_Abasto_de_Buenos_Aires
- Blog
del periódico Primera Página
No hay comentarios:
Publicar un comentario