La Plaza Miserere, ubicada en el corazón del barrio de Balvanera u Once como lo conocemos en nuestros días, guarda un sin fin de historias de Buenos Aires, que es bueno conocer para que cuando pasemos por ella nos detengamos un segundo a mirar que se esconde entre sus árboles.
Su nombre se debe a un antiguo vecino de la zona
que a fines del Siglo XVIII era el dueño de esas tierras, Antonio González
Varela, al cual apodaban “miserere” por su misericordia, ya que Miserere
significa “Piadoso”.
Este lugar se la conoció también como Hueco de
Miserere ya que era un lugar de parada para las carretas que ingresaban a la
ciudad desde el Oeste, provenientes del pueblo de San José de Flores.
En otro momento se instaló allí un matadero
conocido como los Corrales de Miserere.
En 1807, durante la segunda Invasión Inglesa a
Buenos Aires, el Virrey Liniers se enfrentó a las tropas Británicas al mando
del capitán Whitelock en esta Plaza, donde los ingleses obtuvieron un primer triunfo
y le dieron a Buenos Aires 3 días para que se rindan antes de avanzar sobre la
ciudad. Allí acamparon pero nunca se imaginaron que luego de esos 3 días al
ingresar a Buenos Aires, miles de vecinos los estaban esperando armados,
emboscando a los mismos en cada esquina, imposibilitando el avance y la toma de
la ciudad.
Con el correr del tiempo el Hueco de Miserere se transformó
en un Mercado para abastecer a los vecinos de la zona, este era conocido como
Mercado del Oeste o Mercado 11 de Septiembre de 1852.
El nombre 11 de Septiembre, se debe a la
revolución que Buenos Aires llevo adelante contra el Gral. Urquiza luego de la
Batalla de Caseros y que mantuvo a la Provincia 10 años separada del resto del
país, formando por un lado el Estado de las Provincias Unidas y por otro el
Estado de Buenos Aires.
La Plaza comienza a tomar su forma actual en 1882,
en 1913 sufre varias remodelaciones cuando se transforma en cabecera de la
primera línea de subterráneos de Latinoamérica, la Línea A.
En 1932 se inaugura en la Plaza el Mausoleo de
Bernardino Rivadavia, quien fuera el primer Presidente Argentino, que murió en
Europa y que en su testamento dejo muy en claro que no quería que sus restos
descansen en Argentina. Muy a su pesar, sus cenizas fueron trasladadas a Buenos
Aires en 1857.
Es el único Mausoleo de un Prócer Argentino que se
encuentra en una Plaza, su constructor Carlos Yrurtia está considerado el
escultor Argentino más importante del Siglo XX.
Cuentan algunos que durante la noche si uno mira
atentamente la gran estatua de bronce que se encuentra en el Mausoleo esta
parece moverse y mirarlo fijamente a uno siguiéndolo con sus ojos. Muchos
hablan también de un fantasma que podría ser el de un niño que murió cruzando
alguna de las calles que rodean la Plaza. Yo en particular creo que es el
espíritu de Rivadavia quejándose por no cumplir uno de sus últimos deseos “que
su cuerpo no vuelva a Buenos Aires”
Actualmente la Plaza es cita obligada para dos
hechos trágicos que ocurrieron en los alrededores de la misma, el incendio de
la Discoteca Cromañon, el 30 de Diciembre del 2004, donde murieron 194 personas
y el choque del Ferrocarril Sarmiento en su terminal Once, el 22 de Febrero del
2012, donde fallecieron 52 personas, dos hechos que marcan la historia actual de
este barrio.
Hoy la Plaza Miserere, cabecera de la Estación
Once de Septiembre del Ferrocarril Sarmiento se transformó en una plaza donde
miles de trabajadores pasan a diario, sin prestarle atención a sus monumentos e
historias que ella guarda. Invadida por gente que vive en la calle, vendedores
ambulantes y paradas de colectivos fue prácticamente dejada en el olvido.
https://huellasdebuenosaires.wordpress.com/2014/09/03/plaza-miserere-historias-olvidadas/
No hay comentarios:
Publicar un comentario