EL ACUERDO CON EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL
Desde los años 1957 este “organismo de crédito
internacional” viene extorsionando a los
pueblos con cláusulas condicionantes de las soberanías nacionales y de las
propias decisiones autonómicas de los gobiernos.
Nada nuevo se puede llegar a descubrir hoy ante la
complicada situación en que se encontraba nuestro país, luego de haber caído en
sus garras. Lo supuestos “salvavidas” que pretenden esgrimir sus adoradores; –intereses bajos--, se descompensan y convierten
a la larga en salvavidas de plomo, con condicionamientos que lesionan los
intereses nacionales de cada país.
Cuando Argentina –de la mano de Macri y su banda,
pasó la raya de lo tolerable, sin consultar al Congreso, y nos entregó de manos
atadas al Fondo, sabíamos de antemano el futuro que nos aguardaba.
Lo triste del caso es que un 40% de la población,
ignora, o hace que ignora, quién fue el endeudador,
responsable de lesa patria, los que hasta pretenden darnos consejos y llorar
por sus medios adictos, de lo cuanto que se tardó en acordar, ¡¡¡de terror!!!
El acuerdo al que se llegó –del que aún faltan precisiones--
es tal vez el menos malo, que por lo menos evita “el tan temido ajuste”, le
permitiría al país despegar, y sortear la aguda situación actual, recuperarse,
para después en cuatro años comenzar a pagar una deuda que hoy es “impagable” y de la que no es responsable de haberla contraído.
Hay dos responsables: el Gobierno de Cambiemos, Juntos
o como corno se hagan denominar, por un lado, y el propio Fondo que violó sus
propios estatutos. Argentina debe reservarse los derechos de recurrir a los
organismos jurídicos internacionales para
que aquella deuda la paguen los responsables. Debe haber una justicia
internacional que remedie tamaña tropelía sin pies ni cabeza.
Las cartas ya están sobre la mesa, y ahora deben
decidir su aprobación, el Congreso Nacional, de nuestro lado, y el directorio
del FMI del otro. Es muy difícil la decisión cuando nuestra carta es un cuatro
de copas, contra el ancho de espada que ellos escondieron bajo la manga.
De nada vale lagrimear sobre la leche derramada, y
Argentina, junto a los gobiernos de Latinoamérica deben hacer prevalecer la
justicia, la independencia y la soberanía de los pueblos.
Primera Página
29.01.22
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