lunes, 30 de mayo de 2022

ARGENTINA SONO FILMS



ARGENTINA SONO FILM BULNES 41- 45

El cine sonoro nació en Almagro

 

El predio de la calle Bulnes 41-45 tiene historia, desde fines del siglo XIX allí había funcionado una gran caballeriza, establo y guardería de carros hasta aproximadamente 1925. Años más tarde, en 1935 las instalaciones fueron alquiladas por el estudio cinematográfico Argentina Sono Film, que realizó diversas modificaciones al edificio, incorporando una serie de muros en su planta baja y un entrepiso de material, manteniendo igual el jardín de su fachada.


                FRENTE DEL EDIFICIO DE BULNES 41/44 

Luego de que Argentina Sono Film mudara sus instalaciones a la localidad de Martinez  el inmueble de Bulnes 41 fue utilizado por la fábrica “Lami” de colchones de lana con elásticos de acero. Esa empresa realizó también  modificaciones en el frente del edificio en la entrada de Bulnes 41 y dispuso dos locales con vidrieras y una puerta de acceso, todas con cortinas metálicas.

En agosto de 1940 el edificio fue alquilado por la Inspección General de Enseñanza, dependiente del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. Fernando Arranz y colaboradores encararon entonces la adecuación de las instalaciones del local taller para establecer la Escuela Nacional Industrial de Cerámica que dependía del CONET, y que luego en 1946 se llamó directamente Escuela Nacional de Cerámica y pasó a depender de la Dirección Nacional de Enseñanza Artística.


                                                       LA PELICULA TANGO FILMADA PARTE EN ALMAGRO


 El año 1940 fue un año de conflictos, terminada la Guerra Civil española se incrementaba la contienda bélica mundial. En nuestro país esto movilizó a la industria local de entonces pues había carencias en la importación y en mano de obra calificada para las nuevas necesidades de nuestra industria.

En esos momentos gobernaba en Argentina Roberto M. Ortiz y fue un año de concreciones respecto a la educación técnica, ese mismo año nacía la Escuela Nacional de Cerámica N° 1.

El Dr. Jorge Eduardo Coll firmó el decreto el 9 de abril de 1940 pero la escuela fue organizada bajo el ministerio del Dr. Guillermo Rothe, quien por decreto del 8 de agosto de ese año dejó establecido los planes, programas y exámenes de ingreso.




          Mentasti y su familia vivieron en Billinghurst y Corrientes 


El lugar elegido para instalar la escuela era el adecuado porque, según la visión de Fernando Arranz, el antiguo edificio podía adaptarse a los nuevos objetivos. En la mitad del frente había un gran portón metálico que había servido para entrada de carros y que llevaba directamente al enorme galpón, a la izquierda del portón una puerta, también metálica, era la entrada a la vivienda del director y, al costado había un pequeño jardín, con reja de hierro, que en la actualidad es el pequeño lugar histórico que aún hoy podemos apreciar.


                                       FILM RIACHUELO

La Escuela Municipal de Cerámica de Buenos Aires, amenazada varias veces de traslado, continúa funcionando gracias a la persistente lucha de su alumnado y de los vecinos e instituciones barriales que apoyaron su permanencia en el barrio de Almagro.

 

 

El cine en el mundo

 

Para comenzar hablando del cine nos tendremos que ubicar en el 28 de diciembre de 1895 en París (Francia) cuando los hermanos Lumiére proyectaron por primera vez imágenes en movimiento mediante una pantalla. Una de las primeras proyecciones fue la de distintos obreros saliendo de las fábricas luego de su jornada laboral y un tren llegando a la estación. Estás imágenes generaron un fuerte impacto en la audiencia, ya que pensaron que el tren se les venía encima.

 

 

El cine llega a la Argentina como “cine mudo”

 

En 1896 se realizaron las primeras proyecciones de películas en Argentina, en el clásico Teatro Odeón de Buenos Aires. El evento fue organizado por Francisco Pastor, el dueño de la sala. También por quien sería más adelante fundador de la revista Caras y Caretas, Eustaquio Pellicer.

La primera experiencia del público ante las grandes proyecciones fue impactante. La historia cuenta que la gente se asustó en una escena en que una locomotora avanzaba en su sentido. Los límites de la pantalla fueron, al comienzo, difíciles de entender.

Una de las primeras películas producidas en el país fue, en 1897, La bandera argentina, filmada por el camarógrafo franco-argentino Eugène Py. La toma consistía en dicha bandera flameando en el mástil de Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada.

El año anterior el alemán Federico Figner ya había filmado una serie de cortos en Buenos Aires. Sin embargo, La bandera argentina es considerada por muchos como la película que inauguró el cine argentino. 11 años después, el cine nacional estrenó su primera ficción: El fusilamiento de Dorrego, dirigida por Mario Gallo, fue el primer paso hacia el mundo de las películas argumentales.

 

 

Nace Argentina Sono Film

 

Luis José Moglia Barth, que ya había filmado dos películas mudas en 1927 y 1928, le acercó a Angelo Bautista Mentasti la idea de pensar en el cine sonoro; ya que éste era un alma inquieta, sin miedo a arriesgar en los negocios que lo entusiasmaban.

Mentasti y su familia vivieron en Billinghurst y Corrientes, en el barrio de Almagro. El espíritu emprendedor llevó a Mentasti a desarrollar varias actividades. Primero estableció una empresa de mudanzas a la que llamó "La confianza". Más tarde incursionó en el teatro como empresario y hasta fue propietario de una pensión. Luego se convertiría en uno de los empresarios cinematográficos más importantes de la Argentina.

 

 

Argentina Sono Film y la primera película sonora

 

En 1933, junto con otros socios que aportaron capitales, Mentasti creó Argentina Sono Film. "Era enérgico, dinámico, impulsivo y generoso", así lo recordaba Carmelo Santiago, uno de sus grandes amigos y jefe de publicidad de la exitosa empresa que marcó el camino en nuestra tierra.

Trabajaron con gran empeño para obtener su producto fundacional, la pelicula “¡Tango!”, dirigida por Luis Moglia Barth, de la que muchas escenas se filmaron en Almagro, estrenándose el 27 de abril de 1933 en el Real Cine de la calle Esmeralda. Fue la primera película sonora del país. Esto significa que no era orquestada o adornada con música, como ocurría con los productos del cine mudo. Se trataba de una sucesión de números musicales interpretados por personalidades ya conocidas para el público: Libertad Lamarque, Tita Merello y Pepe Arias, además de algunos jóvenes como Luis Sandrini. También aparecían en la filmación las orquestas de Juan de Dios Filiberto, Osvaldo Fresedo, Ernesto Ponzio y Juan D’Arienzo.

La respuesta del público fue contundente. A partir del gran éxito, las producciones de Argentina Sono Film se vendían antes de iniciarse la filmación. Justamente, ése era uno de los objetivos que se habían propuesto: crear una cadena que mantuviera el negocio en movimiento constante.

Solamente unos días después, el 19 de mayo de 1933, se estrenó la segunda película del cine sonoro argentino: “Los tres berretines”, dirigida por Enrique Telémaco Susini para la empresa Lumiton. Para la llegada del cine en color a la Argentina, habría que esperar hasta 1955, con el film “Qué le pasó a Reynoso” dirigido por Leopoldo Ríos.

A mediados del año 1935, Argentina Sono Film consigue alquilar las instalaciones de un garaje que destinaría a galería, ubicado en la calle Bulnes 41/45 donde hoy se encuentra la Escuela Nacional de Cerámica.

Por varios años, ese local lució en su frente la leyenda “Argentina Sono Film”, siendo lugar de cita para los grandes actores, actrices, directores, iluminadores, fotógrafos, argumentistas y todos los que tienen algo que ver con el arte cinematográfico, que pasaron por esas galerías precarias y que, al propio tiempo que produjeron verdaderos éxitos a nivel país y toda América latina, dieron al barrio un signo distintivo donde se mezclaba la realidad con la fantasía, constituyéndose en un motivo de atracción que concitó, al igual que hoy lo hacemos nosotros, el comentario, la atención y la lógica curiosidad por indagar sobre la vida artística que se escondía detrás de la fachada.

Almagro tuvo el privilegio de ver nacer una industria que por muchos años alcanzó notoriedad en el país y compartió ese destino hasta que la empresa se trasladó a sus estudios propios en la localidad de Martínez, detrás del actual hipódromo de San Isidro, ocupando un terreno de cerca de 25.000 varas, con cuatro sets, y cuya piedra fundamental se colocó el 2 de octubre de 1937, y funcionó  hasta finales de los años 1990, que solo quedaban de la empresa el nombre y algunas oficinas. Una parte de la productora, que aun pertenecía a la familia Mentasti, fue adquirida por el productor Luis A. Scalella, con la idea de retomar la realización de películas humorísticas del estilo de las que hacía la compañía en la década de 1980.

En el lapso en que desenvolvió sus actividades en Almagro, la empresa Argentina Sono Film produjo varias películas y ello hizo que por sus galerías de Bulnes 41 desfilaran muchas figuras de la escena nacional.

 

Miguel Eugenio Germino

 

 

Fuentes:

-Granelli, Omar Pedro, Almagro en el Intento, Edición del autor, 1999.

-Llanes, Ricardo M., El barrio de Almagro, Cuaderno Bs. As., 1968.

-https://www.iprofesional.com/actualidad/334615-mentasti-la-atrapante-historia-de-un-pionero-del-cine-en-el-pais

-https://www.eldestapeweb.com/sociedad/cine/cine-argentino-sus-origenes-y-trayectoria-202143013460

-https://www.piramideinvertida.com.ar/2018/05/04/evolucion-del-cine-argentino/




 

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