domingo, 30 de abril de 2023

ISRAEL: UN LIDER HISTÓRICO EN BAJA

                              MANIFESTACIÓN CONTRA LA REFORMA JUDICIAL

Benjamín Netanyahu:  un líder histórico en la cuerda floja


Pese a la fragilidad permanente de la paz en Medio Oriente, el Estado de Israel siempre se las ingenió para preservar su institucionalidad sin mayores conflictos. Si bien siempre tuvo los problemas típicos para formar gobiernos que tienen habitualmente los regímenes parlamentarios, en general la vida política cotidiana nunca fue afectada. Y en especial la figura de Benjamín Netanyahu se mantuvo siempre vigente, a pesar de los cuestionamientos, más basados en su posición intransigente con el mundo árabe que con su gestión diaria.

Pero algo cambió en la realidad israelí. El intento de su líder por modificar las reglas de la Justicia en beneficio propio, ocasionó una inesperada crisis con graves coletazos para la institucionalidad del Estado de Israel. Paros, marchas y paralización de distintos estamentos, fueron las consecuencias a los que en general el pueblo de Israel no estaba habituado.

Esto puso en tela de juicio la capacidad de gobernar de la derecha y en especial de su histórico líder, que por el momento no parece encontrarle la vuelta a una crisis que él mismo inició. La derecha que gobierna, que se creía intocable, navega a la deriva en un mar turbulento al que no están acostumbrados.

A diferencia de lo que sucede en la Argentina, el pueblo israelí cree que el último dique ante la avanzada anti derechos que propone la alianza nacionalista-religiosa que encabeza Netanyahu es la Corte Suprema. Los jueces son considerados allí como los garantes de la ley, ante la ausencia de una Constitución formal y de un Parlamento unicameral que controla la coalición gobernante. Si triunfara el proyecto del Gobierno, no habría institución política libre de su influencia.

Ahora el líder israelí puso pausa en su avance y convocó al diálogo a la oposición, tratando de frenar una escalada de protesta popular que no tenía freno. La tensa calma actual, sirvió para demostrarle a los líderes derechistas que la instalación de un gobierno sin límites institucionales no forma parte de la realidad que espera el pueblo de Israel.

                                                  Pablo Salcito




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