ANÉCDOTAS,
CURIOSIDADES Y MISTERIOS DE ALMAGRO Y BALVANERA
El
Tren de Cargas del Ferrocarril Oeste
Un
moderno trencito, vestido de lujo, que venía desde Castelar, se internaba por el viejo Túnel
de Cargas, construido en 1916 y casi abandonado desde hace años, por la calle
Mario Bravo y las vías del ferrocarril Oeste (ahora
ex Sarmiento) y mansamente comenzaba el
parsimonioso descenso en suave pendiente para atravesar de oeste a este los
subsuelos de Almagro y Balvanera, a una profundidad que llega a alcanzar los
VISTA INTERIOR DEL ESTRECHO TUNEL
La
historia del conducto cuenta con anécdotas,
risueñas algunas, pintorescas otras e incluso misteriosas, que lo colocan entre uno de los lugares más
emblemáticos del subsuelo de Buenos Aires.
La
construcción fue efectuada totalmente a pico y pala, en socavón, como si fuera
una mina en la ladera de una montaña. La obra que fue
autorizada en 1910 recién comenzó en 1912,
simultáneamente desde ambos extremos, por
obreros provenientes en su mayoría de países europeos y
dirigidos por técnicos ingleses. Debido a
SU SALIDA EN EL PUERTO
En sus inicios, debido a la escasa ventilación
en el interior del túnel –solo
había una en Plaza Congreso y aún subsiste el acceso–, y dado que
las formaciones eran impulsadas entonces por locomotoras a vapor, debió muchas veces auxiliarse al personal que
presentaba síntomas de asfixia por la acumulación de anhídrido carbónico; para entonces no era sencillo ni el auxilio ni el
rescate de los afectados.
Por tal
razón fue colocado en el interior, a la altura de la calle Montevideo, un gran ventilador que nunca llegó a funcionar,
aunque durante mucho tiempo actuó como un engaño psicológico ya que, debido al
mismo aire producido por las formaciones, éstas lograban mover las palas del
gigante creando la ilusión de una óptima ventilación. La solución llegó en el
año 1922 con la electrificación del ramal.
Ç
LA ESTACIÓN PUERTO MADERO
En
cierta oportunidad durante el transporte de una gran carga de granos, volcó un
vagón y antes de que llegara la tropa de emergencia, apareció un ejército de
voraces ratas que eran transportadas como polizontes, lo que provocó un revuelo
en la zona del puerto.
El
trauma de las ratas se fue proyectando en el tiempo, y ya en el año 1949, cuando
fue inaugurado un efímero servicio de pasajeros, éstos atribuían a los roedores
–que para entonces se
habían reproducido en forma exponencial–, una serie de ruidos
misteriosos durante los viajes.
Sin embargo, los ruidos no eran de las ratas sino de los bólidos
metálicos impulsados por aire comprimido del servicio neumático del Correo Argentino,
que transportaba correspondencia desde la sucursal Medrano hasta el Correo
Central, y compartía las paredes del Túnel de
Cargas.
Históricamente
los túneles –especialmente durante
el período de la colonia–, eran
óptimos refugios para el ingreso del contrabando, especialmente de origen
inglés y muy practicado en aquella época. En tiempos más
recientes, los nuevos y sofisticados contrabandistas
utilizaban el tren de cargas para introducir sin riesgos mercaderías sin pasar
por la Aduana. La maniobra era sencilla, ocultaban la mercancía en los vagones
estacionados en aquella terminal del puerto, la que era transportada gratuitamente
por el ferrocarril, para luego recogerla tranquilamente en las playas de carga
en los alrededores de
Originalmente
el Túnel tenía tres accesos que lo comunicaban con el Palacio del Congreso, con
el Correo Central y con
La boca
este de este túnel sale a la superficie, luego de bordear
Aquellas
mismas vías portuarias son a su vez utilizadas por un moderno trencito
turístico de escaso uso que hace un corto recorrido entre las calles Córdoba y
Juan de Garay.
Puede observarse actualmente en Plaza
Congreso, a la altura de la calle Virrey Cevallos y a escasos metros al norte
del monolito visiblemente abandonado que marca el Km. 0 de las rutas nacionales
–obra del escultor
José Fioravanti–, una
estructura metálica de color negro, similar a una pequeña boca de subte. Ésta
cumplía dos funciones, de salida de emergencia del Túnel de Cargas y de entrada
a su vez al Servicio Neumático del Correo, como lo explicitaba el letrero que
la identificaba.
Ya no
corren por aquel túnel los bólidos de acero del correo transportando
correspondencia y asustando a los pasajeros por su ruido y esta negra estructura
se encuentra clausurada, aunque muchos deben preguntarse, ¿de qué se trata?
Antiguamente
también partían de Balvanera, desde los talleres de Corrientes y Centroamérica
(hoy Pueyrredón), otros tres ramales de este ferrocarril: el que por esta última empalmaba
con el San Martín a la altura de la actual avenida del Libertador, el tren
fúnebre que durante la epidemia de fiebre amarilla transportaba por
Corrientes los cadáveres hasta el cementerio de Chacarita y el Tren de las
Basuras que corría por Bustamante-Loria-Oruro hasta
Hoy el
servicio de cargas del ferrocarril Oeste dejó de funcionar y junto con él, se levantaron
gran parte de las vías férreas que sembraban el país a lo largo y a lo ancho,
lo que dejó incomunicados a centenares de pequeños
pueblos del interior. Se priorizó así la carga mediante grandes camiones. Aún
así existe un ramal del Ferrocarril San Martín que llega hasta el puerto
transportando mercaderías y sustituyendo en
parte al antiguo servicio de este emblemático
ramal.
OTRA VISTA DE LA ESTACIÓN PUERTO MADERO
Desde 1997,
y por escasos años, el túnel fue utilizado por un lujoso servicio de pasajeros
con aire acondicionado y música funcional, entre Castelar y la pequeña pero pintoresca estación de Puerto Madero,
a escasos metros de la Secretaría de Marina. Claro que no cualquier pasajero podía
pasar por la experiencia, solo podían haberlo hecho quienes poseían
los cuatro mangos del costo de aquel pasaje, aunque al menos por una sola vez
valía la pena hacer este recorrido a través del
misterio y la historia.
Después el túnel fue utilizado para la logística de la red ferroviaria, para el traslado de
material rodante, aunque tras la construcción del Paseo del Bajo,
se volvió prácticamente imposible que un nuevo tren de pasajeros haga el
recorrido que se volvió furor en los 90 entre los vecinos del Conurbano.
Miguel E. Germino
Fuentes:
-Ruiz Díaz, Sergio, Los Túneles del Ferrocarril Oeste, en Todo es Historia nº 356 de marzo de 1997.
-Trueba, Carlos
Manuel, Almagro el pasado que perdura, Fund. Banco Boston,
1989.
-Werkenthien, Cristián
G., El transporte en Buenos Aires, Asociación Amigos del tranvía, 1930.
-http://www.suipacha.gba.gov.ar/turismo_y_recreación/trenes.htm
-http://www.taringa.net/posts/info/1232277/historia-de-un-tunel…
-http://www.clarín.com/diario/1997/07/28/e_02801d.htm
-http://www.clarin.com/diario/2007/01/10/laciudad/h-06001.htm
Que interesante!!!
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