domingo, 31 de marzo de 2024

EDITORIAL AL Nº 346 - ABRIL 2024



EDITORIAL AL Nº 346 ABRIL 2024

 

«El que engaña encontrará siempre quien se deja engañar».

Nicolás Maquiavelo

 

Cuenta la leyenda que hubo una vez un labriego que tenía un burro y pensando en la manera de ahorrar quiso enseñarle a trabajar sin comer. Empezó reduciéndole cada día un poco más la comida. Pasaron los días y el animal cada vez comía menos y trabajaba igual. El campesino, muy contento, decidió no darle más de comer y el burro siguió trabajando. ¡Ya lo he conseguido! dijo el labriego. A los pocos días el burro murió. ¡Qué mala suerte tengo! Ahora que el burro había aprendido a trabajar sin comer, se muere.

Sin embargo, en la vida real no entra la leyenda, y es muy difícil hambrear al pueblo, tanto hasta que se muera, porque entonces se perderá la mano de obra que, de barata y con una alimentación precaria, pasaría a ser nula.

Lo que ocurre en nuestro país es inédito, aún con un razonamiento capitalista, aunque tal vez pueda entrar en el pensamiento de mentalidades alteradas e influidas por valores místicos y pseudo religiosos, como los de los adoradores de las percepciones del más allá, esto sin hacer alusiones personales a ninguno de los personajes de la política que hoy gobiernan al país.

La idea de privar o reducir drásticamente la alimentación de jubilados, asalariados, cuentapropistas, desocupados, etc., no es nueva, se arrastra en la historia, no es un descubrimiento del actual presidente Milei, libertario, por su propia autodefinición. El axioma básico de la teoría política libertaria postula que cada hombre es dueño de sí mismo, en posesión soberana y absoluta sobre su propio cuerpo, nadie puede invadir o agredir el cuerpo de otra persona, aunque cada persona posee el recurso de invadir el de otra persona sin dueño, del que cualquiera pueda apropiarse.

Tan claro como atrofiado el razonamiento psicopático, donde interviene “el vale todo”, el “sálvese quien pueda”, el libertinaje de unos pocos poderosos, privilegiados, que interfiere en el de los de menor capacidad de protegerse. Sin embargo, todo tiene un límite, que es el del aguante del oprimido, entonces se produce su reacción, de la que no se sabe hasta dónde puede llegar.

Murray Newton Rothbard, un economista ​de la escuela austriaca (a la que dice adherir Milei), y uno de los principales teóricos del anarcocapitalismo del siglo XX, defiende la tesis de la “propiedad de uno mismo” mediante la eliminación lógica de las únicas dos alternativas: que un grupo de personas pueda ser dueña de otro grupo de personas, o que ninguna persona es dueña absoluta de sí misma.

El abuso, el agravio perverso, el poder sin límites, acelera la reacción del oponente y reduce la del atacante, que, aunque poderoso, comienza su descalabro, y ése parece ser el actual momento por el que atraviesa el gobierno, a sus 100 días de desafortunado mandato. Las señales están a la vista: el rechazo de su DNU en el Senado, el fracaso de su “Ley Bases” y la desconfianza de legisladores y gobernadores, que no toleran las extorsiones solapadas y/o directas.

Sin embargo, en el hoy, Milei prolonga la ofensiva ajustadora con más provocaciones, con más violaciones a los derechos humanos como esta piba de HIJOS, con más cierres de empresas y despidos como en Télam y en el Gaumont, abriendo las importaciones sin límites, extorsionando con su DNU y su “Plan Bases” (engendrado por las grandes empresas y el poder financiero), intentando mentalizar como cultura inevitable la del “sacrificio”, creando la desesperanza (“más que ser amado busca ser temido”), no aplicó una sola medida en favor de los menos favorecidos, continúa apelando a sus rasgos psicopáticos, para dañar, menoscabar y deteriorar al otro.

El final es impredecible y no parece estar lejano.

 

                                                     Hasta la próxima 




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