Parque de la Estación: Activismo por la tierra
Nos saludamos mirándonos y
diciendo: “Sí este tema es muy oscuro”. Vamos a las preguntas, porque a pesar de los pronósticos de
un camino sin retorno, no por ello dejamos de activar para frenar, mejorar y
disfrutar del presente. Estar siendo pensamiento propio de nuestra América latina, dixit
Rodolfo Kusch.
Camila es activista de la
tierra, según su propia definición, se acercó al Parque de la Estación ya hace un tiempo
largo con muchas ganas de compartir algo que empezó a trabajar desde sí
misma.
Flor Cayon fotógrafa @flor.cayonph
–¿Cómo te sumaste al activismo?
Empecé con el veganismo. Meses antes de
la pandemia la vida me llevó a eso,
“sin querer queriendo”, como quien
diría. Cuando estaba en Venezuela fue la etapa de escasez entre el 2015 y
el 2017 (dificultades que aún persisten) y dentro de lo que faltaba, o que era
difícil conseguir, estaban los quesos, tenías un día según tu número de documento para
comprarlos y si no podías ese día, debías esperar hasta la
otra semana. Entonces, los últimos años antes de migrar a Argentina yo vivía
con mi abuela, que tenía el hábito del café con leche y el pan con queso y no
entendía este asunto de que no se podía ir a comprar, dejé de comer quesos y
todo tipo de lácteos. Cuando llego a la Argentina tuve un choque cultural. El
consumo de carne es excesivo; un asadito acá, otro allá… mi cuerpo no podía
sostener la demanda. Además, son muy nocturnos,
a veces cenan a las once de la noche y bueno,
dejé de comer carne, y además, porque por un tiempo no tuve heladera.
Espinillo en el Parque de la Estación
Me acuerdo cuando se me
vino a la mente la idea de ser vegana, me dije: “Voy a intentarlo, para ver si
lo que dicen es cierto (me refiero a las cosas negativas que dicen sobre el
veganismo)”. Todavía no me animaba a
hacer el cambio, hasta que un día me recomendaron un documental que se llama “What
the health”. El día siguiente hice
una cita con un nutricionista vegano y desde ahí arranqué. Empecé a investigar
más sobre el tema y lo que encontré no fue nada agradable. Me sentí muy
engañada e indignada por la cantidad de horrores que hacen estas industrias toxicas. Con
todos estos sentimientos encontrados, quería conocer una comunidad de personas
que compartieran los mismos valores del
veganismo, de cuidar a la tierra y desde ahí empecé activar.
–¿Cómo encontraste a Difusión V?
Yo me metí, me
autoricé, me puse a leer,
a investigar y me quedé loca. Hay un problema muy profundo y el tema del veganismo es la punta del iceberg.
La transición en la alimentación tiene que ser acompañada, muchas personas
dicen que se sienten mal por la
falta de lácteos y carne;
es necesaria
una consulta a
una nutricionista.
–Desde que te conozco en el parque traes mucho material y te vi
súper comprometida.
Es que tuve la necesidad
de encontrarme con personas, con organizaciones. Buscando en las redes y de las
redes a las personas,
así me encontré primero con Difusión con el Parque de la Estación. Acá hay algo muy
importante del encuentro. Y ahora, ¿quién me saca de
aquí? Es importante que las personas encuentren su manera de activar. Es
lindo conocer, intercambiar ideas, apoyarnos con personas que tienen las mismas
intenciones de proteger a la tierra y todos sus seres.
–¿Cómo te entregaste al activismo, teniendo en cuenta que
las intervenciones pueden ser acciones consideradas un delito, vandalismo?
Me gusta su contenido,
hacer contrapublicidad. La publicidad nos bombardea. Es que tiene un
reglamento. Donde puedes pegar y no pegar. Hacerlo en grupo es muy bueno. Pero
también hay pequeños stickers para acciones individuales. Tienen material
gratuito. Si bien hay personas que se acercan y hasta te arrancan el afiche antes que lo pegue, muchos otros nos
felicitan. Y esto es lo que tenemos que guardar.
Vengo tanto al Parque, me
muevo, porque tengo una ansiedad frente a lo que puede pasar. Hago lo que
puedo. Y así no cargo con la angustia. Los movimientos ambientales son
muchos, son mundiales. La tierra es la misma, es nuestra. Este destino de la
evolución en deterioro difícilmente pueda ser detenido, pero sí podemos trabajar hoy en
nuestros territorios. Estoy agradecida al Parque.
Y vamos cerrando el
encuentro, sin darnos cuenta, con algo que nos hermanó al principio: el activismo ambiental –lamentándolo mucho– tiene un punto de vista
negativo y hay que tener cuidado en la manera que se activa, sobre todo en
Latinoamérica. Yo me entregué
hacer artivismo (arte + activismo) amoroso, una rebelde con causa.
Ruth García
“What the health”: documental
disponible en Netflix.
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