viernes, 6 de mayo de 2011

LA QUINTA DE VERMOELEN

¡UN BOTÁNICO EN BALVANERA!

Hacia el año 1850, más allá del ejido urbano demarcado entonces por la Calle de las Tunas (hoy Callao-Entre Ríos) y avanzando hacia el oeste, se llegaba al “inmenso abanico de verdes quintas”, extendidas al norte y al sur. Eran las afueras, donde se combinaba el campo abierto con esta sucesión de grandes y pequeñas, fincas de recreo de la burguesía urbana de aquella época.

Allí se gozaba de tranquilidad, de pleno sol y de generosa sombra, del buen aire, del contacto directo con la naturaleza. Se podía aprovechar además de las frutas, verduras y aves de corral provenientes de las fecundas huertas.

Tanto en el Plano de Buenos Aires de Sourdeaux del año 1850 como en el Topográfico de 1867, se observa con claridad la amplia superficie de nueve hectáreas que correspondía a la Quinta de Vermoelen, entre las actuales calles Perón, Jean Jaurés, Corrientes y Gallo. Limitaba al norte con la Quinta de Nogueras, en cuyo lugar se levantaría en el año 1889 el primer edificio del Mercado de Abasto.

M.JUAN JORGE VERMOELEN

Antiguamente, hasta la sanción de las leyes nº 1565 de Registro Civil (año 1884), y n° 2393 de Matrimonio Civil (año 1888) (dictadas durante los gobiernos de Roca y Juárez Celman respectivamente), los únicos registros de nacimientos, casamientos y defunciones eran los llevados por las iglesias parroquiales desde 1769, si bien existen otros más antiguos como en Córdoba desde el año 1500 y en Mendoza desde el 1600. Los libros parroquiales posteriores, entre 1859 y 1885, un total de 1162 tomos de parroquias católicas y de otros credos, se encuentran hoy preservados en el Museo del Registro Civil, ubicado en el 4º piso de Uruguay 754. De allí que el historiador y estudioso del barrio de Balvanera Carlos T. de Pereyra Lahitte, en una profunda investigación de los archivos parroquiales de la Iglesia Nuestra Señora de Balvanera, localizó en el libro 2 de Muertes (años 1839 a 1850) en el folio 169, la constancia de defunción de M. Juan Jorge Vermoelen, ocurrida el 4 de febrero de 1849.

De origen noble, había nacido el 24 de diciembre de 1797 en Hermixen, en el castillo de Braekengen, Bélgica, cuando ésta pertenecía al Reino de los Países Bajos; su partida dice que era natural de Amberes. Se desconoce en cambio ─al menos hasta el momento─ la fecha de arribo de Vermoelen al Río de la Plata, se estima que fue hacia 1815. Sí consta que contrajo matrimonio el 15 de octubre de 1823 con la porteña María Antonia Rubio, una joven proveniente de una conocida familia de la ciudad. Es reconocido en el año 1825 por el gobernador Gregorio de Las Heras como Cónsul General de los Países Bajos en Buenos Aires.

En 1933, fijó residencia en su extensa quinta de Balvanera, a metros del denominado Hueco de Miserere, un sector éste de 12 hectáreas convertido para entonces en Mercado del Oeste, y donde habían funcionado tiempos atrás los Corrales y Mataderos de Miserere.

Nuestro personaje era un enamorado de la jardinería, e hizo del lugar un vergel verde, un verdadero jardín botánico. Llegó a intercambiar especies de origen europeo con otro conocido entusiasta de las plantas, José Gregorio Lezama (1802-1889), dueño de una amplia quinta en el sitio del actual parque que lleva su nombre.

Como breve digresión, apuntemos que Lezama disfrutó del parque privado más hermoso de Buenos Aires. Amplió y mejoró la mansión, inclusive le agregó un alto mirador. Finalmente en 1894 donó la finca al municipio local, y en ella se emplazan, desde 1897, el Parque Lezama y el Museo Histórico Nacional.

Moraba también en la Quinta Vermoelen de Balvanera su hija Luisa, casada con Juan Errobidarte. El enlace figura también en el Libro 2 de Matrimonios de la mencionada parroquia, con fecha 6 de agosto de 1856. Cierto es que el apellido está defectuosamente escrito, como Bermoelen, Bermolen o Bermol. Eran comunes en los documentos y planos antiguos estos traspiés ortográficos.

Vermoelen fue el abuelo del sabio botánico argentino Cristóbal María Hicken, quien tal vez heredó de aquél la vocación por las ciencias naturales y el amor a la naturaleza y a las plantas. Hoy lleva su nombre la Escuela de Jardinería del Botánico de Palermo.

Pero veamos otras características de aquella antigua zona de quintas de Balvanera. Se destacaba, además de la de Vermoelen, la Quinta de Noguera, ubicada en la franja de las actuales calles Corrientes, Gallo, Lavalle y Ecuador; como se advierte, era lindera a la propiedad de Vermoelen. Contaba con siete hectáreas de un espeso monte de frutales hasta la actual Anchorena y, hacia el este, con sembradíos que llegaban hasta la laguna natural que había entre lo que hoy es Jean Jaurés, Ecuador, Lavalle y Tucumán.

Estas dos quintas contiguas eran cruzadas en su extremo este por un bajío, formado por un brazo del Arroyo Manso, uno de los tres de los famosos “Terceros” de Buenos Aires desembocaban en el Río de la Plata. En el citado Plano de Sourdeaux de 1850 está marcado con claridad el curso ligeramente sinuoso del arroyo, con dos de los puentecitos ubicados uno en Jean Jaurés y Rivadavia, y el otro justo frente a la misma quinta de Vermoelen.

En el Plano Topográfico de 1867 se puede observar también la mencionada lagunita lindando con la quinta de Nogueras, que sobrevivió hasta la llegada de los desagües y del empedrado.

El bajío de Jean Jaurés perdura hasta hoy por cierto, y puede apreciarse durante las grandes tormentas, cuando el Histórico Tercero estampa su presencia negándose a desaparecer, de modo que dicha calle se anega de vereda a vereda, entrando muchas veces el agua en las viviendas.

Negligencia histórica de los gobiernos locales que no ampliaron los viejos desagües pensados un siglo atrás, sin prever el crecimiento de la ciudad.

Con las nuevas construcciones la situación sin duda empeorará, a menos que se tomen urgentes medidas. Aquellos Terceros serán el reflejo de un pasado que perdura como una sombra vigilante y acusadora.

Miguel Eugenio Germino

FUENTES

-Berjman, Sonia y Fiszeler, José, El Abasto, un barrio y un mercado, Corregidor, 1999.

-Pereira Lahitte, Carlos T., “Libro de Genealogía”, nº 20, año 1982.

-Planos antiguos de Buenos Aires, Museo Mitre.

-Taullard, A., Los planos más antiguos de Buenos Aires, Peuser, 1940.

-http://www.apellidositalianos.com.ar/recursos.htm

-Agradezco la colaboración de Guillermo José Ibarrra

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