LA PLAZA EN EL AÑO 1946 |
SU HISTORIA
Es imposible referirnos a la Plaza Almagro sin describir el entorno
de la zona en el momento de abrirse la plaza, allá por el año 1928, cuando
quedó librada al público la manzana que bordean las calles Sarmiento, Bulnes,
Cangallo (hoy Perón) y Salguero.
Por
entonces Almagro prolongaba su aspecto de barrio
campero, de edificaciones bajas, corralones, tambos, lecherías, algunas
quintas que perduraban del siglo anterior, junto a numerosos baldíos. Una
apariencia pueblerina, con escaso tránsito vehicular, en el que campeaba
el simpático tranvía.
Un
sector de la manzana pertenecía a una antigua quinta, abandonada desde 1927 y tapiada a lo largo de toda la cuadra de Sarmiento,
conocida en el vecindario como “La Casaquinta”, nombre con el que asturiano
Francisco Pérez designó su “Almacén y Despacho de Bebidas” de la esquina SE de
Cangallo y Bulnes, inaugurado en 1890.
Por
entonces un gran corralón se levantaba en Cangallo 3750, en donde guardaban sus
carros los lecheros de la zona, además en parte de los
terrenos de la antigua quinta se hallaba la Clínica de Salud Mental del
Dr. Charcot.
Omar
Pedro Granelli, en su libro Almagro en el intento, hace un prolijo
inventario de aquella manzana que posteriormente le dará cabida a la única plaza del barrio, así como también
a los negocios que la rodeaban:
“Una manzana que hasta promediar el año 1927 estaba ocupada en un
tercio de su superficie por un terreno, especie de quinta abandonada, oculto
por una empalizada que se extendía a lo largo de la cuadra sobre la calle
Sarmiento, y por varios corralones, una especie de tambo con vacas sueltas,
algunos conventillos de casas bajas y otros baldíos, todos con frente al resto
de las arterias.
La plaza tenía un marco pleno de actividad comercial con distintos
locales que se repartían a su derredor, formando un contorno dispar y disperso,
de un movimiento continuo entre los que iban y venían hacia ese pequeño pulmón
de la barriada. Así podemos citar algunos de ellos, grabados para siempre en la
evocación: almacén (esquina noroeste, Sarmiento y Salguero), bicicletería de
Leo (esquina noreste, Sarmiento y Salguero), tapicería "Rho" (mitad
de cuadra Sarmiento), lechería Gianotti (mitad de cuadra Sarmiento), taller mecánico de Mario Dominioni (Sarmiento casi
esquina Bulnes), almacén (esquina noreste, Sarmiento y Bulnes), Casa de toldos
y lonas (esquina sudeste, Sarmiento y Bulnes), Panadería “La buena medida”
(Bulnes casi esquina ex Cangallo), Garaje (esquina noreste, Bulnes y ex
Cangallo), Almacén de don Francisco (esquina sudeste, Bulnes y ex Cangallo),
sastrería a medida "De Lucía" (esquina sudoeste, Bulnes y ex
Cangallo), corralón de lecheros a domicilio (ex Cangallo, a mitad de cuadra),
almacén y despacho de bebidas (esquina noroeste, Salguero y ex Cangallo), corralón
de lecheros a domicilio (Salguero a mitad de cuadra), lechería (Salguero a
mitad de cuadra).”
De todos ellos solo quedan hoy en pie la
lechería del vasco Aguirrezabala de Salguero 452 –aunque cerrada–, y
la parte del despacho de bebidas del citado boliche de
Salguero y ex Cangallo.
Mediante la ordenanza 3380,
del 26 de junio de 1929, la manzana
queda liberada al público bajo el nombre “12
de Octubre”. Según contaba Roberto (continuador
del boliche), su padre Francisco Pérez lo había rebautizado
con el nombre “12 de Octubre”, que era la fecha prevista
para la inauguración a la que planeaba asistir el presidente Hipólito Yrigoyen en 1930.
El Golpe de Estado del 6 de septiembre que encabezó José Félix
Uriburu –con un impresionante tufillo a petróleo–,
vino a alterar los planes y la plaza debió
esperar cuatro años más para su inauguración definitiva por Ordenanza 6273 en 1934,
cuando se le asigna el nombre definitivo “Almagro”.
Sin embargo durante muchos años el vecindario la nombrará como “Placita Bulnes”, hasta 1960
que pudo imponerse en el uso popular su actual denominación.
Así es como la única plaza del barrio pasaría a
constituir un lugar de encuentro para los vecinos, de esparcimiento para los
chicos, un sitio de justas deportivas, de celebraciones de
fiestas patrias y otros eventos, y últimamente de
distintas actividades al aire libre.
Fue la plaza terreno fértil para diferentes especies arbóreas,
como jacarandás, palos borrachos, paraísos y plátanos –preocupantes
para las vías respiratorias–, además de una inmensa
palmera que debió talarse el año pasado porque corría peligro de
venirse abajo.
La enorme circunferencia que ocupará el centro de la plaza se
establece como foco de los distintos referentes, comenzando por el mástil
inaugurado el 18 de noviembre de 1938, construido mediante colecta vecinal de
una comisión creada a tal fin. La obra fue ejecutada por el ingeniero civil Alejandro Varangot, prestigioso
profesional que realizó numerosos proyectos en la ciudad como El Panteón
Gallego de la Chacarita, de estilo romántico gallego del siglo XVII, el
edificio de la Av. José María Moreno 120, el de Roque Sáenz Peña 875 y el de la
calle Guido 1725, entre otros. Frente al mástil,
sobre el lateral norte, se levanta una pequeña fuente (casi siempre sin agua),
en cuya pared ulterior se destacan modelados en mampostería las figuras de un
flautista tocando y una mujer danzando.
En el lado opuesto, hacia el sur, se instaló sobre un pedestal de
mármol el busto en bronce del General
San Martín en su vejez, obra realizada por Juan Patrizi, Juan A. Sartori y
Bartolomé Descalzo. Esta efigie fue robada en el año 1997, y abandonada en un
contenedor al día siguiente.
En el ángulo de Bulnes y Sarmiento se colocó en 1978 una placa
recordando a Vicente San Lorenzo (1890-1973),
compositor de la música del tango Almagro, todo un himno al barrio,
con letra de Antonio Timarni.
Sobre la entrada de la calle Salguero y Perón se halla desde el
año 2008 el cartel con el emblema del barrio, realizado por
Amadeo Arena y que obtuvo el primer premio en un concurso realizado a tal
efecto. También hacia la calle Perón se encuentra una ermita de la Virgen de
Itatí, siempre ornamentada con flores frescas.
No puede dejar de destacarse la tradicional calesita. Ésta funciona
dentro de la plaza desde 1979, cuando fue trasladada de su anterior
emplazamiento de la esquina de Lima Oeste y Pavón. Pertenecía a Antonio Vila. Él, con sus 56 años de
calesitero la hizo rodar personalmente hasta el año 2010, cuando se retiró a
los 91 años de edad.
Hubo otra calesita, la de Roberto Pampín, que había funcionado en Bulnes
483 entre 1968 y 1979 cuando fue trasladada a Cabrera y Jean Jaurés.
En junio de 2007 la Plaza fue remodelada: se le colocó un cercado
perimetral, tema de una larga polémica, aunque el entonces Jefe de Gobierno
Jorge Telerman no efectuó consulta alguna.
Más tarde se logró una vieja aspiración, la de nombrar cuidadores.
No fue posible en cambio obtener la instalación de baños, tan reclamados por
los vecinos.
Finalmente, ya en el 2011, sobre la entrada de la calle Perón se
incorporó en el interior de la plaza una terminal para bicicletas, lo
que además de restarle espacio al lugar introduce un elemento totalmente
extraño al objetivo de un espacio verde como es nuestra Plaza Almagro.
Miguel
Eugenio Germino
Agradezco
la colaboración del viejo vecino Raúl Mauricio.
Fuentes:
-Llanes, Ricardo M., El Barrio de Almagro, Cuadernos de Buenos Aires, 1968.
-Granelli, Omar Pedro, Almagro en el Intento, Del autor, 1999.
-Periódico Primera Página nº 97 de junio de 2002 y nº 171 de marzo de 2009.
Respecto de la lecheria del vasco, la misma en la actualidad se encuentra ocupada, vaya saber por quien, ya que el último descendiente fallecio el año pasado e inmediatamente fue ocupada o usurpada. Sería interesante que se salve la casa ya que tiene hasta el piso original de adoquines de cuando entraban los carros de leche. Al gobierno de la ciudad si no hay descendientes por favor hagan algo con ellaa, tal vez un centro cultural, no les parece?
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