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| El transbordador: Circa 1930 AGN | 30 |
¡Al puente que
falta, le falta poco!
El único puente que falta recuperar de los que atraviesan el Riachuelo es el Transbordador Nicolás
Avellaneda, que en realidad no es puente, como lo suelen llamar. Se trata de
una casilla que se desplaza sobre el Riachuelo. No está suspendido sino que
cuelga de cuatro brazos que se desplazan por vías similares a las del
ferrocarril en su parte superior. De esa forma alterna el tránsito de
peatones y el paso de los navíos.
Fue un elemento de unión y
de pujanza, a la manera de las grandes estructuras de acero del mundo,
como los rascacielos, las torres o las grandes estaciones de tren.
Originariamente hubo veinte en el mundo. Hoy solo quedan ocho.
También es el último que
falta recuperar. Su hermano menor y vecino fue recuperado por la Dirección
Nacional de Vialidad y hoy cumple con todas sus funciones: permite el paso
peatonal, vehicular y además es transbordador.
Ya él juez Luis Armella,
quien por encargo de la Corte Suprema de Justicia obliga a sanear el Riachuelo,
dictaminó que debe ser recuperado y pidió que se retire el gasoducto que lo
atraviesa e impide cualquier intervención.
Esperamos que sea el
puntapié de la recuperación de estas zonas, otrora prosperas y portuarias,
hasta que en 1970, Onganía decidió cerrar el puerto de La Boca y destruir la
red económica, cultural y social que había hecho grande a la cuenca baja del
Riachuelo. Esperamos que los barcos vuelvan a pasar por el transbordador
superando la actual prohibición preventiva y una vez saneado el río,
vuelvan a La Boca, para devolverle paisaje quinqueleano, puerto,
prosperidad y esperanza.
Esas mismas esperanzas, en
este contexto de Argentina que quiere ser protagonista de su historia, que se
plantea recuperar su río y sus sueños, nos hacen confiar que estamos cerca y
que no es una utopía querer que el centenario del puente (en 2014) lo encuentre
recuperado y en funcionamiento.
Antolín Magallanes.
Director Ejecutivo
Fundación X La Boca.
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