Por China, EE.UU. se acerca a Europa
Está claro que ningún país va a
resignar su lugar de privilegio en el mundo y mucho menos una superpotencia
como Estados Unidos. Por eso, a la ya inevitable llegada de China a la cumbre
de la economía mundial, la Casa Blanca le opone una serie de movidas
diplomáticas y económicas que tienen la finalidad de no ceder la batuta mundial
al lejano Oriente.
El arma esencial que han elegido los
ideólogos norteamericanos son los Tratados de Libre Comercio. El fracaso del
ALCA en nuestro continente no ha amilanado a la diplomacia yanqui, por el
contrario, vuelven recargados con sus promesas de progreso y soporte económico
para quienes lo firmen.
El gran objetivo de Estados Unidos es
el mercado mundial más grande: la Unión Europea. Es así que se está negociando
el pacto entre el país individual más poderoso con el bloque económico más
importante del planeta. Semejante acuerdo, si se concreta, va a redefinir la
economía mundial y asistiremos a una nueva clase de mundialización, ya que la
negociación sumaría a países que reúnen más del
45% del Producto Bruto mundial.
Esta movida está claramente destinada
a frenar el constante traspaso del flujo del comercio mundial de Occidente
hacia el área del Pacífico, terreno donde la potencia China se asienta cada vez
más. Además para la Unión Europea puede significar el salvavidas que lo saque
de la interminable crisis económica que afecta a
la mayoría de los países que la componen. Está claro que este nuevo pacto será liderado por Estados Unidos y
Alemania, únicos emergentes de la actual parálisis económica.
Para el resto del mundo, queda no
descuidar esta nueva realidad y preparar las
medidas para contraatacar este movimiento, ya que traerá aparejado cambios en
todo el comercio mundial. Es un gran desafío para la recién recuperada
independencia económica de los países de América Latina.
Pablo Salcito
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