miércoles, 4 de septiembre de 2013

EL CASO GRAIVER



EL 29 DE SEPTIEMBRE DE 1978

EL DICTADOR VIDELA “INAUGURA PAPEL PRENSA”


LA FOTO QUE RECORRIÓ EL MUNDO


                    El terrorismo de Estado fue la necesaria justificación y herramienta política para la concentración económica que hoy se observa, se vive y se sufre en Argentina. Dentro de ese marco hubo empresarios detenidos desaparecidos, debiéndose aparentemente esta situación a que eran un obstáculo para los negocios del gobierno de facto y sus socios, o simplemente a que sus bienes eran deseados por ellos…”

Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz





La sospechosa “inauguración” de la empresa “Papel Prensa” brindis mediante con champagne con la titular de Clarín Doña Ernestina Herrera de Noble, testificada en una foto que recorrió y continuará recorriendo el mundo fue el corolario de una apropiación por parte de la dictadura de Videla de la empresa de la familia Graiver cuyo titular, David, fallecía el 6 de agosto de 1976 en un dudoso accidente de aviación en México.

Tras una transferencia de acciones forzada por amenazas, Lidia Papaleo (esposa de David), es secuestrada el 14 de marzo de 1977, y recluida en  centros clandestinos de detención   durante seis años, donde sufrió torturas y vejaciones que le dejaron secuelas irreversibles.

La empresa quedó repartida entre los diarios Clarín, La Nación, La Razón, y una parte minoritaria fue adjudicada al Estado.



 CUATRO CARAS DE UNA MISMA MONEDA




ANTECEDENTES



El de Graiver no sería el único caso de apropiación de bienes perpetrado por la Dictadura Militar instaurada el 24 de marzo de 1976, ya que con el correr de los años se fueron denunciando otros atropellos similares, unos más resonantes que otros, junto a algunos mantenidos casi en el secreto. Todo ello configuró un “plan sistemático de apropiación de bienes de empresarios” con la necesaria complicidad civil, otra de las cuestiones ahora investigadas sobre la Dictadura.

Estos despojos de bienes se agregarán a la larga lista de secuestros, torturas, violaciones, desapariciones, asesinatos y apropiación de bebés.

Aquellos despojados damnificados fueron entre otros: los hermanos Iaccarino, Federico Gutheim, Rafael Perrotta, Julián Delgado, Jacobo Timerman, Hugo Tarnopolsky, Luis Guillermo Taú, Conrado Higinio Gómez, Víctor Cerrutti… y más.





ÉPOCAS DE DICTADURA





                    El gobierno de facto transitaba su segundo año y se habían perpetrado gran parte de los secuestros y desapariciones, con la complicidad de personeros civiles y de los medios de difusión que como Clarín y La Nación, silenciaban aquellos crímenes y actuaban de manera funcional al accionar dictatorial.

Se había desbaratado al movimiento gremial con intervenciones militares en su gran mayoría y el secuestro de delegados de base. Los partidos políticos fueron suspendidos, algunos proscriptos, la Universidad igualmente intervenida, los movimientos culturales controlados, con gran parte de artistas, escritores y científicos en el exilio. El terror actuaba como disuasivo de cualquier resistencia organizada. Se vivía “la noche negra de la dictadura”.



MITRE - MAGNETTO - VIDELA - PERALTA RAMOS - HERRERA DE NOBLE 

Se transitaba un período de persianas bajas y luces apagadas durante noches de pánico y de vigilia; era normal pensar o decir que “por algo habrá sido”; eran comunes los “enfrentamientos con subversivos” en los que solo morían éstos. Pocos se atrevían siquiera a comentar, por temor a denuncias que lamentablemente abundaban.

En la TV pululaban los programas de entretenimientos y los culebrones noveleros, mientras los teatros incursionaban tan solo en comedias costumbristas y algún clásico poco comprometido. Fueron clausuradas editoriales y quemados libros, como los de del Centro Editor de América Latina y EUDEBA. 


LODIA PAPALEO

El 29 de abril de 1976 Luciano Benjamín Menéndez, jefe del III Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba, ordenó una quema colectiva de libros, entre los que se hallaban obras de Proust, García Márquez, Cortázar, Neruda, Vargas Llosa, Saint-Exupéry, Galeano... Se había declarado entonces que se hacía "a fin de que no quede ninguna parte de estos libros, folletos, revistas... para que con este material no se siga engañando a nuestros hijos (…) De la misma manera que destruimos por el fuego la documentación perniciosa que afecta al intelecto y nuestra manera de ser cristiana, serán destruidos los enemigos del alma argentina".

(Diario La Opinión, 30 de abril de 1976 - Clausurado y expropiado en 1977)





EL CASO GRAIVER



Papel Prensa S.A. era la única gran fábrica de fibra celulósica de bobinas de papel para la impresión de diarios, que había sido fundada en Buenos Aires el 15 de noviembre de 1971 por Civita, Lambardi, Rey, Selasco, Levi y Editorial Abril SAICIFA, entre otros.

En la asamblea del día 30 de abril de 1973 se aprobó una emisión de acciones donde la empresa pasó a ser controlada casi en su totalidad por Luis A. Rey y Rafael Ianover, a quienes suponían testaferros de David Graiver, quien luego de otras transferencias queda con el control mayoritario de la compañía.

Tras la muerte de David Graiver en un dudoso accidente de aviación ocurrido el 7 de agosto de 1976 en México, cuando su esposa y la niña se encontraban en aquel país, el control de Papel Prensa pasó a manos de su viuda.

“Regresamos a la Argentina el 6 de septiembre de 1976 y a partir de ahí recibimos amenazas telefónicas y personales de todo tipo, donde nos decían que teníamos que vender Papel Prensa y que teníamos que vender las empresas a personas argentinas y que no fueran judías”. Los medios de Argentina sugerían que la familia tenía vinculaciones con organizaciones guerrilleras, conjeturas que nunca se confirmaron fehacientemente.

 El diario Clarín incluyó estas cavilaciones en su portada de los días 17, 26 y 29 de septiembre y del 6, 15, 22 y 28 de octubre de 1976. El diario La Nación realizó notas similares en sus ediciones del 11, 15 y 24 de octubre de 1976. La revista Gente publicó un informe sobre Graiver el 14 de octubre de 1976. La revista Somos hizo lo mismo el 15 de octubre de 1976.

La viuda de Graiver, Lidia Papaleo, fue contactada por diversos personeros allegados a la dictadura militar, quienes le exigieron vender las acciones de Papel Prensa S.A. Pedro Martínez Segovia, cercano al ministro de Economía José Martínez de Hoz, le ordenó: “No puede vender Papel Prensa ni a judíos ni a extranjeros”. A su vez el entonces secretario de Estado Raymundo Juan Pío Podestá, a través del ex ministro de Bienestar Social Francisco Manrique, le comunica al abogado de la familia, Miguel de Anchorena, que debía realizarse la venta del paquete accionario de Papel Prensa S.A. a los diarios Clarín, La Nación y La Razón.

En una posterior reunión el 2 de noviembre de 1976, en las oficinas de La Nación, Lidia Papaleo es presionada bajo amenaza de muerte por parte de Héctor Magnetto: “firme o le costará la vida de su hija (Sol de 22 meses) y la suya”. Recuerdo sus amenazas y la forma en que me miraba, una mirada que no voy a olvidar nunca", declaró recientemente la mujer.

En esa oportunidad se firmaron los boletos de compraventa de las acciones de la sucesión Graiver, en las personas de Juan Graiver, Eva Gitnacht de Graiver y Lidia Papaleo de Graiver, esta última ejerciendo la patria potestad de su hija María Sol Graiver. La transferencia se hizo a favor de la empresa FAPEl, controlada por los diarios Clarín, La Nación y La Razón. Firmaron por aquella empresa Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, Patricio Peralta Ramos, Marcos Peralta Ramos, Hugo Fernando Peralta Ramos y Bernardo Sofovich. El valor de la transacción fue de u$s 7.345.400 según valuación de los compradores, pero la misma se hizo efectiva con un adelanto de solo u$s 7.000, menos del 1 por mil del total, considerado entonces “precio vil”, el resto habría sido depositado en expedientes judiciales que la familia nunca percibió.

Al terminar la reunión, el abogado del Diario Clarín, Bernardo Sofovich, apartó a Lidia Papaleo y le advirtió que debía huir del país esa misma noche por su propia seguridad.

En la actualidad, el juez federal Julián Ercolini, luego de varios años de injustificadas demoras por parte del también juez federal Daniel Rafecas dispuso un análisis del recorrido de las acciones de la empresa, para determinar en qué condiciones se produjo el traspaso y la evolución del precio de sus acciones 'desde sus orígenes', para determinar si hubo 'precio vil' en la venta.





EL SECUESTRO Y LAS TORTURAS



Pese a haberse cerrado la transacción en noviembre de 1976, Lidia es secuestrada por un grupo de tareas el 14 de marzo de 1977 y confinada al centro clandestino “Puesto Vasco” y más tarde al “Pozo de Banfield”. En el primero, que era un centro de dimensiones reducidas y por ende con pocos detenidos, recibía la visita frecuente de altos jefes militares y policiales, hecho que indica que las tareas de inteligencia que allí se realizaban revestían particular importancia.  Permaneció cautiva durante seis años, sometida a torturas y vejaciones que le produjeron daños irreversibles.

El general de Brigada Bartolomé Gallino, “Oficial Superior Preventor” labró entonces varias actas comprometedoras en las que se involucra a los directores de los Diarios, La Nación, Clarín y La Razón.

  También fueron recluidos y torturados Isidoro Graiver y Osvaldo Papaleo (el cuñado y el hermano de Lidia), así como Juan Graiver (padre de David) y dos secretarias del grupo.

Norberto Cozzani, admitió últimamente haber “presenciado” las torturas en Puesto Vasco, aunque está acusado de ser torturador directo. Hoy, hiela la sangre conocer las declaraciones en los estrados judiciales sobre los tormentos padecidos por Lidia Papaleo:

“Fui forzada a vender todo. No hubo sugerencias, fue «firmás o te mato». [...] Yo desaparecí y todo lo que pasó fue estando desaparecida. También firmé en La Plata estando desaparecida. [...] Desde el Departamento de Policía me llevaban a declarar envuelta en una manta gris, porque estaba totalmente quemada, perdí mis pechos, mi abdomen y también mis genitales durante la tortura y me operaron en la cárcel de un tumor cerebral por los golpes que recibí. Al salir de la cárcel seguí viviendo todo esto, me siguieron amenazando, tuve que intervenir el teléfono y la situación siguió, siguió y siguió.”





EL FUTURO DE LA CAUSA



El Juez Federal Julián Ercolini, el mismo que 5 años atrás jugó un papel clave en armar el multimedios que resultó de la fusión Cablevisión-Multicanal, es el que hoy tiene a su cargo la causa de Papel Prensa por delitos de lesa humanidad.

El 7 de diciembre de 2012, el mismo Julián Ercolini, a cargo del Juzgado Federal en lo Criminal N° 10, resultó sorteado en la querella promovida por la Subsecretaría de Derechos Humanos para que se investigue si la transferencia accionaria de Papel Prensa a favor de Clarín, La Nación y La Razón tuvo por objeto que los principales diarios encubrieran delitos de lesa humanidad, amparando a la dictadura militar y su plan de exterminio.

Este juez aceptó como querellante a la viuda de Graiver, y pende sobre los actuales directivos de Papel Prensa el peligro de ir presos si prospera la legítima justicia. El futuro y los juzgados superiores tendrán la última palabra, mientras tanto Magnetto y Compañía no podrán dormir tranquilos.

Por el momento las acciones de Papel Prensa están así distribuidas: el Estado Nacional posee el 27,46% de Papel Prensa S.A., pero siempre estuvo excluido en la toma de decisiones, durante algunos gobiernos por determinación propia, y en otros, por la presión de los dueños privados. El resto de las acciones corresponden: el 37% a Clarín, el 22.49% a La Nación, el 12% a Cimeco (del Grupo Clarín) y el 1,05% a otros accionistas.

Cuando La Razón quebró en el año 2000, los representantes de Clarín y La Nación, que eran titulares de las demás acciones, se presentaron ante el juez que llevaba la quiebra y, en virtud de un acuerdo de sindicalización, lograron sustraer las acciones de la quiebra, a pesar de ser el más importante o casi único activo con que contaba La Razón para responder a sus acreedores. La Razón fue finalmente comprada por el grupo Clarín.
Desde luego, la maniobra incluyó el hacerse de dichas acciones por parte de estos dos grupos.
Se denuncia de que la acción no fue legal y estos hechos son también tramitados ahora en la justicia.

Actualmente un proyecto de ley presentado en la Legislatura Nacional (junio de 2013), le permitiría al Estado Nacional controlar el 51% de las acciones de la empresa. La iniciativa declara “de utilidad pública y sujeto a expropiación” el 24% del patrimonio de Papel Prensa, en acciones A y C, por “causa de utilidad pública” y con prohibición de transferirlas en el futuro sin el aval de dos terceras partes del Congreso.



 Miguel Eugenio Germino





Fuentes:


 Clarin-y-La-Nacion.html


el-caso-graiver-el-silencio-complice/

-http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/16040429/Los-delitos-de-lesa-

humanidad-caso-graiver-clarin.html


-http://colectivoepprosario.blogspot.com.ar/2012/05/lidia-papaleo-declaro-sobre-

 su.html




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