EDITORIAL n° 224
(DICIEMBRE 2013)
DURAN BARBA: LA APOLOGÍA QUE MEJOR LE SIENTA |
El pasado mes de
noviembre no escatimó en acontecimientos trascendentes para el futuro del país. Uno de ellos fue el descubrimiento (con más de 30 años
de atraso) de significativos e insólitos documentos de la última dictadura militar,
extrañamente aparecidos de imprevisto en los sótanos del edificio Cóndor, sede
de la Fuerza Aérea. Se trata de 1.500
biblioratos con las actas originales de
280 reuniones de la Junta Militar entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de
diciembre de 1983, tres décadas ocultas en oscuros subterráneos, que
curiosamente pasaron inadvertidos al suspicaz ojo militar.
De las mismas surgen hoy con claridad la
crueldad y el salvajismo de la dictadura en aquellos siete años, y la
complicidad civil. Aparece también el tema de la apropiación de Papel Prensa, así como listas de
perseguidos políticos –categorizados
por grados de peligrosidad–,
artistas, escritores, políticos, científicos y gremialistas, muchos de los
cuales debieron sufrir el exilio como única posibilidad de salvar sus vidas;
quienes no tuvieron esa “suerte”, terminaron desaparecidos.
En ellas se diseñaba un Plan
General de Acción Tentativo a largo plazo, para perpetuarse en el poder hasta
el año 2000.
Todo está minuciosamente
detallado, lo que viene a corroborar y reforzar las distintas causas por
crímenes de lesa humanidad aún en trámite en la justicia.
A este trascendental hallazgo se
suma el tan esperado fallo de la Corte
Suprema de Justicia sobre la constitucionalidad de la
Ley de Medios, tras cuatro largos años de trabas opositoras dilatorias.
También ocurrieron en noviembre, dos
papelones opositores consecutivos, el de los periodistas mediáticos en la Comisión
de Derechos Humanos de la OEA, con una “plancha total”, y el de figuras
políticas que reclamaron a la Corte la no aplicación de su fallo, y ésta rechazó sin considerarlo, devolviéndolo a los presentantes: plancha
total.
No menos trascendente fue el
regreso a la actividad presidencial tras 40 días de ausencia de Cristina Kirchner, recuperada y con
nuevos bríos.
Regresa a pesar de las fatídicas
predicciones de los sectores más recalcitrantes de la política y el periodismo
mediático, y rápidamente produce un cambio de gabinete, profundizando el modelo
político de regulación económica del Estado, con mayor inclusión social. Es de
esperar nuevas leyes como la de “Reforma
Tributaria” y la “Antimonopólica”.
Simultáneamente a todo, el Grupo Clarín resuelve adecuarse a la
Ley de Medios, con la división del monopolio en seis unidades empresariales, “es
para proteger al Grupo de manera urgente frente al atropello oficial", dijeron los portavoces. El futuro hablará de la
sinceridad de la presentación, en la que el grupo Fintech Advisory, regenteado por el empresario mexicano David Martínez,
hasta hoy minoritario en el monopolio con el 40% de la participación, se
convierte sorpresivamente en nuevo dueño de Telecom.
Cabe pensar que este aggiornamiento y los
movimientos tácticos empresariales no sean un
nuevo caso de “gatopardismo” para que las cosas queden como hasta ahora. El de desconfiar el justamente el olfato del gato.
El tiempo dejará aclarado, para
bien o para mal, los alcances de estos sugestivos movimientos operativos.
Mientras tanto, el país continúa
su curso y la avalancha opositora no cesa de maniobrar otra vez con el dólar,
¡otra vez con la especulación de los precios!, en los que el abuso desmedido
del empresariado juega un tristísimo papel.
En sintonía el Gobierno local
aumenta el subte a $ 3,50 al igual que la tarifa
del taxi –hoy privativo–, el ABL y las patentes, anuncia la
privatización de las plazas públicas y desprenderse o demoler cuanto obstáculo
se interponga en los negocios de los “empresarios asociados”.
Así las cosas, mientras el gurú
macrista Durán
Barba hace una rara apología a hijos y entenados de la historia reciente,
en la que mezcla a grandes caudillos como Chávez, Castro y Perón con personajes
trágicos como Adolf Hitler “un tipo espectacular para el mundo”, y
otros como Duvalier y Stalin, toda una ensalada para confundir.
Confundir
y desinformar fue siempre la táctica y la estrategia de los personajes nefastos
cobijados por los medios aupados al sistema de poder dominante en el mundo,
¡¡¡por qué Argentina iba a ser menos!!! Alguien dijo una
vez: “la única verdad es la realidad”, aunque
otros piensan que la única verdad es la que esos medios intentan imponer.
Hasta la Próxima
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